El reto de vivir 100 a?os
El aumento de la esperanza de vida ha hecho que sectores como la salud, la econom¨ªa o el contexto social se preparen para mejorar la calidad de vida de los mayores
Jap¨®n y Espa?a encabezan las estad¨ªsticas mundiales de esperanza de vida al nacer, con una media de 84 a?os. Esto,?unido al descenso dr¨¢stico en las tasas de fecundidad, ha llevado a un? cambio sin precedentes de la pir¨¢mide de poblaci¨®n. Espa?a no es una excepci¨®n. Europa envejece. Las ¨²ltimas perspectivas de poblaci¨®n de Naciones Unidas, de 2015, muestran c¨®mo la poblaci¨®n europea no va a parar de descender, y pasar¨¢ de los 738 millones de 2015 a los 646 que se esperan en 2100.
Pero pongamos el foco en Espa?a. En 1950, los mayores de 65 a?os apenas representaban el 10% del total. En 2015 el porcentaje de personas mayores de 60 a?os ya era el 24,4% de la poblaci¨®n. La ONU calcula que en 2100 el porcentaje se elevar¨¢ hasta pr¨¢cticamente alcanzar el 40%.
Esta realidad, que se alimenta del aumento de la longevidad y del desfase de la tasa de natalidad, abre un escenario totalmente nuevo. Lleno de retos y de desaf¨ªos sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos.??
Un cambio necesario del paradigma sanitario
No son los a?os vividos, sino la calidad de vida que podemos disfrutar en nuestro envejecimiento. As¨ª lo ve ?lvaro Casas, m¨¦dico especialista en Geriatr¨ªa y presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Geri¨¢trica (SEMEG), para quien que Espa?a sea uno de los pa¨ªses del mundo??con mayor esperanza de vida al nacer no significa que vivamos necesariamente mejor a medida que vamos cumpliendo a?os, ya que ¡°el proceso de envejecimiento es muy heterog¨¦neo y est¨¢ condicionado por m¨²ltiples factores¡±.
Por un lado, el aumento de las enfermedades que se pueden prevenir derivados de h¨¢bitos de vida inadecuados (factores de riesgo cardiovascular, escasa actividad f¨ªsica, h¨¢bitos t¨®xicos y diet¨¦ticos poco saludables) y que tiene efectos en la salud de la poblaci¨®n y en su esperanza de vida. Por otro, para el presidente de la SEMEG, hay determinadas enfermedades cr¨®nicas y degenerativas que son m¨¢s frecuentes a medida que se cumplen a?os y que afectan a la capacidad de desenvolverse de forma aut¨®noma.
En ese sentido, las previsiones indican que en Espa?a existen casi 20 millones de enfermos cr¨®nicos, lo que representa a casi una de cada dos personas mayores de 16 a?os. Se calcula que en 2050, debido a los avances m¨¦dicos que est¨¢n logrando cronificar dolencias que hasta hace poco eran mortales y al envejecimiento paulatino de la poblaci¨®n, la atenci¨®n a estos enfermos se triplicar¨¢. Por ello, desde las asociaciones de pacientes llevan tiempo pidiendo un cambio en el paradigma sanitario espa?ol, hoy centrado en las enfermedades agudas.
Desde SEMEG tambi¨¦n reivindican un mayor peso de la geriatr¨ªa en el sistema de salud. Al respecto, su presidente denuncia que estos especialistas ¡°son minoritarios¡± en la salud p¨²blica e incluso no existen en determinadas comunidades aut¨®nomas. Tambi¨¦n la ausencia de unidades de geriatr¨ªa y planes de atenci¨®n geri¨¢tricos en todas las autonom¨ªas y el hecho de que la investigaci¨®n sanitaria en envejecimiento sea ¡°todav¨ªa secundaria¡±.
La situaci¨®n actual es claramente discriminatoria para el anciano porque al igual que un ni?o es atendido por un pediatra, los mayores deber¨ªan poder ser atendidos por un geriatra cuando lo necesitan.
