?Son el 1%!
La desigualdad de oportunidades se est¨¢ convirtiendo en estructural no solo en la crisis, sino tambi¨¦n en la recuperaci¨®n. Este texto es el pr¨®logo escrito por el autor para el informe de Oxfam 'Premiar el trabajo, no la riqueza' que se publica hoy
Al iniciarse el cuarto trimestre del a?o 2011, un grupo de ciudadanos americanos, en principio muy peque?o, inici¨® el movimiento Occupy Wall Street, que segu¨ªa las coordenadas de los movimientos de indignados que hab¨ªan crecido como setas en muchas partes del mundo. Seguramente fue el intelectual anarquista David Graever, presente all¨ª, el que puso en circulaci¨®n el afortunado lema ?Somos el 99%!, aludiendo al inmenso porcentaje de la poblaci¨®n que se sent¨ªa explotado por el 1% restante.
Una diferencia muy significativa entre esos movimientos protagonizados fundamentalmente por j¨®venes (aunque no solo) y otros que surgieron en el pasado, de ra¨ªz obrerista, es que para establecer la comparaci¨®n, los de ahora no solo se fijan en las condiciones de vida de la parte baja y media de la poblaci¨®n, sino tambi¨¦n en la de las clases altas: en las del 1%. La gente que est¨¢ en la c¨²spide de la escala social es tan inmensamente rica (lo que gana y lo que posee) que se ha convertido en los nuevos invisibles de la actual situaci¨®n: no quieren aparecer en p¨²blico, ni hacer ostentaci¨®n de su riqueza, para no ser objeto de la indignaci¨®n de la gente. Cuanto menos se los vea o se hable de ellos, mejor.
En ocasiones se analizan las distancias entre lo que se gana, pero no tanto entre lo que se posee. Sin embargo, tener patrimonio es imprescindible para la calidad de la vida y el bienestar, ya que se puede acudir a ¨¦l en estados de necesidad o para acceder a nuevas rentas; el patrimonio es, adem¨¢s, hereditario y contribuye a perpetuar la desigualdad a trav¨¦s de generaciones.
Tener patrimonio es imprescindible para la calidad de la vida y el bienestar. Es, adem¨¢s, hereditario y contribuye a perpetuar la desigualdad a trav¨¦s de generaciones
En los pa¨ªses occidentales ¡ªen los que tuvieron m¨¢s presencia los movimientos de los indignados¡ª tan significativo era el an¨¢lisis de las situaciones de pobreza absoluta y pobreza relativa, como de la desigualdad: lo que separa crecientemente a unos ciudadanos de otros. El informe de Oxfam aporta datos muy significativos de esta distinta realidad social en un pa¨ªs como Espa?a.
- Mientras el 10% m¨¢s pobre ha visto disminuir un 17% su participaci¨®n en la renta nacional durante la d¨¦cada de la Gran Recesi¨®n (a?os 2007 a 2016), el 10% m¨¢s rico la ha visto incrementada en un 5%. Y el 1% de la cima, en un 9%.
- El 10% m¨¢s rico concentra m¨¢s de la mitad de la riqueza total del pa¨ªs (un 53,8%); m¨¢s que el 90% restante. El 1% de ricos entre los ricos posee la cuarta parte de la riqueza, casi el mismo porcentaje que el 70%.
- En el ¨²ltimo a?o contabilizado, de 2016 a 2017, el 1% m¨¢s rico captur¨® el 40% de toda la riqueza creada mientras el 50% m¨¢s pobre apenas consigui¨® repartirse un 7% de ese crecimiento.
