La escuela con m¨¢s refugiados que nacionales
La educaci¨®n p¨²blica libanesa est¨¢ desbordada por la llegada de m¨¢s de 200.000 estudiantes sirios. M¨¢s de la mitad de los desplazados entre tres y 18 a?os est¨¢ fuera de la ense?anza formal
"?Hoy vas a llevar el uniforme?¡±, le grita su madre desde el otro cuarto. Maher [nombre ficticio, como los de los otros refugiados mencionados en este reportaje] no le hace mucho caso. Est¨¢ demasiado ocupado en peinarse y repeinarse el cabello engominado. Solo cuando ya no queda ni un pelo fuera de lugar, le contesta que s¨ª y trota a por el uniforme hacia la habitaci¨®n contigua, la ¨²nica, adem¨¢s del sal¨®n, de una tienda de campa?a en la que malviven 16 personas huidas del conflicto en Siria. Mochila al hombro, coqueto, cruza el asentamiento informal de Talyani, en Bar Elias (L¨ªbano), hasta la escuela.
L¨ªbano es el pa¨ªs que m¨¢s refugiados acoge en comparaci¨®n con el n¨²mero de habitantes; ya representan un cuarto de la poblaci¨®n, superando en n¨²mero a los alumnos libaneses en la educaci¨®n b¨¢sica (6-15 a?os) ¡ªen el a?o acad¨¦mico 2017-2018, el Ministerio de Educaci¨®n registr¨® 213.358 extranjeros frente a 209.409 nacionales¡ª.
Desde el comienzo de la guerra en Siria, que ya ha entrado en su octavo a?o, la ense?anza p¨²blica ha doblado el n¨²mero de alumnos. El 48% de los casi 490.000 refugiados sirios en L¨ªbano entre tres y 18 a?os est¨¢ integrado en el sistema p¨²blico de educaci¨®n formal del pa¨ªs de acogida, seg¨²n Acnur (la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados). La mayor¨ªa de ellos?(el 71%) ha acudido en el turno de tarde a una de las 350 escuelas habilitadas por el Gobierno para hacer frente a la emergencia.
Los esfuerzos de las autoridades locales han logrado un fuerte repunte en las matriculaciones en primaria y secundaria (un 70% entre los seis y 14 a?os en 2017 frente al 52% del a?o anterior). Pero, a pesar de los avances, los problemas no terminan con el ingreso en las aulas. Diferencias de curr¨ªculo; clases abarrotadas en las que conviven alumnos de distintos niveles, edades o idiomas; transporte; seguridad, penurias ¡ªtres cuartos de los refugiados sirios viven por debajo del umbral de pobreza¡ª y discriminaci¨®n representan los principales obst¨¢culos para su integraci¨®n real. M¨¢s de la mitad de los refugiados entre tres y 18 a?os, sobre todo adolescentes, sigue fuera de las aulas y acabar el ciclo de estudios representa una excepci¨®n (apenas el 12% de los j¨®venes entre 17 y 19 a?os ha finalizado el noveno curso).
L¨ªbano ha logrado reducir el n¨²mero de ni?os sirios fuera de programas de educaci¨®n formal e informal, pasando del 50% registrado en diciembre 2016 al 43% al cierre de 2017, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la plataforma No lost generation. Pero el aumento de la pobreza y el recorte de la ayuda econ¨®mica ponen en la cuerda floja estos progresos. En la conferencia de donantes de Bruselas del pasado mes de abril, la comunidad internacional se comprometi¨® a destinar a Siria 4.400 millones de d¨®lares en 2018 (unos 3.600 millones de euros), es decir, la mitad de los 7.300 millones de euros que las Naciones Unidas estiman necesarios.
¡°Estamos incrementando el n¨²mero de alumnos extranjeros, pero el apoyo econ¨®mico no crece de manera paralela¡±, lamenta Sonia al-Khoury, funcionaria del Ministerio de Educaci¨®n. Khoury dirige el brazo ejecutivo del programa ministerial Alcanzar a todos los ni?os con Educaci¨®n (RACE, por sus siglas en ingl¨¦s), que arranc¨® en 2014 con el objetivo de mejorar el acceso, la calidad y el sistema escolar.
