Espa?a y los ODS: algo se mueve

Como en tantos otros ¨¢mbitos del inter¨¦s publico en nuestro pa¨ªs, el panorama de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se ha despejado considerablemente en las ¨²ltimas semanas. Los lectores de este blog tal vez recuerden el lamento que publicamos hace solo un par de meses, comentando el Borrador cero (Zero) elaborado por el Gobierno. Desde entonces, no solo tenemos un segundo borrador ¨Cm¨¢s completo y del que hablaremos en los pr¨®ximos d¨ªas¨C, sino que contamos con lo que m¨¢s importaba en este momento: la atenci¨®n y el compromiso del Gobierno.

Con su decisi¨®n de crear un Alto Comisionado para los ODS ¨Ccon m¨²sculo t¨¦cnico y dependiente directamente de su Presidencia¨C Pedro S¨¢nchez env¨ªa el mensaje pol¨ªtico adecuado y demuestra que comprende el car¨¢cter transversal de estos objetivos. Ahora solo queda que los aterrice de un modo reconocible para la mayor¨ªa de los espa?oles. Estos objetivos dejar¨¢n de ser un acr¨®nimo desconocido cuando los ciudadanos podamos asociarlo con mares m¨¢s limpios, sociedades m¨¢s justas o ciudades m¨¢s vivibles.

Afortunadamente, no est¨¢n solos. Esta misma semana he tenido dos oportunidades de comprobar que la sociedad ha decidido no esperar al gobierno central en la implementaci¨®n de la Agenda 2030. La primera fue la presentaci¨®n de un nuevo documento de ISGlobal titulado La Responsabilidad Social Empresarial en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El trabajo ha sido escrito por mi compa?era Leire Paj¨ªn y en ¨¦l se realiza una propuesta pr¨¢ctica y l¨²cida para optimizar la contribuci¨®n del sector privado a esta agenda. No son pocas las empresas que se est¨¢n poniendo a tiro, espoleadas en parte por la responsabilidad de sus directivos y empleados, pero yo dir¨ªa que sobre todo por la oportunidad de conservar y expandir su negocio sobre la base de un modelo m¨¢s responsable. En el documento encontrar¨¢n numerosos ejemplos, buenas pr¨¢cticas y propuestas dirigidas a una diversidad de actores.

La segunda ocasi¨®n ha sido la Conferencia Iberoamericana sobre ODS, cuya primera edici¨®n se desarrolla estos d¨ªas en Salamanca. Se trata de una fabulosa oportunidad para establecer el tipo de coaliciones improbables que fundamentan el ¨¦xito de los ODS. All¨ª se est¨¢n dando cita representantes de ciudades, universidades, empresas, j¨®venes y muchos otros que se mezclan para entender y aprovechar el valor a?adido ajeno en cuatro asuntos centrales de la agenda: educaci¨®n para la transformaci¨®n; medio ambiente y energ¨ªa; alianzas multiactor; e innovaci¨®n para el desarrollo.

Un buen ejemplo de esta energ¨ªa vino de las comunidades aut¨®nomas. Los representantes de cinco de ellas (La Rioja, Navarra, Castilla-Le¨®n, Arag¨®n y Castilla-La Mancha) expusieron los avances que han realizado en casi tres a?os. Y resulta inspirador: decenas de iniciativas legales y pol¨ªticas, mapeos presupuestarios por ODS o identificaci¨®n de retos y buenas pr¨¢cticas. Sobre todo, un ejercicio activo de pedagog¨ªa interna que ha hecho que en estas comunidades aut¨®nomas la Agenda 2030 se acerque a la actividad cotidiana de sus administraciones.

Tanto las empresas del primer encuentro como las comunidades aut¨®nomas del segundo plantearon un desaf¨ªo com¨²n para el Gobierno de Espa?a (y para la alta comisionada que previsiblemente va a ser nominada en el Consejo de Ministros de ma?ana): una direcci¨®n estrat¨¦gica que permita alinear prioridades, definir indicadores de seguimiento y optimizar los recursos disponibles. En otras palabras, liderar.

Son todas buenas noticias. No vamos a resolver nuestros problemas en cuatro d¨ªas ni en una legislatura, pero al menos se ha roto este maleficio que nos manten¨ªa paralizados y absortos.