La soluci¨®n para ?lvaro Casas pasa por proporcionar una atenci¨®n integral a nuestros mayores centrada en sus necesidades reales de salud, que ¡°son completamente diferentes de las de la poblaci¨®n adulta¡±. Para el especialista, la situaci¨®n actual es claramente discriminatoria para el anciano porque al igual que un ni?o es atendido por un pediatra, los mayores deber¨ªan poder ser atendidos por un geriatra cuando lo necesitan. Para ello cree que hay que mejorar la formaci¨®n y extender el conocimiento geri¨¢trico a todos los profesionales sanitarios implicados en la atenci¨®n de las personas mayores. ¡°Debemos trabajar todos de forma conjunta y poner al paciente mayor en el centro del sistema sanitario. Adem¨¢s, hay que desarrollar la formaci¨®n pregrado en Geriatr¨ªa en todas las universidades, aumentar las unidades docentes acreditadas en este campo en los hospitales y apostar por la presencia de recursos asistenciales geri¨¢tricos hospitalarios y comunitarios en todas las provincias¡±, cuenta.
Efectos de la crisis econ¨®mica: la inestabilidad del Estado del Bienestar
La poblaci¨®n mayor ha sido una de las m¨¢s afectadas por la crisis econ¨®mica. A la p¨¦rdida de poder adquisitivo derivada de la escasa revalorizaci¨®n de las pensiones, se une el hecho de que durante el periodo de inestabilidad econ¨®mica muchos de los jubilados hayan sido el sost¨¦n econ¨®mico de familias enteras. Los datos as¨ª lo confirman. Seg¨²n la encuesta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), casi seis de cada diez pensionistas reconocen tener dificultades para llegar a fin de mes. Los datos del Observatori Bon Preu i Esclat del consum alimentari a Catalunya, publicado en julio de 2017, por su parte, muestran c¨®mo durante los a?os m¨¢s duros de la crisis, entre 2008 y 2016, el gasto en alimentaci¨®n y bebidas no alcoh¨®licas se dispar¨® casi un 37% en los hogares donde el cabeza de familia contaba m¨¢s de 65 a?os; mientras que, por el contrario, cayeron en m¨¢s de un 22% en aquellos con cabezas familiares menores de 44 a?os.
Seg¨²n Laura Lorenzo, doctora en Sociolog¨ªa especializada en poblaci¨®n y demograf¨ªa, las consecuencias de la crisis econ¨®mica se van a hacer visibles en los pr¨®ximos a?os a trav¨¦s de un aumento de la demanda de atenci¨®n sanitaria y social, ya sea como consecuencia de la propia crisis o del proceso de envejecimiento de la poblaci¨®n. Un escenario dif¨ªcil de afrontar si tenemos en cuenta los recortes en la financiaci¨®n de servicios p¨²blicos de car¨¢cter social y econ¨®mico de los que tambi¨¦n eran beneficiarias mayoritariamente las personas mayores: ¡°Est¨¢ demostrado que las crisis econ¨®micas est¨¢n vinculadas con un empeoramiento de las condiciones de vida de la poblaci¨®n. Tiene, por tanto, un posible impacto en las condiciones de salud de las personas mayores debido a factores socioecon¨®micos como los recortes en los servicios sociosanitarios (por ejemplo, la Ley de Dependencia o el copago sanitario), pero tambi¨¦n a factores individuales, como el aumento de la ansiedad, el estr¨¦s o la depresi¨®n¡±.
Para Lorenzo, los pa¨ªses con una poblaci¨®n fuertemente envejecida ¡°es probable que se enfrenten a dificultades¡± para proporcionar bienes y servicios esenciales a sus ciudadanos (atenci¨®n sanitaria y asistencial, pensiones p¨²blicas, etc¨¦tera), de tal modo que ¡°el desarrollo general del pa¨ªs podr¨ªa verse afectado por el proceso de envejecimiento¡±. Un proceso que tambi¨¦n implica profundos cambios sociales que afectan a la estructura y composici¨®n de las familias: ¡°La reducci¨®n del tama?o medio de las familias, el aumento de los hogares unipersonales y el debilitamiento de las redes familiares y personales, inciden en el bienestar y la calidad de vida de la poblaci¨®n mayor¡±.