La funcionaria es consciente del reto al que se enfrenta el sector p¨²blico, pero defiende la actuaci¨®n del Ministerio. ¡°L¨ªbano es un buen ejemplo de c¨®mo acoger a un n¨²mero de estudiantes extranjeros superior al de alumnos libaneses. Y lo estamos haciendo con ¨¦xito, como demuestran tambi¨¦n las calificaciones de los sirios en los ex¨¢menes oficiales, con notas parecidas a las de los nacionales¡±, asegura.
¡°Cualquier otro pa¨ªs con m¨¢s de un mill¨®n de refugiados ?ser¨ªa capaz de ofrecerles cabida en su sistema de educaci¨®n p¨²blica? Les ofrecemos ense?anza, porque creemos en el derecho a la educaci¨®n de calidad y no podemos dejarles en la calle. Los integramos no para acogerlos para siempre en nuestro sistema, sino para que disfruten del derecho a la educaci¨®n y que tengan oportunidades mejores en la vida cuando vuelvan a Siria¡±. [Siga leyendo aqu¨ª la entrevista completa con Sonia al-Khoury]
La regi¨®n con menos matriculaciones
Maher, peinado impecablemente, cruza el patio de la escuela de Talyani, bajo el sol insoportable del Valle de la Bekaa. Tiene 10 a?os, de los cuales lleva cuatro en L¨ªbano. Su padre muri¨® a los cuatro d¨ªas de llegar desde Homs, dejando a su madre sola con 12 hijos, incluido un beb¨¦. Solo tres de sus hermanos estudian, otros cuatro tuvieron que renunciar para echar una mano en casa, mientras que los mayores trabajan cuando pueden. A Maher le gusta echar carreras con sus amigos. No es el que m¨¢s r¨¢pido corre, admite, pero no se le da tan mal. En ¨¢rabe, en cambio, es muy bueno. Quiere estudiar para ser profesor, volver a Siria cuando acabe el conflicto y ayudar en la reconstrucci¨®n.
El Valle de la Bekaa es una de las regiones que m¨¢s refugiados sirios acoge por la cercan¨ªa con la frontera. Esta zona presenta las tasas de matriculaci¨®n para ni?os entre seis y 14 a?os m¨¢s bajas del pa¨ªs, a pesar de que se duplicaran en un a?o (del 30% de 2016 al 59% de 2017). La escuela que frecuenta Maher, gestionada por Entreculturas ¡ªque prest¨® su apoyo para la realizaci¨®n de este reportaje¡ª y el Servicio Jesuita al Refugiado en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Kayany, es una de las pocas del pa¨ªs dirigidas por ONG y autorizadas por el Gobierno para ofrecer educaci¨®n formal, ante la sobrepoblaci¨®n de los servicios p¨²blicos de la zona.
La escuela de Talyani acoge de manera gratuita a alrededor de 600 alumnos entre tres y 13 a?os repartidos en turnos de ma?ana y tarde. ¡°Nosotros fomentamos la integraci¨®n en la escuela p¨²blica, pero a los estudiantes no les suele gustar, porque las clases est¨¢n abarrotadas y denuncian discriminaci¨®n, abusos f¨ªsicos y verbales por parte de los profesores¡±, sostiene Nassib Shokr, responsable de Educaci¨®n del Servicio Jesuita al Refugiado en Bar Elias.
¡°Uno de mis estudiantes estaba en la escuela p¨²blica y me contaba que su profesora le dec¨ªa: ¡®Si quieres entender, lo entiendes. Es tu problema¡±, se?ala Samia Ali Saleh, profesora de ingl¨¦s en Talyani. Para esta ense?ante de 31 a?os de Al Marge, una localidad cerca de Bar Elias, los alumnos refugiados necesitan una atenci¨®n especial. ¡°Viven situaciones muy duras y tenemos que ser sus maestros, sus padres, sus hermanos y sus amigos. Mis estudiantes, al ver que me dirig¨ªa a ellos desde el respeto, me preguntaban: ¡®Profe, ?eres libanesa? ?En serio?¡¯. S¨ª, ?qu¨¦ hay de malo? Y, si t¨² eres sirio, ?d¨®nde est¨¢ el problema? No es una cuesti¨®n de nacionalidad. Se trata de seres humanos¡±.
