En defensa del espacio p¨²blico democr¨¢tico
Con la creciente privatizaci¨®n de zonas comunitarias y el incremento de movimientos populistas de derechas en Europa, hoy en d¨ªa un observatorio para este tipo de asuntos es m¨¢s necesario que nunca
La calidad del espacio p¨²blico en las ciudades es un claro indicador de la salud democr¨¢tica de nuestras sociedades. Este es el fundamento del Premio Europeo del Espacio P¨²blico Urbano, que ayer se otorg¨® por d¨¦cima vez en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB). El Premio bienal y su sitio web propician un foro ¨²nico en el que se refleja y debate la creaci¨®n, recuperaci¨®n y mejora de las ¨¢reas comunitarias en las ciudades europeas.
Organizado en colaboraci¨®n con los principales museos y centros de arquitectura en Londres, Par¨ªs, Frankfurt, Viena, Ljubljana y Helsinki, el premio se ha convertido en un observatorio reconocido internacionalmente. Si bien reconoce el buen dise?o p¨²blico urbano, lo "bueno" no es considerado a partir de criterios t¨¦cnicos y est¨¦ticos, sino de c¨®mo el principio de una ciudad abierta y compacta, de acceso universal y distancias cortas, se traduce en pr¨¢ctica.
Este a?o se presentaron 279 proyectos arquitect¨®nicos de 179 ciudades y 32 pa¨ªses europeos. El proyecto ganador, la remodelaci¨®n de la Plaza Skanderbeg en Tirana, la capital de Albania, destaca por la creaci¨®n de la zona peatonal m¨¢s grande de los Balcanes y por dar el primer paso hacia una urbe m¨¢s verde. Otras menciones honor¨ªficas fueron otorgadas al pasaje de Cuypers en ?msterdam, un t¨²nel para peatones y ciclistas que pasa por debajo de la estaci¨®n central de trenes para conectar el centro con el paseo mar¨ªtimo; la supermanzana del Poblenou en Barcelona que limita radicalmente el tr¨¢fico motorizado; y un escenario temporal al aire libre en Dnipro, Ucrania, que ocupa la antigua ubicaci¨®n de un anfiteatro estalinista de los a?os treinta.
Estos proyectos presentan, en diversos grados, los criterios centrales del galard¨®n: la convivencia ciudadana, la mixtura de usos, la movilidad sostenible, la preservaci¨®n de la memoria hist¨®rica de los lugares y la participaci¨®n de los habitantes en el dise?o del espacio p¨²blico.
M¨¢s all¨¢ de resaltar los logros de proyectos individuales, la relevancia urbana y pol¨ªtica del premio sobresale por el horizonte europeo compartido que ilustra. Cada a?o la amplia gama de presentaciones proporciona una visi¨®n panor¨¢mica de los desaf¨ªos que enfrentan las urbes europeas en el mantenimiento y la creaci¨®n de espacios p¨²blicos democr¨¢ticos, as¨ª como las soluciones de dise?o que surgen para solventarlos. Un archivo online muestra las presentaciones m¨¢s destacadas (m¨¢s de 300 proyectos en casi 200 ciudades europeas) desde la creaci¨®n del premio. La posibilidad de generar recomendaciones de pol¨ªticas p¨²blicas a partir de esta colecci¨®n de mejores pr¨¢cticas para gobiernos municipales es inmensa.
La palabra europeo en el t¨ªtulo implica un modelo o ideal de espacio p¨²blico urbano ligado al continente anclado a una historia y cultura compartidas. Corriendo el riesgo de simplificar demasiado, se puede decir que este modelo tiene sus ra¨ªces en la urbanizaci¨®n europea del siglo XIX y principios del XX y en el surgimiento de una nueva clase media urbana con una conciencia c¨ªvica fuerte. De la historia y cultura de esta clase media deriva la importancia que las ciudades europeas otorgan a lo que Hans Ibelings, miembro del jurado, ha denominado "espacio p¨²blico intermedio".
