A la caza de la bacteria que est¨¢ matando a los olivos
Investigadores espa?oles detectan desde el aire una infecci¨®n que amenaza a los cultivos mediterr¨¢neos antes de que sea visible
La Xylella fastidiosa es una bacteria tan temida que hay agricultores que, estando obligados a comunicarlo, ocultan que sus cultivos est¨¢n infectados. Sin tratamiento conocido, da?a hasta la muerte a vides, almendros, frutales... y hasta 350 especies de clima mediterr¨¢neo. Ahora, un grupo de investigadores, liderados por varios espa?oles, ha logrado detectar su infecci¨®n en olivos enfermos con im¨¢genes a¨¦reas antes de que los s¨ªntomas sean visibles. As¨ª, aunque no se pueda salvar a los infectados, s¨ª se podr¨ªa detener la epidemia.
La bacteria es end¨¦mica de Am¨¦rica, donde fue identificada a finales del siglo XIX en vi?edos de California. El ¨²nico tratamiento es detectar la infecci¨®n a tiempo, arrancar los ¨¢rboles cercanos y mantener la zona en cuarentena. A Europa lleg¨® en 2013, cuando la detectaron en la regi¨®n de Apulia, en el sur de Italia. Al poco, se produjeron nuevos casos en C¨®rcega y la Costa Azul francesa. En Espa?a se la localiz¨® en olivos de Ibiza y Mallorca. Y en 2017 le toc¨® el turno a almendros en Alicante y, recientemente, unos pocos olivares en Madrid.
"Se trata de eventos distintos, pero muestran que esta bacteria es la m¨¢s peligrosa para las especies vegetales de clima mediterr¨¢neo", dice el investigador del Instituto de Agricultura Sostenible, con sede en C¨®rdoba, Juan Antonio Navas. En Apulia, en apenas cinco a?os, "ha dejado m¨¢s de un mill¨®n de olivos muertos y una cantidad mucho m¨¢s grande, estimada en m¨¢s de 10 millones, los ¨¢rboles afectados", a?ade el fitopat¨®logo del CSIC. La bacteria, que es transmitida de ¨¢rbol a ¨¢rbol por insectos chupadores, se ha extendido a otras zonas oleicas de Italia y solo la introducci¨®n de variedades de olivo m¨¢s resistentes est¨¢ permitiendo recurar algunos campos. "El problema es que se lleg¨® tarde, cuando las autoridades dieron la alerta, ya hab¨ªa 8.000 hect¨¢reas infectadas", completa Navas.
Los ¨¢rboles infectados pueden permanecer asint¨®m¨¢ticos durante m¨¢s de un a?o mientras infectan a otros
Para lograr una detecci¨®n temprana de la infecci¨®n, un grupo de cient¨ªficos del instituto cordob¨¦s, del Centro Conjunto de Investigaci¨®n (JRC, por sus siglas en ingl¨¦s), dependiente de la Comisi¨®n Europea, y tres universidades europeas han dise?ado un m¨¦todo que detecta los primeros s¨ªntomas a¨²n antes de que sean visibles. Usando dos tipos de c¨¢maras, una t¨¦rmica y otra hiperespectral, a bordo de un avi¨®n fotografiaron una amplia extensi¨®n de Apulia, escaneando m¨¢s de 200.000 olivos entre 2016 y 2017. Es como si hubieran estado tomando la temperatura a los enfermos.
"Desde que una planta se infecta por la bacteria Xylella fastidiosa hasta que presenta s¨ªntomas visuales pueden pasar entre 8 y 14 meses", comenta el investigador del JRC y coautor de esta investigaci¨®n, Pablo Zarco. "Durante este tiempo la planta no muestra s¨ªntomas, pero su aparato fotosint¨¦tico se ve afectado. Los cambios que se producen en determinados pigmentos (carotenos, antocianinas, xantofilas) as¨ª como en la emisi¨®n de fluorescencia clorof¨ªlica son detectables mediante estas c¨¢maras antes de que se produzcan dichos s¨ªntomas visibles por el ojo humano", a?ade.
La X. fastidiosa, que debe su nombre a la imposibilidad de su cultivo en laboratorio, va taponando los xilemas de la planta (la red vascular que transporta agua y nutrientes) a medida que progresa la infecci¨®n. Esto afecta a su capacidad para la evapotranspiraci¨®n, lo que hace que aumente la temperatura, aumento que capta la c¨¢mara t¨¦rmica. En paralelo, la degradaci¨®n de los pigmentos conlleva una menor capacidad para la fotos¨ªntesis, lo que cambia la absorci¨®n de la luz, cambios que registra la c¨¢mara hiperespectral. Despu¨¦s, una de red neuronal y algoritmos matem¨¢ticos interpretan tal estr¨¦s. "Podemos saber si las alteraciones fotografiadas son por falta de riego, por sequ¨ªa o por la acci¨®n de un pat¨®geno", explica Navas.
Para comprobar la validez de los algoritmos usados para leer las im¨¢genes captadas, los autores del estudio analizaron sobre el terreno 7.000 olivos de una veintena de fincas de los que hab¨ªan fotografiado desde el cielo. Tras inspecciones oculares, tomaron muestras de distintos ¨¢rboles para ver, ya en el laboratorio, si estaban infectados. Los resultados, publicados en la revista Nature Plants, llegaron hasta un 80% de efectividad. Adem¨¢s, la mayor parte de los falsos positivos acabaron siendo confirmados: tras sucesivas visitas, el 61% de los ¨¢rboles que el sistema catalog¨® como enfermos , pero los pat¨®logos consideraron sanos tras su inspecci¨®n visual acabaron por desarrollar la enfermedad meses m¨¢s tarde. De haber contado con esta tecnolog¨ªa en Apulia igual s¨ª habr¨ªan llegado a tiempo.
Adem¨¢s, al ir montado en un avi¨®n o drones, el sistema podr¨ªa ver all¨ª d¨®nde algunos quieren. En ocasiones, los agricultores afectados ocultan la infecci¨®n. Saben que, si se comprueba que es por X. fastidiosa, todos los ¨¢rboles que est¨¦n a menos de 100 metros a la redonda de uno enfermo (en el caso del olivar) tienen que ser arrancados. Con que tenga unos cuantos desperdigados, puede costarle toda la finca. Pero con este ojo de halc¨®n, estos comportamientos que pueden favorecer la extensi¨®n de la plaga podr¨ªan ser neutralizados y no solo para proteger a los olivos.
"No es exclusivo para su aplicaci¨®n en olivo o para X.fastidiosa. Puede utilizarse para otras enfermedades o pat¨®genos", comenta el fitopat¨®logo del CSIC. De hecho, ya lo han usado de forma experimental en la detecci¨®n de la veticilosis en olivos, la principal enfermedad del olivar en Andaluc¨ªa y la regi¨®n mediterr¨¢nea. Adem¨¢s, recuerda Zarco, del JRC, "estamos organizando vuelos en Alicante en zonas de almendros afectadas por la Xylella fastidiosa".
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