Los lisboetas le piden a Rafael Nadal que salve una cafeter¨ªa hist¨®rica
Pastelaria Su¨ª?a, comprada por una sociedad del tenista, era frecuentada por Orson Welles, Maria Callas y Edward Kennedy
Un grupo de lisboetas ha enviado una carta al tenista Rafael Nadal y al grupo inmobiliario de la familia Matutes para que salven Pastelaria Sui?a, una de las cafeter¨ªas m¨¢s simb¨®licas de la ciudad, enclavada en la plaza del Rossio. En marzo, el edificio fue adquirido por la sociedad Mabel Capital, participada por el tenista y la familia Matutes.
La sociedad mallorquina compr¨® el edificio por 62 millones de euros escriturados, a los que habr¨¢ que a?adir unos cuantos m¨¢s para rehabilitar el edificio, en muy mal estado. Son 12.000 metros cuadrados con cinco pisos sobre el suelo y dos m¨¢s en el subsuelo.
En la planta baja del edificio, que da por un lado a la plaza del Rossio y por el otro a la plaza de la Figueira, se encuentran algunas de las tiendas m¨¢s t¨ªpicas de la ciudad, algunas cerradas en los ¨²ltimos a?os por la degradaci¨®n de la manzana a la espera de inversores.
Rafael Nadal, no mate nuestras memorias!
La carta de los vecinos lisboetas da la bienvenida a la inversi¨®n del tenista y les aconseja preservar las tiendas hist¨®ricas porque revalorizar¨¢ su apuesta. ¡°Esperamos que su inversi¨®n en el conjunto conocido como ¡®manzana de la Su¨ª?a¡¯ tenga ¨¦xito y devuelva a aquel conjunto hist¨®rico la vida que perdi¨® ya algunas d¨¦cadas por un proceso de degradaci¨®n hasta ahora imparable. Sea bienvenido!¡±.
Los firmantes recuerdan otras tiendas hist¨®ricas del mismo bloque como la de t¨¦s y caf¨¦s P¨¦rola do Rossio o la Casa del Bacalao, pero sobre todo la Sui?a, abierta en 1922, y desde siempre punto de encuentro de lisboetas y extranjeros. Durante la Segunda Guerra Mundial fue lugar de reuni¨®n de intelectuales jud¨ªos en tr¨¢nsito hacia Estados Unidos, como Peggy Gugenheim, Max Ernst o Hannah Arendt. Despu¨¦s fueron habituales de su terraza Orson Welles, Maria Callas y Edward Kennedy entre otros muchos. Desde su estreno y hasta unos a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n de los claveles (1974), la Su¨ª?a fue un escaparate de la modernidad; en las ¨²ltimas d¨¦cadas era ya un s¨ªmbolo en decadencia.
¡°Todas esas tiendas tienen un gran valor para la buena inversi¨®n de Rafael Nadal en Lisboa si su decisi¨®n fuera salvaguardarlas¡±, se?ala la carta, que tambi¨¦n da algunos consejos para la rehabilitaci¨®n del edificio, del siglo XVIII: ¡°Preserve las mansardas del Marqu¨¦s de Pombal, devuelva la patina a este conjunto monumental y mande retirar r¨¢pidamente de las fachadas los azulejos horribles, que fueron colocados recientemente, y devuelvan las paredes pintadas desde el terremoto de 1755¡±.
La carta acaba con un imperioso deseo: "Rafael Nadal, no mate nuestras memorias".
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