Rajoy perder¨¢ la moci¨®n aunque la gane

Lo m¨¢s interesante de la moci¨®n de censura que ha planteado Pedro S¨¢nchez no es por el momento qui¨¦n la gana o qui¨¦n la pierde, sino que ha dinamitado la extra?a zona de confort en la que se hab¨ªan instalado todos los partidos, oblig¨¢ndoles a articular estrategias nuevas en territorio hostil.

Hasta la fecha, Ciudadanos avanzaba a grandes zancadas rumbo a la meta, donde esperaba apropiarse del pa?uelo en un cara a cara cada vez m¨¢s facil¨®n con un Partido Popular al que le pesan las piernas. El inmovilismo del PP ante la corrupci¨®n ya era insostenible, pero dejado a su libre albedr¨ªo y con el suero enchufado en vena por el PNV bien pod¨ªa haber durado otros dos a?os. Los nacionalistas vascos acababan de sacrificar su propia palabra a cambio de suculentas contrapartidas en los Presupuestos, por un lado, y de posponer el avance de Ciudadanos, a quien temen m¨¢s que al art¨ªculo 155, por otro. Y Podemos pod¨ªa seguir jugando a ser Podemos, chal¨¦ incluido, frente a un PSOE ausente que le iba cediendo terreno.

S¨¢nchez ha dinamitado la extra?a zona de confort en la que se hab¨ªan instalado todos los partidos

As¨ª que Pedro S¨¢nchez ha dado la vuelta al tablero y ha colocado la responsabilidad del inmovilismo, ya no en Rajoy, donde estaba, sino en quienes pueden prolongarlo o enviarlo donde deber¨ªa estar: en el pasado. ?O acaso alguien se puede atrever a apuntalar de nuevo a Rajoy sin pagar un precio por ello? La posibilidad de perder coherencia puede tener para Ciudadanos costes m¨¢s abrumadores que las ventajas de mantener al PP coci¨¦ndose a fuego lento hasta quemarse por completo en el poder. Algo parecido les ocurre a los barones y l¨ªderes socialistas no afines a S¨¢nchez: ninguna cr¨ªtica al secretario general ser¨¢ comprendida si pasa por una defensa del statu quo. Y por eso han optado, en general, por callar.

Los censur¨®metros pueblan los medios estos d¨ªas para que cada lector calcule qu¨¦ combinaciones pueden dar el poder a Pedro S¨¢nchez. Pero la verdadera herramienta imposible que hoy muchos desear¨ªan deber¨ªa medir cu¨¢ntos votos pueden perder los partidos si no toman la decisi¨®n correcta: cu¨¢ntos votos se puede dejar el PSOE si su moci¨®n no es bien defendida; cu¨¢ntos de Podemos si empieza a exigir un precio absurdo en t¨¦rminos de poder; cu¨¢ntos el PNV y Ciudadanos si se presentan como escuderos del PP m¨¢s corrupto; cu¨¢ntos ERC y PDeCAT si otra vez pierden la oportunidad de ganar una oportunidad. Acierta S¨¢nchez al exigir un voto gratis, sin condici¨®n alguna, y acertar¨ªan ellos si supieran cumplir con el pragmatismo que un d¨ªa tuvieron.

El PSOE ha colocado la responsabilidad del inmovilismo, ya no en Rajoy, donde estaba, sino en quienes pueden ponerle fin

Rajoy puede ganar algo de continuidad si S¨¢nchez ¡ªcomo parece probable¡ª pierde la moci¨®n. Pero tambi¨¦n perder¨¢. La falsa estabilidad que se manten¨ªa a empellones no aguantar¨¢ mucho m¨¢s. La convocatoria de elecciones anticipadas est¨¢ a la vuelta de la esquina y hoy nos falta la siguiente herramienta necesaria: qui¨¦n gana m¨¢s si logra convocarlas. La moci¨®n de censura, por tanto, ya no trata de qui¨¦n queda como presidente del Gobierno, sino de qui¨¦n convocar¨¢ las elecciones: S¨¢nchez, desde el poder dudoso de una ecuaci¨®n f¨¢cil de atacar; Rajoy, desde el poder mermado tras semejante ataque; o hasta Rivera, desde su maniobra improvisada de la moci¨®n instrumental. El juego avanza y ojal¨¢ logren la mejor soluci¨®n antes de que se invente, no el curioso censur¨®metro, sino la herramienta para medir todo lo que est¨¢ perdiendo la democracia en malas manos.