La arquitecta que se mete en las favelas en busca de informaci¨®n
Una urbanista brasile?a impulsa un proyecto para hacer estad¨ªsticas sobre estos asentamientos ante la inoperancia del Gobierno que argumenta que no tiene datos sobre los suburbios
Cuando hablamos de favelas, Brasil no tiene claro ni c¨®mo referirse a ellas. Mientras que unos han optado por eliminar este t¨¦rmino tan unido a la violencia, otros lo reivindican como "espacio de afirmaci¨®n de una identidad propia, de resistencia y denuncia de sus condiciones". As¨ª lo recoge este documento del Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica (IBGE), que afirma que actualmente m¨¢s de 11 millones de personas viven en uno de estos asentamientos en su territorio.
Si el debate por el lenguaje est¨¢ vivo, el de los datos aspira a estarlo. "El Gobierno alega habitualmente que no dispone de informaci¨®n precisa para aplicar planes concretos para solucionar la precariedad de las favelas, nosotros recogemos esos datos para que no puedan decir que no los tienen". La que habla es Lais Rocha Le?o (Curitiba, 1994), arquitecta urbanista de 24 a?os y una de los 16 j¨®venes m¨¢s influyentes de 2018, seg¨²n la Comisi¨®n Europea. Acaba de visitar Bruselas en el marco de las Jornadas Europeas de Desarrollo, para contar c¨®mo ella y su equipo recorren estas barriadas para elaborar estad¨ªsticas y hacer an¨¢lisis cuantitativos y cualitativos de sus necesidades.
"Para transmitir a las autoridades sus demandas, necesitamos indicadores. Por ejemplo determinamos que el porcentaje que puede leer y escribir en un ¨¢rea determinada, que es el 70%, es inferior al de las ciudades, y con ese dato podemos hacer ver a las instituciones la necesidad de un programa educativo", a?ade. Rocha coordina un equipo dentro de la ONG Techo compuesto por voluntarios que cada d¨ªa recopila informaci¨®n de las favelas de su ciudad. A la vez, est¨¢ en constante contacto con las autoridades locales para empezar a poner soluciones a partir de esos indicadores. "Lleva su tiempo, creemos que gracias a un informe que estamos realizando, a final de a?o podremos comenzar a regular la situaci¨®n de una peque?a zona". La arquitecta se refiere con esto a incluir a sus habitantes en el censo, urbanizar sus calles e incluso darle un nombre a las mismas.
En los ¨²ltimos a?os la informaci¨®n obtenida sobre estas barriadas ha permitido cambiar la percepci¨®n y los prejuicios sobre estas comunidades. Un estudio del IBGE concluy¨® en 2013 que el 65% de sus habitantes pertenecen a la clase media, que el 70% tienen cuenta corriente bancaria y el 35% posee tarjeta de cr¨¦dito. Adem¨¢s de las cifras desnudas, Rocha busca la implicaci¨®n de los vecinos: "Intentamos que la comunidad participe en el proyecto. La transparencia y la empat¨ªa son muy importantes en este trabajo y, por suerte, la mayor¨ªa de ellos ya nos conocen y conf¨ªan en nosotros. Es muy duro luchar contra la frustraci¨®n, porque ellos ya han escuchado promesas muchas veces y nunca ha cambiado nada".
Es muy duro luchar contra la frustraci¨®n, porque ellos ya han escuchado promesas muchas veces y nunca ha cambiado nada
La iniciativa tiene tambi¨¦n una perspectiva de g¨¦nero. La urbanista opina que a trav¨¦s del cambio en el entorno, mejorar¨¢ la situaci¨®n de las mujeres. "Si reforzamos la comunidad, ellas tendr¨¢n, por ejemplo, un lugar en el que dejar a sus hijos y as¨ª poder trabajar", apunta Rocha. En las favelas, las mujeres suelen ser l¨ªderes en muchos de los proyectos que se llevan a cabo, pero tambi¨¦n son las m¨¢s damnificadas por las circunstancias. La mayor¨ªa est¨¢n solas con varios hijos, bien porque el padre se ha marchado o porque son ellas las que huyen del maltrato.
La primera vez que Lais visit¨® una favela fue de la mano de sus abuelos, que quisieron que viera como eran esos asentimientos y fuera consciente de la realidad. "Son lugares que en cierto modo est¨¢n relacionados con la esclavitud y el racismo. Nuestras ciudades son el reflejo de nuestra historia", asegura. Ella quiere cambiar un poco el curso de esta historia y que los habitantes de estas barriadas no sean vistos nunca m¨¢s como "vagos y mala gente".
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