Rania de Jordania, entre la tradici¨®n y la revoluci¨®n
La reina de origen palestino celebra 25 a?os de matrimonio con Abdal¨¢, en este tiempo se ha consagrado como icono de modernidad ¨¢rabe a ojos de Occidente
¡°?D¨®nde est¨¢s, Abdal¨¢?¡±, gritaban burlones hace apenas dos semanas miles de j¨®venes que se manifestaban por las calles de Am¨¢n para pedir trabajo y reformas democr¨¢ticas. Nadie mencionaba a la esposa del rey de la dinast¨ªa hachem¨ª. Cada vez que la tensi¨®n estalla, como ocurri¨® hace siete a?os en plena floraci¨®n de la primavera ¨¢rabe, Rania de Jordania desaparece simplemente de la escena de las redes sociales. Cuenta con 10 millones de seguidores en Twitter, m¨¢s de cuatro millones en Instagram y un canal en YouTube con cerca de 58.000 suscriptores. Esta cohorte global de admiradores da noticia de la popularidad de la reina de un semides¨¦rtico pa¨ªs de 10 millones de habitantes que ella ha elevado hasta las portadas de papel cuch¨¦.
Consorte controvertida para la conservadora ¨¦lite beduina y figura emblem¨¢tica para los laicos y palestinos del reino, 25 a?os despu¨¦s de su matrimonio con el entonces pr¨ªncipe Abdal¨¢ se ha convertido en un icono de la modernidad femenina dentro del mundo ¨¢rabe a los ojos de la audiencia occidental.
Rania al Yassin (Kuwait, 1970) es fruto de la di¨¢spora palestina. Hija de un m¨¦dico de Tulkarem (Cisjordania) que tuvo que exiliarse primero al golfo P¨¦rsico y luego a Am¨¢n, donde ella se cas¨® a los 22 a?os con el futuro heredero del trono. Los silencios de la reina dicen a veces m¨¢s que sus intervenciones en la CNN o el Foro de Davos. Formada en administraci¨®n de empresas en la Universidad Americana de El Cairo y con experiencia en mercadotecnia adquirida en las sedes de Citigroup y Apple en Am¨¢n, ha sabido imprimir a su presencia p¨²blica un sello que trasciende la rutina de las celebridades de los semanarios gr¨¢ficos.
Tras los sucesivos mutis en Instagram, la reina de Jordania se reencuentra con sus incondicionales en un nuevo esfuerzo por alejarse de la imagen de frivolidad que rode¨® sus primeros a?os de matrimonio. Conforme avanza hacia la madurez parece redoblar la discreci¨®n. Sus recientes retoques de cirug¨ªa est¨¦tica denotan, sin embargo, la estrategia de quien aspira a consolidarse como referente de estilo para las grandes firmas de moda.
Tuvo ocasi¨®n de aprender de los errores. En agosto de 2010, poco antes de la emergencia de la revoluci¨®n que derroc¨® a varios dictadores ¨¢rabes, no se repar¨® en gastos de agua e iluminaci¨®n para los 600 invitados a la extravagante celebraci¨®n de su 40? cumplea?os en el des¨¦rtico Wadi Rum, en el empobrecido y yermo sur de Jordania. Los transjordanos (nativos de la orilla oriental del Jord¨¢n) que conforman la menguante poblaci¨®n original del reino, no han visto con buenos ojos que el linaje de una palestina cisjordana (procedente de la ribera opuesta) ocupe ahora el primer puesto en la l¨ªnea de sucesi¨®n en la dinast¨ªa hachem¨ª. El temor a perder la hegemon¨ªa del poder por el auge demogr¨¢fico de los exiliados de Palestina es la principal raz¨®n del resquemor transjordano.
En febrero de 2011, ya en pleno estallido de la primavera ¨¢rabe, 36 jefes tribales suscribieron un comunicado en el que acusaron a la reina de ¡°acaparar parcelas de poder en beneficio de sus intereses particulares y en contra de la voluntad de los jordanos¡±. La advertencia de los clanes conclu¨ªa con el mensaje al rey Abdal¨¢ II de que ¡°el trono podr¨ªa estar en peligro¡±.
El respaldo ofrecido por una reina consorte de origen cisjordano a una reforma legal que pretend¨ªa conceder a las mujeres el derecho a transmitir la nacionalidad pese a estar casadas con extranjeros ¡ªes decir, con palestinos¡ª le granje¨® la enemistad de la Jordania profunda y conservadora.
Los sectores urbanos liberales de Am¨¢n, en cambio, han respaldado a la reina. Sobre todo desde que pronunci¨® una dura condena contra el ISIS en 2014 en una intervenci¨®n en Abu Dabi: ¡°Los extremistas se basan en la complacencia de los moderados. Piensan que no vamos a hacer nada para frenarlos. Mi islam no es as¨ª¡±.
Siempre sin velo, Rania ha mostrado m¨¢s inter¨¦s aparente en promover proyectos para la educaci¨®n de los j¨®venes que en los rituales y tradiciones del poder en un pa¨ªs isl¨¢mico. Tal vez por ello suele figurar en la lista de las 100 mujeres m¨¢s poderosas de mundo de la revista Forbes. Y en las portadas de la prensa del coraz¨®n por sus vacaciones a bordo del yate de Bono, l¨ªder de U2.
Un herededero al trono en las revueltas
El heredero del trono de Jordania, el pr¨ªncipe Hussein, que a¨²na la estirpe transjordana de Abdal¨¢ y la ascendencia palestina de la ribera occidental de Rania, encarna el ideal de unidad de las comunidades de un pa¨ªs fracturado, aunque su figura tambi¨¦n puede exacerbar el rechazo sectario de las tribus beduinas. Desencadenadas por una reforma fiscal impuesta por el Fondo Monetario Internacional, las recientes protestas juveniles que sacudieron Am¨¢n suscitaron un encendido debate en las redes sociales. En los foros virtuales circularon im¨¢genes que, presuntamente, mostraban al heredero de Abdal¨¢ II dirigi¨¦ndose a los manifestantes de su generaci¨®n para defender el derecho a la protesta y agradecerles su comportamiento pac¨ªfico. Las fotograf¨ªas y grabaciones de v¨ªdeo difundidas eran confusas, pero la casa real hachem¨ª no hizo ning¨²n esfuerzo por desmentir la presencia del pr¨ªncipe Hussein, a punto de cumplir los 24 a?os, en la revuelta social.
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