Los pa¨ªses vecinos
En 2016, la comunidad internacional reunida en Londres lanz¨® una cruzada para asegurar que ni un refugiado sirio se quedara sin acceso a la educaci¨®n, tanto dentro del pa¨ªs como en las sociedades de acogida. Dos a?os despu¨¦s, las matriculaciones en Siria se han estabilizado, con alrededor de 3,7 millones de ni?os (64% de la infancia en edad escolar) actualmente inscritos en la escuela. En el conjunto de los cinco pa¨ªses de la regi¨®n (Turqu¨ªa, L¨ªbano, Jordania, Irak y Egipto), sin embargo, la infancia que participa en programas de educaci¨®n formal o informal ha pasado del 59% en diciembre de 2016 al 65% un a?o despu¨¦s, sobre todo gracias a los avances registrados en la educaci¨®n formal en Turqu¨ªa y en la no formal en L¨ªbano.
Pero quedan a¨²n 689.000 ni?os y ni?as sin escolarizar, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la plataforma No lost generation. Las razones a la base del abandono escolar siempre son las mismas: trabajo y matrimonio infantiles, falta de documentaci¨®n de identidad, inseguridad, traumas vinculados con el desplazamiento, pobreza.
En 2017, las agencias internacionales hicieron un llamamiento para la respuesta humanitaria en Siria y en los cinco pa¨ªses de la regi¨®n para conseguir 1.091 millones de d¨®lares (unos 940 millones de euros), de los que recaudaron solo el 52%, una cifra inferior a la recogida el a?o anterior.
Los refugiados en edad escolar de la Valle de la Bekaa se enfrentan tambi¨¦n a otros obst¨¢culos que contribuyen al abandono escolar, como desalojos forzosos por parte de las autoridades locales, altos costes para regularizar la estancia en L¨ªbano o gastos inasumibles para el transporte escolar. ¡°Muchos menores de edad dejan los estudios para trabajar como temporeros¡±, explica Mahmoud Bwary, responsable de Educaci¨®n de Unicef desde Zahl¨¦, donde el Fondo de las Naciones Unidas ha abierto un centro de educaci¨®n no formal para primera infancia con el objetivo de preparar a los ni?os para el ingreso en la escuela p¨²blica. ¡°Otra barrera es el matrimonio infantil¡±, agrega.
Hala, de 14 a?os, no trabaja ni estudia. En 2013, cuando huy¨® de Kobane para trasladarse a Beirut, tuvo que renunciar a la ense?anza. Lo volvi¨® a intentar en el pa¨ªs de acogida, pero la destinaron al primer curso, con alumnos muchos m¨¢s j¨®venes que ella, y no quiso. A pesar de todo, sigue so?ando con ser abogada de mayor. Tamim, en cambio, nunca fue a la escuela. Con 13 a?os ¡ªcasi 14, matiza¡ª, este chico de Alepo no encontr¨® ning¨²n centro equipado para acoger a alguien en silla de ruedas como ¨¦l. Hala y Tamim, en la espera de retomar los estudios, frecuentan el Club de J¨®venes que Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados han abierto en Borj Hammoud, en la periferia de la capital libanesa, en el marco del proyecto Frans Van Der Lugt.
Una convivencia dif¨ªcil
En este distrito densamente poblado viven alrededor de 12.000 sirios, por lo que la maltrecha econom¨ªa y la pugna por los mismos recursos y servicios exasperan las tensiones entre lugare?os y reci¨¦n llegados. ¡°Antes hab¨ªa m¨¢s trabajo, pero ya no hay empleo para los libaneses¡±, se queja un vecino que prefiere ocultar su nombre. Lleva d¨ªas sin ver a clientes cruzar por la puerta de su tienda de muebles. ¡°Me temo que si los sirios siguen recibiendo tantos privilegios, nunca van a regresar a su pa¨ªs y L¨ªbano no puede recibir a m¨¢s refugiados¡±, zanja.
La tensi¨®n de las calles se traslada a los hogares. ¡°Hay mucho abuso verbal y f¨ªsico en las familias refugiadas. Los adultos ven las noticias en la tele sobre lo que pasa en Siria, viven hacinados en pisos peque?os y transmiten malas emociones a los hijos¡±, se?ala Aula Al Hussein, trabajadora social en la escuela Frans Van Der Lugt. ¡°Todo esto se plasma en falta de concentraci¨®n, agresividad, miedo a la oscuridad¡¡±.
