Sufrimiento in¨²til
En 2017 solo un tercio de las personas internadas en los CIE fue devuelta o expulsada
Frank nos envi¨® un mensaje por Messenger. Estaba en Murcia, en casa de un amigo. En el Servicio Jesuita de Migrantes le hab¨ªamos conocido en el CIE de Tarifa. La primera vez que le visitamos, llevar¨ªa un par de semanas dentro del centro. Aquella tarde asistimos a la puesta en libertad de un grupo de cuarenta y tantos, todos subsaharianos. Sin embargo, a ¨¦l no le dejaron salir.
Despu¨¦s de meses de soplar Poniente, el viento cambi¨® a Levante, las nieblas bajaron y se encalm¨® la mar: en esas condiciones se embarcaron muchos marroqu¨ªes rumbo a Espa?a. Como son m¨¢s f¨¢ciles de identificar y devolver, hab¨ªa que liberar plazas en los CIE para internarles y poderles deportar. Y los subsaharianos, al ser m¨¢s dif¨ªcil su identificaci¨®n, ser¨ªan puestos en libertad. Sin embargo, no pusieron en libertad al grupo de ghaneses entre los que estaba Frank. No sab¨ªa por qu¨¦. Tres semanas m¨¢s tarde, cuando llevaba un mes internado, segu¨ªa desconcertado, sin saber por qu¨¦ segu¨ªa internado, cuando ve¨ªa poner a otros en libertad. Cuando le lleg¨® el turno, tuvo que partir de cero. El mes largo que hab¨ªa estado internado no hab¨ªa servido para nada. Desde luego, no para darle herramientas de integraci¨®n, pero tampoco para devolverlo a su tierra, al no haber quedado bien establecida su identidad.
El caso de Frank es el de la inmensa mayor¨ªa de personas internadas en CIE en 2017: un 86 %, reci¨¦n llegadas a Espa?a, con una orden de devoluci¨®n por entrada ilegal o quebrantamiento de la prohibici¨®n de entrada. Fue internada la cuarta parte de personas entradas irregularmente. De las internadas, solo un tercio fue devuelta o expulsada.
En los CIE segu¨ªa habiendo un 10 % de personas con procedimientos de expulsi¨®n por estancia irregular. El 4 % restante ten¨ªa procedimientos de expulsi¨®n relacionados con la comisi¨®n de alg¨²n delito: cumplida la pena de c¨¢rcel o como pena alternativa. Este es el caso de Presley, ciudadano de la Uni¨®n Europea de un pa¨ªs del Este. Cont¨® su vida en una hora. Una novela picaresca narrada con salero: al salir del orfanato, se reuni¨® con su madre, que hab¨ªa rehecho su vida en Espa?a; desde entonces dio tumbos en la peque?a delincuencia. Un superviviente nato. Se le expuls¨® por la acumulaci¨®n de causas penales. Ahora aprender¨¢ a sobrevivir en un pa¨ªs que le ser¨¢ bastante m¨¢s extranjero que Espa?a.
El caso de Presley se parece a los de personas reci¨¦n desembarcadas en Espa?a tras unos a?os de expulsi¨®n en su pa¨ªs de nacionalidad, llegada despu¨¦s de muchos m¨¢s a?os en Espa?a, a veces desde que nacieron. Am¨ªn contaba que hab¨ªa pasado los a?os de expulsi¨®n en Castillejos, ofreci¨¦ndose como gu¨ªa a los turistas espa?oles, de quienes se sent¨ªa compatriota. Salvo el pasaporte, nada le ligaba a Marruecos. En el CIE con un procedimiento de devoluci¨®n, lo ten¨ªa crudo.
Tambi¨¦n da qu¨¦ pensar la situaci¨®n de algunos internos que llevaban veinte o veinticinco a?os en Espa?a sin haber conseguido regularizar su situaci¨®n: hab¨ªan echado ra¨ªces en Espa?a sin que nunca se pudiera reconocer su arraigo. Llevaban a?os sobreviviendo m¨¢s que viviendo, siendo explotados m¨¢s que trabajando.
Situaciones como las apuntadas pueblan la labor de los equipos SJM que visitan los CIE de Madrid, Barcelona, Valencia, Algeciras y Tarifa. El Informe CIE 2017 se hace eco, resaltando el sufrimiento in¨²til que padecen tantas personas para las que el CIE es, en realidad, puerta de entrada m¨¢s que de salida. Y vislumbra los CIE como nuevos lazaretos, a imagen de aquellos lugares en los que se encerraba a las tripulaciones de los barcos que llegaban a puerto, hasta que pasaran la cuarentena.
El informe se apoya tanto en la observaci¨®n directa de los equipos SJM como en la interpretaci¨®n de las cifras que proporciona el Ministerio del Interior a trav¨¦s del Portal de la Transparencia. Adem¨¢s, incide en una situaci¨®n escandalosa, producida en 2017: la apertura de un CIE provisional en las instalaciones listas para funcionar como centro penitenciario M¨¢laga II de Archidona: un CIE en fraude de ley. Como en los informes de a?os anteriores, se pasa revista a la labor de los juzgados de control y del Defensor del Pueblo: unos a trav¨¦s de autos, el otro a trav¨¦s de recomendaciones, tutelan los derechos de las personas internadas, contra decisiones y pr¨¢cticas administrativas que incumplen el marco fijado por la ley y el reglamento. En este sentido, es un lujo contar con un pr¨®logo de Ramiro Garc¨ªa de Dios, que ejerci¨® la labor de control jurisdiccional sobre el CIE de Aluche. Sus palabras son tan duras como certeras cuando se trata del internamiento y tan llenas de reconocimiento cuando se trata de la labor de las ONG que visitan los CIE, coadyuvando su propia labor de tutela de derechos.
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