Todo ello, seg¨²n la soci¨®loga, provoca que el proceso de envejecimiento constituya un aut¨¦ntico reto para los sistemas de protecci¨®n social porque, seg¨²n la experta, ¡°para responder al desaf¨ªo del envejecimiento es necesario reestructurar pol¨ªticas, sistemas econ¨®micos e incluso relaciones familiares¡±. Y hoy, para Lorenzo, estamos lejos de esa respuesta. Lo demuestra el hecho de que la viabilidad futura del Estado del Bienestar en Espa?a est¨¢ en entredicho, lo que ha colocado de forma inevitable a la sostenibilidad del sistema de pensiones en el centro del debate. ¡°Las pensiones estar¨¢n aseguradas cuando la econom¨ªa espa?ola empiece a crecer. Las altas tasas de paro, los empleos temporales y mal remunerados no favorecen que el n¨²mero de cotizantes a la Seguridad Social aumente. Las reformas deben centrarse en mejorar y modernizar el sistema productivo¡±, mantiene.?
? | ?1975 | ?1985 | ?1995 | ?2000 | ?2005 | ?2010 | ?2016 |
MUJERES | 73,47 | ?79,83 | ?81,72 | ?82,73 | ?83,53 | ?85,02 | ?85,83 |
HOMBRES | 70,55 | ?73,43 | ?74,53 | ?75,92 | ?77,01 | ?79,04 | ?80,31 |
?AMBOS SEXOS | ?76,29 | ?76,67 | ?78,12 | ?79,33 | ?80,28 | ?82,06 | ?83,10 |
?*Fuente: Instituto Nacional de Estad¨ªstica
Una tercera edad participativa
¡°No se deben fundamentar las reformas sociales, econ¨®micas y pol¨ªticas en las consecuencias del propio proceso de envejecimiento, sino en el cambio que se va a producir en la estructura de edad de la poblaci¨®n. Hay que tener en cuenta que los cambios demogr¨¢ficos se inscriben en procesos m¨¢s amplios y son inseparables de otras transformaciones econ¨®micas, sociales y culturales como, por ejemplo, que los mayores de la actualidad poco tienen que ver con los de hace 40 a?os¡±, reflexiona Laura Lorenzo.
Y es verdad: los mayores de la actualidad poco tienen que ver con los de hace 40 a?os. Son, en general, m¨¢s activos. Tambi¨¦n m¨¢s reivindicativos. Quiz¨¢s, en parte, por todos los derechos perdidos con los recortes que la crisis econ¨®mica ha llevado aparejados. Ah¨ª est¨¢ el movimiento yayoflauta. Tambi¨¦n esa marea de pensionistas que en marzo tomaron las calles de todo el pa¨ªs para pedir mejores pensiones.
Como se explica en el informe,?La participaci¨®n social de las personas mayores, elaborado por el Imserso, a finales de los a?os noventa la OMS complet¨® su mensaje de envejecimiento saludable adoptando la terminolog¨ªa de ¡°envejecimiento activo¡±, definido como ¡°el proceso de optimizaci¨®n de las oportunidades de la salud, participaci¨®n y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen¡±. En el libro Construyendo futuro: Las personas mayores Una fuerza social emergente (Alianza), Pere Amor¨®s, uno de los autores, explica que el enfoque activo del envejecimiento ¡°trata de ayudar a construir procesos inclusivos en la sociedad para que las personas mayores puedan tener su propio espacio en ella (facilitando lenguajes, herramientas y cauces para ello), a fin de que puedan intervenir de forma activa y ¨²til en su desarrollo y construcci¨®n y para que alcancen, como consecuencia, metas cada vez m¨¢s altas en su autorrealizaci¨®n personal, consiguiendo con ello la satisfacci¨®n vital y una mayor calidad de vida¡±.
Hoy, sin embargo, como reconoc¨ªa recientemente en un reportaje el doctor Andr¨¦s V¨¢zquez, geront¨®logo cl¨ªnico y expresidente de la Sociedade Galega de Xerontolox¨ªa e Xeriatr¨ªa, ese envejecimiento activo enfocado desde el punto de vista participativo y relacional sigue siendo ¡°un reto por resolver tanto pol¨ªtica como socialmente¡±. La muestra es que, como explicaba este experto, uno de los principales problemas de las personas mayores que reflejan las encuestas del INE sigue siendo el relacional. En ese sentido, y tras recordar que ¡°a participar se aprende¡±, el geront¨®logo conclu¨ªa destacando la necesidad de no aparcar a los ancianos y de ¡°abrir canales de participaci¨®n, de comunicaci¨®n, de integraci¨®n y de toma de decisiones a la tercera edad¡±.
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