?Ha encogido el agujero de los donuts? La fascinante historia de un pastel ic¨®nico
Cada primer viernes de junio se celebra el d¨ªa internacional de este dulce, un 'snack' que ha superado su condici¨®n de capricho para convertirse en un s¨ªmbolo del siglo XX
Pocos alimentos tienen una forma m¨¢s reconocible que un donut. Y pocos una historia tan enrevesada y prestada a las teor¨ªas y conspiraciones, lista para hacer su propia pel¨ªcula. El origen del alimento (Washington Irwing lo mencion¨® en una obra ya en 1809 como un pastel t¨ªpico de Nueva York que hab¨ªan tra¨ªdo inmigrantes del norte de Europa)?no es tan interesante como el origen de su forma de aro. Y esa lleg¨® despu¨¦s.
Seg¨²n el Museo Smithsonian (en Washington D.C., EE. UU.), que cuenta en sus archivos?con una gigantesca colecci¨®n de im¨¢genes de la historia del donut, un capit¨¢n de barco llamado Hanson Gregory se llev¨® varios de estos dulces que su madre hab¨ªa cocinado a una traves¨ªa. Los pasteles que hab¨ªa hecho su madre eran, en la pr¨¢ctica, un donut pero, en vez de un agujero en el medio, ten¨ªa avellanas o nueces. ?El motivo? Se recurr¨ªa a esto porque era dif¨ªcil que el donut llegase al punto adecuado de cocci¨®n en esa zona central. Pero resulta que a nuestro amigo Hanson no le gustaban las avellanas ni las nueces. As¨ª que, con ayuda de la tapa de un pimentero, hizo algo que no solo arreglaba el asunto de eliminar los ingredientes que no le gustaban, sino que llegar¨ªa a arreglar tambi¨¦n ese peque?o problema de cocci¨®n interna: hizo un agujero en el centro del pastel.
Acababa de crear uno de los grandes s¨ªmbolos del siglo XX.
Ojo, hay una segunda teor¨ªa, tambi¨¦n seg¨²n el Smithsonian, que no anula la primera. De hecho, son complementarias. Se dice que durante una tormenta, mientras ten¨ªa que manejar el tim¨®n con ambas manos, Hanson Gregory clav¨® su pastel en una de las aspas del volante. Et voil¨¤.
El mito hab¨ªa nacido, pero se necesit¨® la tecnolog¨ªa del siglo XX para hacerlo masivo. Tras la I Guerra Mundial nacieron las primeras m¨¢quinas de hacer donuts (s¨ª, ya con su agujero y todo). Estas m¨¢quinas intrigan tanto al gran p¨²blico que algunas de ellas est¨¢n en museos (en el Smithsonian, por ejemplo). Y si en YouTube uno busca v¨ªdeos de estos cachivaches, descubrimos cosas tan curiosas como que un viejo v¨ªdeo corporativo aburrido y gris en el que se explica c¨®mo funcionan estas m¨¢quinas cuenta con casi 700.000 visionarios de espectadores que se enfrentan a ¨¦l casi como el que afronta el nacimiento de la vida misma.
Adem¨¢s, el donut es un triunfo del pueblo frente a los consejos de los sabios: la medicina y la alta cocina siempre lo han visto con malos ojos (es un producto ultracal¨®rico de sencill¨ªsima elaboraci¨®n), pero el ciudadano de a pie hambriento que busca darse un capricho no atiende a razones. El donut es esa pel¨ªcula que los cr¨ªticos aborrecen, pero la gente acude en masa a ver.
Y es precisamente otra imagen del archivo del Smithsonian (esta, en la que un hombre muestra un cartel donde se ve la evoluci¨®n del tama?o de los donuts de 1927 a 1948) la que lleva a otra pregunta intrigante: ?se ha ido empeque?eciendo el agujero de los donuts con el tiempo? Todo indica que s¨ª. Observemos su tama?o en otras im¨¢genes que constatan el poder que los donuts empezaban a tener en la cultura popular. En esta escena del cl¨¢sico?Sucedi¨® una noche (Frank Capra, 1934) se aprecia la forma de los donuts, m¨¢s parecida a un aro que los actuales:
Y en esta otra ya 20 a?os despu¨¦s, en la d¨¦cada de los cincuenta, se aprecia el amplio agujero del donut que Frank Sinatra sujeta en su camerino:
Otros cuarenta a?os m¨¢s adelante, los donuts estaban en plena forma en la cultura pop gracias a la serie Twin Peaks. El dulce era uno de los alimentos m¨¢s consumidos en la comisar¨ªa del pueblo. Y el tama?o de su agujero hab¨ªa descendido considerablemente.
Un art¨ªculo de Vox, publicado el D¨ªa Internacional del Donut (existe uno, s¨ª, y se celebra el primer viernes de cada junio), indica que el perfeccionamiento en las m¨¢quinas fabricantes de donuts (en los a?os cincuenta elaboraban 75 docenas de donuts cada hora, en los noventa las m¨¢quinas pod¨ªan hacer 800 docenas cada hora) pudo tener que ver con el cambio en su forma. Y tambi¨¦n la masificaci¨®n: un agujero central m¨¢s peque?o equival¨ªa a un cuerpo m¨¢s grueso y consistente, lo que hac¨ªa m¨¢s dif¨ªcil que el alimento pudiese romperse al ser transportado.
La morfolog¨ªa del donut es una cuesti¨®n tan importante que han surgido f¨®rmulas matem¨¢ticas que calculan cu¨¢l debe ser el di¨¢metro de su agujero para que la cocci¨®n y sabor sean perfectos. Eugenia Cheng, matem¨¢tica, lleg¨® a hacer una para explicarlo: ¡°Tomamos el volumen global del donut y luego restamos el volumen de la parte esponjosa del interior, que a su vez tiene forma de donut. R es el radio de la masa¡±.
En Espa?a, desde 1962, Donuts es una marca registrada del grupo Panrico. Si atendemos a sus c¨¦lebres anuncios televisivos (que dej¨® para la posteridad el eslogan ¡°?Anda, los donuts!¡±), tambi¨¦n podemos observar que el agujero interior se ha ido reduciendo.
Una popular campa?a televisiva de Donuts emitida en los setenta.
Mientras desgranamos esta cuesti¨®n, la gente sigue consumiendo donuts independientemente del tama?o de su agujero. Ocho donuts se consumen cada segundo en Espa?a. Si has dedicado tres minutos a leer hasta aqu¨ª, 1.440 donuts han sido engullidos en ese tiempo. Eso, seg¨²n la f¨®rmula matem¨¢tica de Eugenia Cheng, son 15.840 mil¨ªmetros sumados de agujero. O sea, un edificio de cinco pisos, m¨¢s o menos. Si alguien se lo hubiera dicho a Hanson Gregory cuando hizo un rudimentario agujero a un pastel con la tapa de su pimentero...
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