Los jud¨ªos de Berl¨ªn te invitan a entrar en sus casas y hablar de su pasado
Gracias al proyecto Denk mal am Ort un grupo de vecinos abre las puertas de su hogar una vez al a?o, cuentan c¨®mo son sus vidas y c¨®mo fueron obligados por los nazis a abandonarlas
Marie Rolshoven, especialista en historia de la cultura, vive en el barrio berlin¨¦s de Sch?neberg, donde en otro tiempo vivieron artistas e intelectuales como Albert Einstein. Nueve antiguos habitantes de su edificio dueron deportados durante el nazismo. Ella quiere mantener viva la historia de sus vecinos.
Inspir¨¢ndose en el proyecto Open Jewish Homes (Hogares jud¨ªos abiertos) de ?msterdam, import¨® la idea a Berl¨ªn junto con su madre Jani Pietsch (historiadora y artista), y ampliaron el concepto de rememoraci¨®n de la historia jud¨ªa a todas las personas o familias que sufrieron persecuci¨®n en la ciudad en ¨¦poca nazi. La iniciativa se llama Denk mal am Ort, un juego de palabras que se puede traducir como ¡°piensa in situ¡±, o ¡°monumento in situ¡±.
Los habitantes de Berl¨ªn que quieren participar en Denk mal am Ort abren su casa un fin de semana al a?o. Cuentan c¨®mo son sus vidas y hablan del destino de los jud¨ªos que vivieron en ella en el pasado y fueron obligados por los nazis a abandonarla. Los berlineses rememoran a sus vecinos con charlas, lecturas, fotograf¨ªas y documentos hist¨®ricos. Para recordarlos es importante enterarse de sus historias.
Pero, antes que nada, Rolshoven y Pietsch asesoran a sus conciudadanos sobre c¨®mo averiguar si su casa o su piso fue el hogar de alg¨²n perseguido durante el nazismo, y si lo fue, a d¨®nde dirigirse para aprender sobre la historia. Como es normal, los habitantes de m¨¢s edad suelen conocer mejor el pasado de la casa o de los edificios.
Gracias a Denk mal am Ort, los ciudadanos se cuentan lo que aconteci¨® en esta ciudad unos a otros, de vecino a vecino, en sus casas y en los mismos lugares en los que vivieron las v¨ªctimas, ya sea un antiguo piso, un patio, un jard¨ªn, un s¨®tano, una escalera, delante de un edificio de viviendas, en un lugar de trabajo, en una universidad, o en los lugares donde se escondieron de sus perseguidores.
Hace unas semanas se celebr¨® el recorrido de este a?o. En la plaza de Markeineke, en el barrio berlin¨¦s de Kreuzberg, se rinde homenaje al famoso boxeador Johann Trollmann, de ascendencia gitana, y a otras ocho v¨ªctimas. En 1933, los nazis despojaron a Trollmann del t¨ªtulo que este hab¨ªa ganado en el campeonato alem¨¢n de boxeo. La hermana del deportista, de 80 a?os, lleg¨® por sorpresa a la plaza para recordarlo.
¡°Queremos animar a los ciudadanos a reflexionar en el mismo lugar de los hechos y, en cierta manera, contribuir a construir una sociedad fuerte. Reunimos a las personas, nos ocupamos de las tareas de documentaci¨®n y de hacer algo de investigaci¨®n, y organizamos el fin de semana conmemorativo¡±, explica Pietsch.
Denk mal am Ort es un homenaje vivo al Holocausto, pero no solo eso. Tambi¨¦n es una manera de promover la tolerancia con las minor¨ªas de la ciudad
La iniciativa naci¨® en 2016. Con el reciente apoyo de la Administraci¨®n del Senado para la Cultura y Europa, este a?o Rolshoven y su madre han podido permitirse traer a algunos antiguos vecinos jud¨ªos, actualmente residentes en el extranjero, a las casas que antes ocuparon sus familias. Escuchar contar su historia a los alemanes que viven en ellas en la actualidad puede ser muy gratificante para todos.
Denk mal am Ort es un homenaje vivo al Holocausto, pero no solo eso. Tambi¨¦n es una manera de promover la tolerancia con las minor¨ªas de la ciudad, como los jud¨ªos y su historia. La verdadera riqueza de una ciudad son sus habitantes y la espl¨¦ndida diversidad cultural que estos representan y que constituye una pieza de su historia.
En la iniciativa pueden participar todos los berlineses, ya sean individuos, grupos de inter¨¦s, comunidades de vecinos, asociaciones, o cualquiera que quiera recordar a una persona o una familia en particular de una manera creativa. ¡°La creatividad no tiene l¨ªmites cuando se trata de recordar¡±, afirman sus promotoras.
¡°Todas las casas tienen una historia que contar, y es bueno arrojar algo m¨¢s de luz sobre ella una vez al a?o¡±, declaraba la activista holandesa Denise Citroen, iniciadora de Open Jewish Homes en ?msterdam.
Los habitantes de la ciudad no deben limitarse a hablar abiertamente de su ciudad. Es su responsabilidad mantenerla viva.
Este texto fue originalmente publicado en ingl¨¦s en www.citycise.com
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