Por fin la voz de Espa?a
El Gobierno no puede por s¨ª solo cambiar la situaci¨®n, pero debe proponer a Europa una visi¨®n solidaria
El barco de la muerte ha encontrado un puerto de solidaridad, y no es casualidad que sea Valencia, que recupera su protagonismo humano despu¨¦s de haberse ofrecido como ciudad de acogida en 2015. Por entonces, Ximo Puig y M¨®nica Oltra, indignados por la indiferencia y el rechazo del Gobierno, propon¨ªan poner un barco a disposici¨®n de los refugiados para salvarlos del mar. Hoy, merced a Pedro S¨¢nchez ¡ªque no olvida sus promesas¡ª, Valencia no solo acoge, sino que cuenta con el apoyo del nuevo Gobierno.
Enhorabuena para ambos, enhorabuena para Espa?a y enhorabuena para los millares de militantes an¨®nimos que desde hace a?os luchan con firmeza y sin descanso para que la mano salvadora ciegue la odiosa mirada infligida a inmigrantes y refugiados.
Ahora bien, sabemos que la soluci¨®n del problema no estriba solamente en posiciones humanitarias ni gestos simb¨®licos, m¨¢s all¨¢ del alcance y la importancia que tengan. Se trata de una cuesti¨®n extraordinariamente dif¨ªcil de solucionar ¡ªen caso de que existiera tal soluci¨®n¡ª que necesita una verdadera revoluci¨®n mental europea.
Digo europea por dos razones principales: porque los flujos demogr¨¢ficos desembocan, y seguir¨¢n haci¨¦ndolo, en Europa; y porque sin Europa, es decir, sin la uni¨®n de los europeos, no se podr¨¢n gestionar, controlar, orientar y mitigar. ?frica subsahariana quiere vivir dignamente y el fracaso generalizado de los gobiernos para contener el crecimiento demogr¨¢fico en los l¨ªmites del escaso desarrollo econ¨®mico hace que impere la huida global de las poblaciones y la consecuente b¨²squeda, a cualquier precio, de una nueva vida. Ni la polic¨ªa ni el peligro de la muerte pueden detener esta demanda humanitaria.
El gesto del Gobierno espa?ol no es la soluci¨®n, es s¨®lo una llamada a la decencia europea frente al auge de la indiferencia generalizada. Debe traducirse en una propuesta de acci¨®n que, desde Espa?a, retome la pol¨ªtica com¨²n europea en materia de inmigraci¨®n de modo ofensivo y no solo defensivo como se ha hecho hasta ahora. Por supuesto, la apertura de las fronteras es impracticable, pero no lo es un reparto equilibrado de la carga que toca a cada pa¨ªs en funci¨®n de su poblaci¨®n, riqueza y tasa de paro. Hay que aplicar las cuotas ¡ªque ya eran poco generosas¡ª y castigar a los pa¨ªses que no aceptan la solidaridad europea. Del mismo modo, Europa puede articular su pol¨ªtica de cooperaci¨®n sobre la base de una gran estrategia de ayuda al desarrollo de ?frica retomando el esp¨ªritu de los acuerdos de Lom¨¦ (1975-2000), que cre¨ªan en una discriminaci¨®n positiva en el comercio a favor de los pa¨ªses africanos y que la Uni¨®n debilit¨® dr¨¢sticamente en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Hoy pagamos las consecuencias demogr¨¢ficas de esa decisi¨®n pol¨ªtica de ego¨ªsmo econ¨®mico.
Tambi¨¦n hay que invertir en el desarrollo ecol¨®gico-econ¨®mico para evitar la desaparici¨®n de las condiciones m¨ªnimas de vida en regiones donde reina la sequ¨ªa, la desertificaci¨®n de los suelos y el hambre. Estas medidas, de largo alcance, no tendr¨¢n efectos inmediatos, pero pueden movilizar a los Estados africanos. La clave es asociarlos a Europa haci¨¦ndolos corresponsables de la situaci¨®n migratoria.
A corto plazo habr¨ªa que organizar la acogida respetando los derechos humanos, aumentando los permisos de residencia en los casos de mayor vulnerabilidad y reasentando ¡ªcon la ayuda de la ONU¡ª a quienes no puedan permanecer en los Estados de acogida. Y sobre todo, luchar despiadadamente contra la ideolog¨ªa del odio en Europa, incentivada por movimientos racistas. El Gobierno espa?ol no puede por s¨ª solo cambiar la situaci¨®n, pero debe proponer a Europa una visi¨®n solidaria. Pues la voz de Espa?a cuenta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Inmigrantes
- Servicios emergencia
- V¨ªctimas guerra
- Comunidad Valenciana
- Inmigraci¨®n
- Emergencias
- Solidaridad
- Transporte mar¨ªtimo
- Migraci¨®n
- Sucesos
- Opini¨®n
- Conflictos
- Demograf¨ªa
- Transporte
- Barco 'Aquarius'
- MSF
- Sos Mediterran¨¦e
- Salvamento mar¨ªtimo
- Inmigrantes africanos
- Refugiados
- ONG
- Seguridad mar¨ªtima
- Espa?a
- Sociedad