?Son fiables los estudios sobre nutrici¨®n?
Un macroestudio sobre dieta mediterr¨¢nea corregido a?os despu¨¦s muestra la dificultad para estudiar los efectos de la alimentaci¨®n

La investigaci¨®n no da grandes titulares. No lo hace en proporci¨®n a los a?os de estudio, inversi¨®n econ¨®mica y carreras entregadas a su causa. Aunque al leer la prensa cada ma?ana pudiera parecer lo contrario.
Para empezar, es evidente que no todos los art¨ªculos acad¨¦micos que se publican diariamente en revistas cient¨ªficas tienen cabida en los medios dirigidos al p¨²blico. Es normal. Actualmente hay cerca de 6.000 revistas cient¨ªficas de impacto (relevantes por la calidad y el prestigio de sus publicaciones). Pese a que los resultados que presentan son importantes para la comunidad cient¨ªfica, muchos de ellos son tan espec¨ªficos de un campo concreto que solo pueden ser interpretados y utilizados por especialistas con conocimientos profundos sobre ese ¨¢rea.
Por otra parte, por cada estudio publicado, hay un n¨²mero indeterminado de ensayos con resultados negativos que nunca ver¨¢n la luz, a pesar de que tambi¨¦n ser¨ªan valiosos. Es lo que se conoce como ¡°sesgo de publicaci¨®n¡±: los estudios con resultados estad¨ªsticamente significativos tienen m¨¢s probabilidades de ser publicados que aquellos que no son significativos.
La nutrici¨®n es una ciencia reciente: los pasos cortos pero firmes son los que asentar¨¢n unos buenos cimientos
Este sesgo que incluso podr¨ªa parecer ¡°de pura l¨®gica¡± (?para qu¨¦ se va a dar importancia a una investigaci¨®n que nos dice que algo no funciona, que no est¨¢ probado y que por lo tanto nuestra hip¨®tesis era incorrecta?), no es intrascendente. Supone, entre otros problemas, que se invertir¨¢n recursos en repetir investigaciones que dar¨¢n de nuevo resultados negativos o que, cuando se revise la literatura cient¨ªfica, se llegar¨¢ a conclusiones basadas exclusivamente en datos publicados (lo que es un problema, especialmente en el caso de estudios observacionales que son los m¨¢s frecuentes en nutrici¨®n).
Errores y rectificaciones
Ha sido precisamente en el campo de la nutrici¨®n en el que en los ¨²ltimos d¨ªas han temblado los cimientos de una investigaci¨®n desarrollada en Espa?a. Estos son los antecedentes. En el a?o 2013, una de las revistas cient¨ªficas m¨¢s prestigiosas, New England Journal of Medicine (NEJM), public¨® los resultados del estudio PREDIMED (Prevenci¨®n Dieta MEDiterr¨¢nea) en el art¨ªculo Prevenci¨®n primaria de la enfermedad cardiovascular con la dieta mediterr¨¢nea.
Las conclusiones de este ensayo aleatorizado recog¨ªan: ¡°Entre las personas con riesgo cardiovascular elevado, una dieta Mediterr¨¢nea suplementada con aceite de oliva virgen extra (AOVE) o frutos secos reduce la incidencia de complicaciones cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte por enfermedad cardiovascular)¡±. Esa reducci¨®n del riesgo se cuantific¨® en un 30% al comparar estas dietas con una dieta baja en grasa. Los ensayos cl¨ªnicos aleatorizados son los que aportan mayor evidencia cient¨ªfica y la investigaci¨®n fue considerada una de las 14 m¨¢s relevantes de las publicadas ese a?o en NEJM.
Sin embargo, en 2017 el anestesista John Carlisle encontr¨® fallos en el proceso de aleatorizaci¨®n del estudio que afectaban al 14% de los 7447 voluntarios. La aleatorizaci¨®n consiste en asignar a los voluntarios al azar a cada uno de los grupos de estudio (grupo que sigui¨® dieta con AOVE, grupo con dieta suplementada con frutos secos y grupo con dieta baja en grasa) y es fundamental en la investigaci¨®n para evitar sesgos.
Por ello, hace solo unos d¨ªas los responsables de la investigaci¨®n retractaron su publicaci¨®n original y publicaron una versi¨®n corregida, en la que subsanaron los errores de dise?o del estudio y matizaron sus conclusiones. "En este estudio que involucra a personas con alto riesgo cardiovascular, la incidencia de complicaciones cardiovasculares mayores fue menor entre los sujetos asignados a la dieta Mediterr¨¢nea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos, que entre los asignados a una dieta reducida en grasas¡±, dicen.
En los estudios sobre los potenciales beneficios o efectos adversos de un nutriente, es dif¨ªcil tener un grupo de control que tenga un consumo cero
Para los responsables del estudio, ¡°las peque?as imperfecciones en procedimientos de aleatorizaci¨®n en un peque?o subgrupo de participantes del ensayo PREDIMED (que, por su parte, se afrontaron apropiadamente en el an¨¢lisis) no afectan para nada a los art¨ªculos publicados por nuestro grupo¡±.
Realmente parecen conclusiones muy similares. Pero en investigaci¨®n la precisi¨®n lo es todo. Y por eso los matices son vitales.