Angela Maria Abboche, directora de la escuela, recuerda que los inicios fueron complicados. ¡°Nos tiraban botellas vac¨ªas al patio. Ahora la situaci¨®n ha mejorado, pero ning¨²n liban¨¦s participa en nuestras actividades¡±, explica. Ella misma, beirut¨ª, representa una excepci¨®n, as¨ª como otros docentes libaneses del centro, que acompa?an a profesores sirios que trabajan como voluntarios debido a las restricciones legales impuestas sobre las ocupaciones de los refugiados. Abboche, de 27 a?os, interrumpe la conversaci¨®n una y otra vez, bien porque un ni?o le agarra el borde de la camiseta para reclamar un abrazo, bien para atender a una madre o para tocar el timbre del recreo. Lleva cuatro a?os en la escuela, donde se ofrece educaci¨®n no formal para primera infancia y apoyo escolar para los alumnos de las escuelas p¨²blicas, para que se adapten al nuevo curr¨ªculo. El principal obst¨¢culo para ellos es el idioma, ya que en L¨ªbano las asignaturas se imparten en ingl¨¦s o franc¨¦s, mientras que en Siria toda la ense?anza es en ¨¢rabe.
El ingl¨¦s es precisamente la asignatura que m¨¢s le cuesta a Yaser, por eso acude a las clases de refuerzo del centro. Este chico de Afrin tiene 12 a?os y una mirada seria que no se corresponde con su edad. Lleg¨® a L¨ªbano en 2012, pero a¨²n a?ora la vida en Siria. ¡°Fue dif¨ªcil en la escuela, porque no hablaba ingl¨¦s¡±, revela, ¡°pero ahora ya va mejor¡±.
La profesora Maysaa J., de Afrin, a¨²n recuerda su primera clase en Borj Hammoud. ¡°Fue muy dura, porque no ten¨ªa experiencia y hab¨ªa m¨¢s de 40 alumnos en clase¡±, cuenta. ¡°Eran todos eran refugiados, no conoc¨ªan a nadie en L¨ªbano, algunos nunca hab¨ªan sido escolarizados o solo hablaban kurdo. No ten¨ªamos medios, pero a¨²n as¨ª, siempre hemos intentado darlo todo por ellos¡±.
A pesar de las dificultades, la libanesa Sabine Akkory, que en Frans Van Der Lugt imparte clases de ingl¨¦s, lo prefiere a un empleo en el sector p¨²blico. ¡°Estos ni?os necesitan ayuda despu¨¦s de todo lo que han sufrido. Es mi deber ense?arles que el mundo no es tan malo¡±.
Los sirios palestinos
Entre los que huyen del conflicto en Siria, tambi¨¦n hay palestinos. El ¨²ltimo censo del Comit¨¦ de Di¨¢logo Liban¨¦s-Palestino, realizado el pasado mes de diciembre, apunta a la presencia de 18.600 de ellos en L¨ªbano, que elevan a casi 174.000 el total de los que viven en el pa¨ªs. La Agencia de Naciones Unidas para Refugiados Palestinos (Unrwa), sin embargo, cifra los sirios en 32.000 sobre un total de 450.000 residentes en L¨ªbano.
Unrwa gestiona 66 escuelas en L¨ªbano, en las que estudian alrededor de 37.000 alumnos, de los cuales unos 5.500 sirios. En 2012, la Agencia empez¨® a integrar a los refugiados sirios en sus centros a trav¨¦s de un sistema parecido al escogido por el Gobierno liban¨¦s. 14 centros empezaron a funcionar con dobles turnos para que los nuevos alumnos se pudieran adaptar al nuevo curr¨ªculo y fueran gradualmente integrados en las aulas por la ma?ana. En la actualidad, solo una escuela, en una zona remota del pa¨ªs, sigue operando por la ma?ana y por la tarde.
"El sistema de dobles turnos que las escuelas libanesas han puesto en marcha para los alumnos sirios no genera una separaci¨®n", explica Salem Dib, coordinador de educaci¨®n de Unrwa en L¨ªbano. "La educaci¨®n es vital y si no hay disponibilidad f¨ªsica en las clases, hay que buscar alternativas. Cuanto m¨¢s ni?os tienen acceso a los estudios, la sociedad en su conjunto estar¨¢ m¨¢s integrada y estable".
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