Matthew Herbert: ?A qu¨¦ suena el Brexit?

VAMOS M?S ALL? de la velocidad aconsejada legalmente por las carreterucas flanqueadas de un verde explosivo cercanas a Canterbury (Kent, Inglaterra). Matthew Herbert conduce un Peugeot 106 Rally rojo de 1994, uno de los ocho veh¨ªculos de los a?os ochenta y noventa que atesora en su garaje. ¡°Si siguen arrancando, ?para qu¨¦ deshacerse de ellos?¡±, reflexiona. Tenemos tres horas con el m¨²sico, DJ y productor y quiere ense?arnos c¨®mo est¨¢ desmontando un coche y grabando los sonidos e im¨¢genes en un taller perdido cerca de la granja donde vive. Es uno de los inventos para su proyecto sobre la salida de Reino Unido de la Uni¨®n Europea. ¡°Una met¨¢fora sobre c¨®mo desmantelar algo que funcionaba¡­ Y una forma de llamar la atenci¨®n sobre el dineral que nos reporta la fabricaci¨®n y exportaci¨®n de autom¨®viles y sus piezas al resto de Europa, cuyos tratados comerciales estamos a punto de romper¡±, explica.

Cuando Inglaterra vot¨® ¡°s¨ª¡±, Herbert puso en marcha su maquinaria de denuncia art¨ªstica para cuestionar las consecuencias recuperando a su Big Band, rebautizada como la Brexit Big Band. M¨¢s que un proyecto anti-Brexit, ¨¦l prefiere llamarlo ¡°gira de disculpa¡± a sus pa¨ªses vecinos. Se explaya ya sentado en su estudio, desde cuyas ventanas vemos a las ovejas pastar. ¡°Fue un shock, ten¨ªa que hacer algo. En Inglaterra tenemos problemas, claro, pero no est¨¢n causados por Europa, sino por el capitalismo neoliberal. En los pa¨ªses democr¨¢ticos el escal¨®n que separa a los gobernantes de la gente que los ha elegido cada vez es mayor. Parece que la pol¨ªtica suceda en otra parte, en un lugar ajeno a nosotros, donde se?ores blancos ricos deciden qu¨¦ hacer. Es su principal batalla: siempre quieren m¨¢s dinero y mienten lo que haga falta para conseguirlo. Las estructuras que hemos construido propician la corrupci¨®n. Por eso hay que generar estructuras ajenas a ellos, que se los salten. Mucha gente en mi pa¨ªs no vot¨® en el refer¨¦ndum y luego se echaron las manos a la cabeza. ?Qu¨¦ esperaban? Los pol¨ªticos toman decisiones por ti cada d¨ªa. ?No puedes tomar una t¨² de tu parte? Si no act¨²as, te conviertes en parte del problema¡±.

Lleva ya 12 conciertos por el continente financiados gracias al British Council. En Madrid le veremos el 29 de junio dando el pistoletazo a los Veranos de la Villa con unos 60 m¨²sicos locales entre orquesta, coro y colaboraciones estelares. Se cortar¨¢, en un acto ins¨®lito y de acceso libre, la plaza de Col¨®n. El espect¨¢culo conjuga jazz y swing con experimentaci¨®n electr¨®nica y sirve como veh¨ªculo para espolear la conciencia pol¨ªtica de los espectadores. ¡°Es el proyecto m¨¢s ambicioso en el que me he embarcado. Finalizar¨¢ con la publicaci¨®n de un ¨¢lbum el 29 de marzo de 2019, fecha prevista de la salida brit¨¢nica de la UE. Contar¨¢ con la colaboraci¨®n de unos mil m¨²sicos. No buscamos fomentar m¨¢s brechas, sino establecer un di¨¢logo¡±. En la presentaci¨®n en el Barbican de Londres, anim¨® a los presentes a escribir un mensaje dirigido a sus conciudadanos europeos y lanzarlo en forma de avi¨®n de papel. Por cada ciudad que pasa, esos aviones vuelan a manos de la audiencia.

El hombre que produjo a Bj?rk y R¨®is¨ªn Murphy y nos invit¨® a repensar el house ha grabado el ciclo vital de un cerdo (desde el nacimiento hasta ser comido), un disco con los sonidos que produce el cuerpo humano (s¨ª, tambi¨¦n esos que est¨¢n pensando), remezclado la X Sinfon¨ªa de Mahler para Deutsche Grammophon, aserrado y quemado un cuarteto de cuerda para deconstruir a Beethoven. No para. Acaba de componer para una obra de teatro sobre la paternidad (Fatherland) junto a Karl Hyde, de Underworld; de montar una instalaci¨®n sonora para acompa?ar una expo del fot¨®grafo Andreas Gursky, y le pillamos reci¨¦n llegado de Los ?ngeles, donde acudi¨® al estreno de Disobedience, de Sebasti¨¢n Lelio, director de la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa en los ¨²ltimos Oscar, Una mujer fant¨¢stica. Herbert es el responsable de ambas bandas sonoras y ya est¨¢ trabajando en la de su siguiente filme.

Con los a?os se ha convertido en todo un referente entre quienes viven decepcionados con el vac¨ªo ideol¨®gico que campa por el pop contempor¨¢neo. ¡°El arte deber¨ªa tener un componente de peligrosidad o riesgo siempre. Sin embargo, la m¨²sica que encuentra mayor difusi¨®n hoy es esa que nos hace sentir a salvo. Cuando yo crec¨ª [ahora tiene 46 a?os], el mainstream era Pink Floyd, The The, UB40, The Specials¡­ Gente que te invitaba a pensar. Hoy es imposible que encuentren resonancia grabaciones como Free Nelson Mandela. Ser m¨²sico se ha convertido en una profesi¨®n tan inestable que te ves abocado a tomar decisiones en las que el dinero est¨¢ por encima de la integridad o tus objetivos art¨ªsticos¡±.

Escultor sonoro, te¨®rico, activista medioambiental y antibelicista, Herbert inculca valores anticonsumistas a sus hijos de 8 y 11 a?os. Evita coger aviones siempre que puede; convive con cuatro pavos reales, caballos y gallos, y dispone de un granero donde monta fiestas para los amigos.

¡°Que a un Gobierno una pieza musical le resulte una amenaza significa que a¨²n hay esperanza para acabar con ¨¦l¡±

En cierta ocasi¨®n confes¨® hacer m¨²sica para cambiar el mundo, pero tambi¨¦n para derribar Gobiernos¡­, aunque sienta haber fracasado una y otra vez. Se r¨ªe. ¡°Pero hay esperanza. Una vez quise grabar dentro del Parlamento. Ped¨ª permiso un a?o y me lo denegaron una y otra vez. Me dijeron que tem¨ªan que trajera ¡®el descr¨¦dito¡¯ a sus c¨¢maras. Al final lo grab¨¦ en secreto. Era un gesto sencillo y simb¨®lico: prend¨ª una cerilla que representaba el asesinato de 10.000 personas en Irak. El simple hecho de que lo trataran de impedir a toda costa, de que una pieza musical pueda resultarle una amenaza a un Gobierno, me da esa esperanza. Si les preocupa es que a¨²n hay una posibilidad de acabar con ellos¡±.