Humanizar los hospitales a golpe de sonrisas
La asociaci¨®n nacional Saniclown cumple 14 a?os haciendo re¨ªr a los ni?os hospitalizados
La hija de Antonio tiene seis a?os y lleva dos meses en la unidad de oncohematolog¨ªa del Hospital Ni?o Jes¨²s de Madrid. Sus padres no olvidan el d¨ªa en que T¨²-T¨² y Volvoreta entraron en la habitaci¨®n de la peque?a y en ese mismo momento la estancia se llen¨® de alegr¨ªa. ¡°Se transform¨® en una isla, con un r¨ªo, con ¨¢rboles, con animales, y comenz¨® una aventura durante la cual mi hija no perdi¨® la sonrisa. De hecho, yo no dejaba de re¨ªrme con ellos¡±, cuenta.
T¨²-T¨² y Volvoreta forman parte de Saniclown, la Asociaci¨®n Nacional de Clowns para la Sanidad que acaba de cumplir 14 a?os haciendo re¨ªr a los ni?os hospitalizados. A los ni?os y a las familias, porque para padres como Antonio sus propias sonrisas son el motor que le ayuda a seguir adelante: ¡°Yo mismo uso esa fuerza y esa energ¨ªa que transmiten y la utilizo en los momentos en los que m¨¢s lo necesito¡±.
Ser protagonistas de algo bonito
El d¨ªa que Ver¨®nica Macedo viaj¨® con una compa?era de disciplinas de circo de Buenos Aires a La puna, decidi¨® que quer¨ªa dedicarse a ser payaso social. Las conversaciones de ambas sobre los payasos terap¨¦uticos que trabajan en Europa tuvieron parte de culpa, pero tambi¨¦n que en aquel viaje de 18 horas al conductor le diera por poner la pel¨ªcula Patch Adams. Fue entonces cuando la idea de dedicarse a un trabajo de beneficio social eclips¨® por completo cualquier otro tipo de trabajo art¨ªstico. Tras un tiempo asesorando en su tierra a m¨¦dicos que quer¨ªan incorporar aquella disciplina a sus hospitales, se vino a Espa?a por amor, y al a?o ya estaba poniendo en marcha Saniclown.
Comenzaron con cinco payasas en estancias prolongadas en el Hospital Ni?o Jes¨²s: en oncolog¨ªa, en UCI pedi¨¢trica y en la reanimaci¨®n postquir¨²rgica. Actualmente cuentan con 19 payasos y contin¨²an trabajando all¨ª gracias al trabajo altruista de sus voluntarios y a las donaciones privadas que mantienen en pie el proyecto. Han sumado otros dos retos a su organizaci¨®n: las ¨¢reas de di¨¢lisis y cirug¨ªa pedi¨¢trica del Hospital Infanta Leonor y un taller de improvisaci¨®n con clowns para adolescentes que est¨¢n ingresados en la unidad de psiquiatr¨ªa del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. De este ¨²ltimo reconoce Ver¨®nica Macedo que es un gran desaf¨ªo para ellos, pero asegura que la experiencia est¨¢ siendo muy positiva tanto para los adolescentes como para los propios clowns.
¡°La alegr¨ªa que transmiten a los ni?os es muy importante. Les hace sentir bien en un lugar donde no es nada f¨¢cil. Los payasos les hacen sentirse fuertes y alegres, algo tan importante en un momento como este. Creo que es fundamental para el proceso de curaci¨®n¡±, afirma Antonio, quien solo tiene palabras de agradecimiento para los payasos de hospital. Payasos que ahuyentan el miedo que provoca una simple palabra: ¡°hospitalizaci¨®n¡±. El clown es una imagen que invita a salir de lo ordinario, de lo cotidiano. Rompe con la rutina y nos invita a mirar las cosas de otra manera. Es por esto que para la fundadora de Saniclown, dentro de un hospital donde hay que cumplir tantas normas, ¡°el clown aporta el lenguaje m¨¢s tierno, m¨¢s solidario y respetuoso que puede. El humor m¨¢s naif y para todas las edades. Tiene la capacidad de suavizar las tensiones de las personas que est¨¢n hospitalizadas y eso beneficia much¨ªsimo las relaciones con los profesionales sanitarios, con la familia, que se sienten cuidados dentro del hospital¡±.