Durante los ¨²ltimos a?os, la mayor parte de los informes que Oxfam ha presentado en el Foro de Davos han estado sumergidos en los efectos de la Gran Recesi¨®n y sus consecuencias sobre el empobrecimiento, la desigualdad, la precarizaci¨®n estructural, la reducci¨®n de la protecci¨®n social y el aumento de la desconfianza ciudadana frente a las respuestas pol¨ªticas tradicionales. Desde hace ya casi cuatro a?os, Espa?a ha salido de la Gran Recesi¨®n y est¨¢ experimentando porcentajes de crecimiento muy notables. Y, sin embargo, una parte amplia de la poblaci¨®n no lo nota: con el crecimiento econ¨®mico no ha revertido la redistribuci¨®n negativa de la renta, la riqueza, el poder econ¨®mico y el poder pol¨ªtico (gobernar para las ¨¦lites). La recuperaci¨®n est¨¢ siendo tan asim¨¦trica como la propia crisis econ¨®mica, seguramente porque la gesti¨®n de la recuperaci¨®n est¨¢ siendo tan desequilibrada como lo fue la Gran Recesi¨®n.
Nuestro pa¨ªs se ha de enfrentar a datos como los siguientes:
- M¨¢s de 10 millones de ciudadanos (el 22,3% de la poblaci¨®n total) tienen rentas que se sit¨²an por debajo del umbral de pobreza. Entre ellos, casi el 29% de los menores de 16 a?os.
- Espa?a es el tercer pa¨ªs m¨¢s desigual de la Uni¨®n Europea, solo por detr¨¢s de Ruman¨ªa y Bulgaria, y empatado con Lituania. Es el pa¨ªs en el que m¨¢s ha crecido la desigualdad durante la d¨¦cada perdida (2007-2016).
- En la recuperaci¨®n (desde 2013 a2016), 29 de cada 100 euros provenientes del crecimiento han ido a parar al 10% de los ciudadanos con las rentas m¨¢s altas. Solo ocho de cada 100 euros han quedado en manos del 10% m¨¢s pobre. La recuperaci¨®n econ¨®mica ha favorecido cuatro veces m¨¢s a los m¨¢s ricos que a los m¨¢s pobres.
- Desde el primer trimestre del a?o 2012, la productividad por hora trabajada ha crecido 10 veces m¨¢s que el salario por hora trabajada. Las mejoras de la productividad se han destinado en buena medida a privilegiar el crecimiento de las rentas de capital, mientras que la masa salarial se ha estancado desde el a?o 2008.
- Casi el 14% de la poblaci¨®n ocupada son personas que a pesar de tener un empleo no logran salir de la pobreza. El 58% de ellas son mujeres.
Espa?a ha salido de la Gran Recesi¨®n y est¨¢ experimentando porcentajes de crecimiento muy notables. Y, sin embargo, una parte amplia de la poblaci¨®n no lo nota
Esta es la cara oculta de la prosperidad; aquella que es dif¨ªcil encontrar en los discursos del poder. Los silencios sociales son una de las trampas del sistema, y por ello conviene descorrer sus cerrojos como hace una vez m¨¢s el informe de Oxfam. La desigualdad de oportunidades se est¨¢ convirtiendo en estructural no solo en la crisis sino tambi¨¦n en la recuperaci¨®n, de tal manera que los beneficios del crecimiento van a parar a las manos de quienes ya viven holgadamente; ¨¦stos multiplican sus oportunidades de acceso a servicios, educaci¨®n y formaci¨®n, herramientas y canales de elusi¨®n fiscal, y acumulaci¨®n de los espacios econ¨®micos y pol¨ªticos. El bienestar de los j¨®venes depende cada vez m¨¢s de la renta y la riqueza de sus antecesores que de sus propios esfuerzos. Peligroso, dice la historia.
En la Espa?a de 2018 se cumple a rajatabla en trilema de Stiglitz. Uno: los mercados no son eficientes (y el desider¨¢tum de mercado ineficiente es el laboral). Dos: la pol¨ªtica, como es su funci¨®n, no logra corregir los fallos de los mercados. Tres: el sistema econ¨®mico (la econom¨ªa de mercado) y el sistema pol¨ªtico (la democracia) est¨¢n sometidos a la tensi¨®n extraordinaria de una desafecci¨®n ciudadana creciente.
De esto es de lo que hay que hablar. Lo dem¨¢s es a?adido.
Este texto es el pr¨®logo escrito por el autor para el informe de Oxfam Premiar el trabajo, no la riqueza.
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