?Cu¨¢l es la diferencia entre las dos conclusiones? Que mientras en la primera se atribuye la reducci¨®n de la incidencia al efecto directo de la dieta Mediterr¨¢nea, en la segunda versi¨®n solo se plantea que dicha incidencia fue menor en los participantes que siguieron la dieta Mediterr¨¢nea. O lo que es lo mismo: ya no se establece la relaci¨®n causa-efecto.
El estudio sigue siendo ¨²til: el n¨²mero de participantes es alto, se les sigui¨® durante un periodo prolongado (casi 5 a?os) y en su momento se consider¨® ¡°el mayor ensayo aleatorizado sobre nutrici¨®n en Europa¡±. Pero no es tan impactante como parec¨ªa en el momento de la publicaci¨®n.
Obst¨¢culos de la investigaci¨®n sobre nutrici¨®n
La carrera cient¨ªfica es dura, de eso no hay duda. Pero la investigaci¨®n en nutrici¨®n plantea adem¨¢s dificultades espec¨ªficas que complican a¨²n m¨¢s la pr¨¢ctica de la nutrici¨®n basada en la evidencia (NuBE). La NuBE consiste en el uso de evidencias cient¨ªficas revisadas sistem¨¢ticamente para adoptar decisiones pr¨¢cticas, es decir, trasladar los resultados cient¨ªficos a recomendaciones tangibles en el ¨¢mbito de la salud p¨²blica y la pr¨¢ctica cl¨ªnica.
Siguiendo esta forma de trabajar, tanto las recomendaciones propuestas a la poblaci¨®n general como el trabajo diario del personal sanitario involucrado en la alimentaci¨®n y nutrici¨®n de los pacientes (dietistas-nutricionistas, m¨¦dicos¡) tendr¨¢n un respaldo cient¨ªfico actualizado.
Los responsables de la investigaci¨®n publicaron una versi¨®n corregida en la que subsanaron los errores de dise?o del estudio y matizaron sus conclusiones
Si se compara la investigaci¨®n m¨¦dica con los estudios sobre nutrici¨®n nos encontramos con que en las investigaciones m¨¦dicas que miden la efectividad de un f¨¢rmaco se puede contrastar su efecto con el del placebo, porque los principios activos del medicamento act¨²an generalmente sobre un ¨®rgano o tejido concreto, tienen una acci¨®n limitada en el tiempo y producen cambios medibles objetivamente.
Sin embargo, en los estudios sobre los potenciales beneficios o efectos adversos de un nutriente, es dif¨ªcil tener un grupo de control que tenga un consumo cero de ese compuesto. Adem¨¢s, los efectos debidos a la exposici¨®n o eliminaci¨®n de un nutriente no son inmediatos, lo que complica establecer una relaci¨®n causal.Y para complicar todav¨ªa m¨¢s el escenario, nuestro cuerpo tiene capacidad para almacenar los nutrientes, de manera que, si uno determinado no se aportase con la dieta, el organismo recurrir¨ªa a las reservas y el d¨¦ficit tardar¨ªa en manifestarse.
Esto nos conduce a otro impedimento en el desarrollo de intervenciones nutricionales: las consideraciones ¨¦ticas. No ser¨ªa aceptable someter a un grupo de personas a una dieta que se considera que es perjudicial, simplemente para verificar sus efectos nocivos.
A este contexto debemos a?adir otros factores como:
Dificultades para controlar o eliminar las variables de confusi¨®n, es decir, factores que pueden alterar el resultado del estudio. Por ejemplo, en la investigaci¨®n de la relaci¨®n entre dietas vegetarianas e ¨ªndice de masa corporal, el peso m¨¢s bajo podr¨ªa deberse no solo a la dieta sino a que las personas que la siguen est¨¢n m¨¢s preocupadas por la salud o hacen m¨¢s ejercicio f¨ªsico.
Complicaciones para realizar ensayos de intervenci¨®n: la mayor parte de los estudios en nutrici¨®n son observacionales y el investigador se limita a tomar datos sin intervenir (se mide por ejemplo la ingesta de determinado nutriente, pero no se propone incrementarla).
Efecto Hawthorne, seg¨²n el cual las personas que participan en un estudio modifican su comportamiento para cumplir con las expectativas de los investigadores.
Sesgos de selecci¨®n porque es probable que las personas que se presentan voluntarias tengan m¨¢s inter¨¦s en la salud que la media de la poblaci¨®n.
Estos elementos, que ni siquiera son todos los que afectan a la investigaci¨®n nutricional, s¨ª pueden dar una idea de lo complicado que es atribuir un beneficio a la ingesta de un determinado compuesto. En definitiva, los resultados no suelen ser espectaculares.
La nutrici¨®n es una ciencia reciente: los pasos cortos pero firmes y la suma de peque?as investigaciones (tambi¨¦n de las que no ofrecen el desenlace esperado) son los que asentar¨¢n unos buenos cimientos.
Beatriz Robles (@beatrizcalidad) es tecn¨®loga de alimentos, m¨¢ster en auditor¨ªa de seguridad alimentaria y entusiasta de la divulgaci¨®n cient¨ªfica (www.seguridadalimentariaconbeatriz.com)
NUTRIR CON CIENCIA es una secci¨®n sobre alimentaci¨®n basada en evidencias cient¨ªficas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho m¨¢s que un placer y una necesidad: la dieta y los h¨¢bitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud p¨²blica que m¨¢s puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de c¨¢ncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudar¨¢ a conocer mejor la importancia de la alimentaci¨®n y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
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