El trabajo de un payaso de hospital cada vez es diferente; es ¨²nico e irrepetible porque se construye con las personas con las que interact¨²an. Y es capaz de convertir a quienes est¨¢n ingresados en los protagonistas de algo bonito. ¡°Cuando llamas a la puerta de la habitaci¨®n, los ni?os reaccionan de forma muy variada. No siempre tienen ganas o se encuentran bien, por eso nosotros siempre trabajamos desde el respeto a la voluntad del otro. Cuando un ni?o te deja pasar, y quiere que entres, se entrega al juego por completo porque est¨¢ deseando jugar. El juego y la imaginaci¨®n nos salvan y nos rescatan. Cuando un ni?o est¨¢ jugando se olvida de todo, se olvida de que tiene hambre, se olvida del dolor, y de la enfermedad. Quiere ser protagonista de algo bonito, no de una preocupaci¨®n familiar, de un tratamiento, sino de algo bello y nosotros es lo que hacemos, llevar historias bonitas¡±, explica Ver¨®nica Macedo, que vestida de Amandina se convierte en una facilitadora de bienestar.
M¨¢s all¨¢ de hacer sonre¨ªr a alguien
Dentro de Saniclown encontramos m¨¦dicos, psic¨®logos, artistas y profesionales de la educaci¨®n que se han formado en paralelo como payasos de hospital en la propia asociaci¨®n, desde la cual ofrecen una formaci¨®n de seis meses que incluye un per¨ªodo de pr¨¢cticas posterior, y tras el cual quienes m¨¢s aportan, tanto a las personas hospitalizadas como a la propia asociaci¨®n, se van incorporando. Lamenta Macedo que ser clown de hospital no sea contemplado hoy como una actividad remunerada que trascienda del voluntariado, tanto en el sentido de la formaci¨®n como en el caso de los trabajos fijos, ya que considera que ¡°es importante cuidar el compromiso de personas que ponen por delante su labor como payaso a sus compromisos familiares o personales¡±.
Detr¨¢s de cada visita hay un gran trabajo de preparaci¨®n personal, de habilidades sociales y art¨ªsticas. ¡°Sin recursos art¨ªsticos no hay payaso¡±, dice la fundadora de Saniclown, quien considera que uno de sus grandes problemas es que la gente piense que ser clown es algo muy f¨¢cil: ¡°Si t¨² te disfrazas de payaso y sonr¨ªes a la gente, le das cari?o, probablemente recibas mucha gratitud, pero eso no es ser un payaso. Un payaso de hospital trabaja en funci¨®n de una hospitalizaci¨®n entendida, comprendida y estudiada de cu¨¢les son las situaciones emocionales de una persona ingresada, de qu¨¦ cosas es mejor no hablar, qu¨¦ cosas hay que transformar¡ Incluso hay payasos muy buenos que puede que no encajasen en el registro de un payaso terap¨¦utico, que no tienen ese registro. Hay un humor que no es adecuado para el hospital porque el humor en estas circunstancias es algo muy delicado, es como caminar sobre una cuerda y hacer equilibrio. No podemos experimentar con personas vulnerables¡±.
?Qu¨¦ debe tener una persona para convertirse en clown? Adem¨¢s de la formaci¨®n espec¨ªfica, el ¨¢lter ego de Amandina cree que ¡°hay que tener vocaci¨®n y un gran equilibrio ps¨ªquico, emocional, una mente clara y una capacidad de gestionar conflictos y de no enfadarte con el dolor ajeno¡±. Incide tambi¨¦n en la necesidad de la formaci¨®n continua para seguir mejorando en t¨¦cnica y no estancarse con el personaje.
Desde los hospitales, el personal sanitario tambi¨¦n les facilita todo lo necesario para desempe?ar su trabajo. Los equipos de pediatr¨ªa y enfermer¨ªa, en concreto, se vuelven imprescindibles para poder articular las visitas con los pacientes: saber c¨®mo se encuentran, cu¨¢l es su punto fr¨¢gil, qu¨¦ cuidados deben tener... ¡°No puedo decir que es un ¡°mano a mano¡± pero es verdad que el d¨ªa que vamos se vuelcan por completo con nosotros para pon¨¦rnoslo muy f¨¢cil. Aqu¨ª te das cuenta de las ganas que tiene el personal sanitario de que los usuarios de los hospitales est¨¦n bien atendidos; quieren que el hospital ofrezca una estancia agradable, que supere lo que es un tratamiento f¨ªsico¡±. En definitiva, se trata de lograr una hospitalizaci¨®n m¨¢s ¡°humana¡±, algo que familias como la de Antonio agradecen: ¡°El aspecto humano tanto de los payasos como del resto del personal m¨¦dico convierten el hospital en un lugar agradable tanto para los ni?os como para las familias, algo que no es f¨¢cil dadas las circunstancias de quienes tenemos que pasar por algo as¨ª¡±.
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