?Por qu¨¦ se plagia tanto en la industria del dise?o?
El ¨²ltimo contencioso entre las firmas Matter Made y Kamarq, sobre una copia casi literal de unas mesas, nos recuerda que la cadena puede ser infinita y que la v¨ªctima puede terminar siendo tambi¨¦n verdugo
Fue el escritor Stephen King el que dijo: ¡°La imitaci¨®n es la forma m¨¢s sincera de elogio¡±. Pero este enaltecimiento no es agradable cuando detr¨¢s existe la copia sin freno, el plagio, y entonces la historia s¨ª se convierte en una escena de El retrato de Rose Madder, donde la violencia gratuita termina en muerte. Y esto, en el dise?o, pasa a menudo. Con silencios, sin griter¨ªo, pero pasa. Por eso cuando salta un caso de copia en el sector y se hace p¨²blico de forma notoria, hay que volver a hablar de una trampa que, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, en 2016, defraud¨® 670 millones de euros en 41 millones de productos falsos que fueron incautados en las aduanas.
A mediados de mayo, durante la celebraci¨®n de la feria NYCxDesign, la compa?¨ªa japonesa Kamarq ¨Cconocida por su modelo de adquisici¨®n de muebles por suscripci¨®n¨C presentaba su nueva colecci¨®n junto al dise?ador Nicola Formichetti. La serie, de nombre Elephant, estaba formada por una serie de mesas de formas redondeadas, minimalistas, con una paleta de colores neutros. Eran unos dise?os j¨®venes que se pod¨ªan conseguir por un pu?ado de cuotas de, aproximadamente, seis d¨®lares al mes. Pero solo hab¨ªa una pega: eran una copia.
Medios de comunicaci¨®n especializados y profesionales del sector acudieron a la presentaci¨®n y r¨¢pido dieron voz en las redes sociales del enga?o: las mesas eran una r¨¦plica exacta de la l¨ªnea Slon que la dise?adora Ana Kras hab¨ªa realizado, en 2015, para la galer¨ªa Matter de Nueva York, casa de la firma Matter Made. La guerra, al menos en Instagram, hab¨ªa comenzado.
A las horas de esa presentaci¨®n, el perfil en esta red social de Matter Made colgaba una galer¨ªa de siete im¨¢genes en las que comparaba los trabajos de ambas firmas, los originales y las copias, con el siguiente texto, previsiblemente firmado por Jamie Gray, dise?ador y creador de esta firma estadounidense: ¡°Una de las mayores alegr¨ªas y logros en mis casi 50 a?os de vida es descubrir a un dise?ador con una voz original. Una visi¨®n singular. Y ayudarle a comenzar una carrera creativa a trav¨¦s de la representaci¨®n, la tutor¨ªa o la colaboraci¨®n. Sin embargo, parece que cada vez m¨¢s nos enfrentamos con dise?adores descuidados que maniobran imprudentemente en esta industria, con la intenci¨®n de usurpar a los que crean y cuentan historias a trav¨¦s de su arduo trabajo, todo en nombre del dinero. Es una pena que los fraudes que capitalizan la creatividad de los dem¨¢s se celebren¡±.
Las im¨¢genes acumularon m¨¢s de 120 comentarios de ¨¢nimo y cr¨ªtica a la casa japonesa y 2.300 "me gusta". La dise?adora Ana Kras colgaba tambi¨¦n en su perfil de Instagram las mismas im¨¢genes y a?ad¨ªa: ¡°Nosotros llamamos a la colecci¨®n Slon por que significa 'elefante' en la lengua de mi madre [es serbia], con lo que es una desagradable copia no solo de la apariencia, si no tambi¨¦n del nombre. [¡] Adem¨¢s, se ha presentado en la misma calle de Nueva York, a un par de manzanas de donde yo mostr¨¦ por primera vez esta colecci¨®n¡±.
La japonesa Kamarq retir¨® de su tienda y de sus perfiles en redes sociales la colecci¨®n, pero la raz¨®n de ese paso hacia atr¨¢s la daba su dise?ador Nicola Formichetti: "Esta semana presentamos nuestra colecci¨®n inaugural con la marca japonesa Kamarq. Parte de la colecci¨®n se inspir¨® en gran medida en las elegantes patas largas de la colecci¨®n de mesas Il Colonnato de Mario Bellini de los a?os 70; reconocemos que ciertas piezas se pueden atribuir al trabajo de la dise?adora Ana Kras y, por respeto a Ana, eliminaremos estas piezas de la colecci¨®n".
?Qui¨¦n se inspir¨® en qui¨¦n? ?Qui¨¦n tom¨® prestado el trabajo del otro? ?Debe una mesa ideada en 1976 sufrir m¨²ltiples versiones 40 d¨¦cadas despu¨¦s? ?Cu¨¢ntos dise?adores se dedican solo a versionar y no tanto a crear productos realmente genuinos? Es la copia de la copia, y al final, el original se diluye.
Existen asociaciones que ya luchan e investigan sobre plagios en el campo del dise?o, como Plagiarius. Ellos dan cada a?o sus premios a los mejores plagios ¨Cel galard¨®n es una figura de Pinocho?¨C y, en 2013, otorgaron su primer podio a las farolas que Qatar hab¨ªa instalado en las calles de Doha, y que eran una copia de la farola Latina, obra de la arquitecta Beth Gal¨ª, que comercializaba la compa?¨ªa espa?ola Santa&Cole.
En esta l¨ªnea, desde hace un tiempo, la firma Vitra ¨Cgran perjudicada en el sector de las copias por sus m¨²ltiples r¨¦plicas sobre todo de los muebles de los Eames¨C lanz¨® la campa?a El original es de Vitra, en la que intentaba crear conciencia del valor de tener un objeto original, con una historia detr¨¢s, una investigaci¨®n y unos protagonistas.
"La mala interpretaci¨®n m¨¢s extendida del concepto original, en el ¨¢mbito del dise?o, consiste en que solo son originales los primeros ejemplares fabricados de un dise?o" Rolf Fehlbaum, presidente em¨¦rito de Vitra
Rolf Fehlbaum, presidente em¨¦rito de esta casa, as¨ª argumentaba al respecto: ¡°La mala interpretaci¨®n m¨¢s extendida del concepto original, en el ¨¢mbito del dise?o, consiste en que solo son originales los primeros ejemplares fabricados de un dise?o. De acuerdo con esta idea, un sill¨®n Le Corbusier de 1928 o una silla Plywood de Charles y Ray Eames de 1946 ser¨ªan un original, mientras que los correspondientes modelos de Le Corbusier o de los Eames de la producci¨®n actual ser¨ªan copias, independientemente de qui¨¦n los fabricase. Esta idea es la que defienden los imitadores. [¡] Esta argumentaci¨®n solo sirve para crear confusi¨®n¡±.
Adem¨¢s del valor de la autor¨ªa, tambi¨¦n est¨¢ la propia perdurabilidad del producto. Por eso, un fabricante de un original suele proveer de piezas de repuesto, garant¨ªa y reparaci¨®n. Por ejemplo, Vitra concede una garant¨ªa de 30 a?os para las sillas del Aluminium Group de los Eames.
Y luego aparece el tema legal. Fehlbaum lo explica as¨ª: ¡°Para poder hablar de un original, el fabricante tiene que contar con el derecho de producci¨®n del dise?ador, el autor del dise?o. Quien produce un dise?o sin ese derecho legal, se aprovecha de la propiedad ajena. Esto es aplicable no solo a los productores, sino tambi¨¦n a los consumidores que compran estos productos¡±. Al final es responsabilidad de todos los agentes de la cadena.
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