Las ¨¢reas alrededor de City Hall fueron vendidas a un inversor kuwait¨ª en 2013, por lo que ahora es ilegal que las personas protesten fuera de la edificaci¨®n sin un permiso corporativo
El espacio p¨²blico intermedio est¨¢ situado entre los espacios p¨²blicos formales, con una funci¨®n ceremonial y representativa, por un lado, y, por otro lado, los espacios p¨²blicos informales, como la esquina de la calle donde la gente se encuentra para charlar. Es la infraestructura social de puentes peatonales, ciclov¨ªas, parques infantiles y bancos p¨²blicas que caracterizan a las ciudades europeas y que est¨¢n tan omnipresentes en el archivo online. Es tambi¨¦n la base de la forma urbana liberal y democr¨¢tica a la que los grandes pensadores urbanos estadounidenses Jane Jacobs y Richard Sennett se refieren como la "ciudad abierta" o a lo que su hom¨®logo franc¨¦s Henri Lefebvre resume bajo el concepto del "derecho a la ciudad".
Sin embargo, este modelo europeo de espacio p¨²blico urbano ha tenido varios reveses en el transcurso de los ¨²ltimos dos siglos. Aparentemente existen dos amenazas en la actualidad que lo fuerzan a retroceder.
La primera es una consecuencia de la globalizaci¨®n neoliberal y la financiarizaci¨®n de las ciudades. Es la transformaci¨®n de espacio p¨²blico en lo que se ha llamado espacio p¨²blico de propiedad privada, ampliamente difundida en ciudades estadounidenses, particularmente en Nueva York, Boston y San Francisco. Esta estrategia de corto alcance para superar la escasez de presupuestos municipales tambi¨¦n se ha hecho popular en Europa; Londres encabeza esta tendencia. Como parte de la privatizaci¨®n del Southbank del T¨¢mesis, las ¨¢reas alrededor de City Hall, donde se encuentra la Oficina del Alcalde, fueron vendidas a un inversor kuwait¨ª en 2013, por lo que ahora es ilegal que las personas protesten fuera de la edificaci¨®n sin un permiso corporativo.
Aunque el espacio p¨²blico de propiedad privada en general sigue siendo accesible, es un espacio altamente vigilado y controlado, donde la libertad de expresi¨®n y de reuni¨®n, los pilares fundamentales del espacio p¨²blico abierto, se eliminan. Con la proliferaci¨®n de los centros comerciales, los condominios privados y las terrazas cercadas de varios restaurantes, una confusi¨®n peligrosa entre el espacio privado y p¨²blico impregna nuestra vida cotidiana.
Los populismos y el uso de las calles
La segunda amenaza para los fundamentos liberales del modelo europeo de espacio p¨²blico urbano, que apenas estamos empezando a comprender, es el crecimiento de movimientos y partidos populistas de derechas. El contexto de la realidad pol¨ªtica europea en la que vivimos, experimentamos y planificamos el espacio p¨²blico urbano, est¨¢ siendo radicalmente reescrito. Como Hans Ibelings se?ala: "Un buen espacio p¨²blico puede generar, apoyar y mejorar la vida de la ciudad y las vidas de sus ciudadanos, pero solo si las condiciones pol¨ªticas son favorables". Hoy existen lugares en Europa donde el ideal de una ciudad democr¨¢tica e inclusiva promovido por el premio no es necesariamente compartido por las autoridades municipales y por planificadores urbanos que se han convertido en c¨®mplices de la ¨¦lite gobernante.
Entre las candidaturas para el galard¨®n de este a?o est¨¢ la remodelaci¨®n de la Plaza Taksim de Estambul, lugar donde la variante turca del movimiento Occupy inici¨® manifestaciones en 2013 contra el autoritarismo creciente del r¨¦gimen. Lo llamativo del dise?o es que elude intencionalmente el simbolismo democr¨¢tico que la plaza hab¨ªa adquirido. En su lugar, construye una narrativa hist¨®rica de la Rep¨²blica de Turqu¨ªa que confiere legitimidad al status quo represivo.
Es posible que pronto ya no tengamos que mirar tan lejos hacia el este para observar tales confiscaciones del espacio p¨²blico urbano por parte de fuerzas reaccionarias. Como han demostrado las ¨²ltimas elecciones en Italia, Austria, Alemania y Francia, tambi¨¦n existe un creciente apoyo popular hacia partidos que cuestionan los principios liberales de apertura, inclusi¨®n y derechos de refugiados en los principales pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. La manera en c¨®mo estos cambios pol¨ªticos dar¨¢n forma a los espacios p¨²blicos de las ciudades europeas a¨²n est¨¢ por ver. Lo que s¨ª sabemos es que un observatorio como el premio es hoy a¨²n m¨¢s necesario que cuando se fund¨® hace dos d¨¦cadas.
Hannah Abdullah es investigadora en el Programa de Ciudades Globales. CIDOB
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