Arreglar las pifias de la prote¨ªna m¨¢s abundante del mundo aumenta un 50% las cosechas
El trigo y la soja gastan hasta la mitad de su energ¨ªa en deshacer los errores de la mol¨¦cula rubisco
La vida entera del planeta depende de una mol¨¦cula que casi nadie conoce: la rubisco. Es la prote¨ªna m¨¢s abundante de la Tierra. Se calcula que hay cinco kilogramos de rubisco por cada persona. En las plantas y en las algas, la prote¨ªna transforma el di¨®xido de carbono (CO2) de la atm¨®sfera en mol¨¦culas ricas en energ¨ªa, como la glucosa, esencial para la vida en la Tierra. El dulce, por lo tanto, hay que agradec¨¦rselo a la ribulosa-1,5-bisfosfato carboxilasa/oxigenasa, m¨¢s conocida por su abreviatura: RuBisCO.
Lo malo de la rubisco es que es una incompetente. En muchos cultivos, la prote¨ªna a veces reacciona con el ox¨ªgeno, en lugar de con el CO2, y da lugar a compuestos t¨®xicos que deben ser reciclados. Plantas como el trigo y la soja gastan entre el 20% y el 50% de su energ¨ªa en deshacerse de estas sustancias in¨²tiles y nocivas. Por eso, perfeccionar la funci¨®n de la rubisco es uno de los objetivos de los cient¨ªficos que intentan aumentar las cosechas para eliminar el hambre en el mundo. M¨¢s de 815 millones de personas se acuestan cada d¨ªa sin comer lo necesario, seg¨²n Naciones Unidas.
Esta estrategia ¡°podr¨ªa aumentar los rendimientos de los principales cultivos alimentarios en casi un 50%", seg¨²n sus autores
La bi¨®loga Patricia L¨®pez Calcagno, nacida en 1985 en M¨¦rida, en los Andes venezolanos, es una de esas cient¨ªficas. Su equipo de la Universidad de Essex (Reino Unido) ha logrado modificar plantas gen¨¦ticamente y aumentar su producci¨®n entre un 27% y un 47%. El grupo de L¨®pez ha empleado tabaco, un equivalente vegetal al rat¨®n de laboratorio. Mediante un elegante cambio gen¨¦tico, los investigadores han conseguido que las plantas expresen en sus hojas m¨¢s prote¨ªna H, implicada de manera natural en el reciclaje de los errores de la rubisco. En un comunicado optimista, los autores sostienen que esta estrategia ¡°podr¨ªa aumentar los rendimientos de los principales cultivos alimentarios en casi un 50%¡±.
Los obst¨¢culos hasta ese sue?o son m¨²ltiples. Uno de los m¨¢s importantes, reconoce L¨®pez, es el rechazo de la opini¨®n p¨²blica a los alimentos transg¨¦nicos, impulsado por organizaciones como Greenpeace y Amigos de la Tierra. ¡°Esta gente no est¨¢ informada. Puedo entender que haya mucho rechazo al abuso de pesticidas y a los monocultivos, pero es terrible bloquear el uso de plantas transg¨¦nicas que podr¨ªan beneficiar a tantas personas. Y todo por una guerra que tienen con dos o tres empresas¡±, reflexiona L¨®pez. ¡°Creen que hacen el bien, pero est¨¢n haciendo un mal terrible¡±.
La investigadora venezolana pertenece al consorcio internacional RIPE, volcado en intentar aumentar la eficiencia de la fotos¨ªntesis para aumentar las cosechas, poniendo estas superplantas ¡°a disposici¨®n de manera gratuita¡± para los agricultores de los pa¨ªses pobres, seg¨²n destaca L¨®pez. El proyecto, liderado por la Universidad de Illinois (EE UU), arranc¨® en 2012 con 25 millones de d¨®lares de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates y fue renovado el a?o pasado con otros 45 millones. Su ¨²ltimo avance se publica hoy en la revista especializada Plant Biotechnology Journal.
Los antitransg¨¦nicos ¡°creen que hacen el bien, pero est¨¢n haciendo un mal terrible¡±, afirma la bi¨®loga Patricia L¨®pez
La planta de tabaco, reconoce L¨®pez, es mucho m¨¢s sencilla de modificar gen¨¦ticamente y requiere menos tiempo. Si con el tabaco se tarda un a?o en comprobar los efectos de los cambios, con la soja se necesitan varios a?os. Adem¨¢s, la regulaci¨®n de la prote¨ªna H es compleja. Si se aumenta su actividad tambi¨¦n en el tallo y en las ra¨ªces, en lugar de solo en las hojas, el crecimiento de la planta se ralentiza, en vez de dispararse. Los cient¨ªficos trabajan ahora en comprobar si su estrategia con el tabaco funciona tambi¨¦n en cultivos que dan de comer a cientos de millones de personas, como la soja, el frijol caup¨ª y la mandioca.
El equipo de L¨®pez, dirigido por la bi¨®loga Christine Raines, alerta de que el calentamiento global va a empeorar el problema. ¡°Cuanto m¨¢s alta es la temperatura, m¨¢s errores comete la rubisco¡±, explica la investigadora venezolana. La revoluci¨®n transg¨¦nica, sugiere, ser¨¢ necesaria para alimentar a una poblaci¨®n que no para de crecer. L¨®pez recuerda la carta p¨²blica que un centenar de premios Nobel escribieron hace dos a?os, arremetiendo contra Greenpeace por su rechazo a los organismos modificados gen¨¦ticamente. ¡°Es un crimen contra la humanidad¡±, coincide la bi¨®loga.
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