Comer omega 3 durante el embarazo mejora la microbiota del beb¨¦, pero solo si es chico

Las madres que incorporan en su dieta las grasas saludables del pescado azul podr¨ªan ayudar a que sus beb¨¦s desarrollen unos ¨®rganos digestivos m¨¢s sanos y evitar que ganen peso. Nuestro estudio publicado en Microbiome muestra, en ratones de laboratorio, que las cr¨ªas ganan menos peso si nacen de madres que llevan una dieta rica en omega 3.

Tambi¨¦n hemos descubierto que los ratones ganaban menos peso si se amamantaban de madres que inger¨ªan m¨¢s grasas omega 3. Curiosamente, esto solo sucedi¨® en los cachorros machos; la ingesta de estas grasas no tuvo ning¨²n efecto sobre el peso de las cr¨ªas hembras. Esto se ha demostrado anteriormente en humanos y podr¨ªa deberse al efecto de las hormonas sexuales femeninas sobre el metabolismo de las grasas.

La dieta occidental es deficiente en omega 3, que se encuentra en el pescado azul, las nueces y en algunas semillas. Los humanos no pueden producir estas grasas en su cuerpo y necesitan conseguirlas a trav¨¦s de la alimentaci¨®n. En cambio, la dieta occidental est¨¢ sobrecargada con grasas omega 6, que se encuentran en aceites vegetales ¡ªcomo el de ma¨ªz, el de soja y el de girasol¡ª y en alimentos fritos, como las patatas. Este desequilibrio en las grasas de la dieta puede contribuir a la obesidad, las enfermedades card¨ªacas y otras enfermedades cr¨®nicas. Pero, antes de este estudio, se sab¨ªa poco acerca de c¨®mo la proporci¨®n de omega 3/omega 6 de una madre afectaba a la salud de su hijo.

Para el estudio, usamos ratones capaces de producir naturalmente grasas omega 3 y los comparamos con ratones de control que no pueden hacerlo. Todos los ratones en el estudio fueron alimentados con la misma dieta; la ¨²nica diferencia entre los grupos era los niveles de omega 3 en el tejido corporal de la madre.

Adem¨¢s de los cambios en el peso, el equilibrio entre las grasas omega 3 y omega 6 en el organismo de la madre tambi¨¦n afect¨® a la salud de los ¨®rganos digestivos de las cr¨ªas. Si una madre ten¨ªa m¨¢s grasas omega 6 en su cuerpo durante el embarazo o la lactancia, los ¨®rganos de sus beb¨¦s eran m¨¢s permeables, lo que significa que la barrera de las c¨¦lulas intestinales era m¨¢s "porosa". Esto tambi¨¦n condujo a un aumento en una sustancia qu¨ªmica inflamatoria llamada prote¨ªna de uni¨®n a lipolisac¨¢ridos.

Los beneficios se prolongan hasta la vida adulta

Estas cr¨ªas tambi¨¦n ten¨ªan m¨¢s bacterias menos sanas en el intestino, lo que puede haber contribuido a su aumento de peso. Sin embargo, si los cachorros eran amamantados por una madre con grasas omega 3, su intestino era m¨¢s saludables y una microbiota m¨¢s saludable. Adem¨¢s, el efecto de la grasa de la madre en la salud intestinal de sus beb¨¦s continu¨® hasta la edad adulta.

Sus microbios intestinales, denominados colectivamente la "microbiota intestinal" o "microbioma intestinal", juegan un papel importante en el peso y la salud metab¨®lica. Ciertas especies de bacterias son m¨¢s eficientes que otras recolectando energ¨ªa de la dieta y, por lo tanto, pueden contribuir al aumento de peso si son excesivamente abundantes. Por otro lado, hay otras bacterias m¨¢s eficientes para mantener un intestino sano. Una de estas se llama Akkermansia, que era m¨¢s abundante en los cachorros nacidos y amamantados por las madres con el omega 3 m¨¢s alto. Akkermansia se ha asociado con la p¨¦rdida de peso en humanos.

Los resultados de la investigaci¨®n sugieren que, si una madre come m¨¢s grasas omega 3 y menos omega 6 durante el embarazo y la lactancia, podr¨ªa ayudar a su beb¨¦ a mantener un peso saludable. Tambi¨¦n puede ayudar a que los tipos correctos de microbios crezcan en el intestino de su beb¨¦ y este forme unos ¨®rganos digestivos sanos para su vida posterior.

Sin embargo, las pruebas han sido realizadas en ratones, por lo es necesario m¨¢s investigaci¨®n para comprender si tambi¨¦n ocurre en los humanos.

Ha habido preocupaciones previas sobre los peligros potenciales de que las mujeres embarazadas coman demasiado pescado azul de gran tama?o por su contenido en mercurio. Pero esto es solo una preocupaci¨®n que afecta a ciertos tipos de peces, particularmente los predadores como los tiburones, el pez espada y algunos tipos de at¨²n.

Las directrices de la Agencia Espa?ola de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n (Aecosan) mantienen la recomendaci¨®n de evitar el consumo de determinadas especies de pescado durante el embarazo, aunque otras administraciones, como el gobierno brit¨¢nico, sugieren que todos, incluidas las mujeres embarazadas, coman dos porciones de pescado azul (caballa, salm¨®n, sardinas, trucha, arenque) cada semana.

Las ¨²ltimas evidencias tambi¨¦n apuntan que los beneficios de los omega 3 de los pescados grasos superan con creces los riesgos del mercurio, si se mantiene la ingesta de las cantidades recomendadas. Es importante tener un buen equilibrio entre los tipos de grasas. Intente obtener suficiente omega 3 de los pescados grasos, las nueces y las semillas y, al mismo tiempo, reduzca la ingesta de omega 6 de los aceites vegetales y los alimentos fritos.

*Ruairi C Robertson compa?ero de investigaci¨®n posdoctoral en la Queen Mary Univesity en Londres. Este art¨ªculo es una publicaci¨®n original de The Conversation. Lea aqu¨ª el art¨ªculo en ingl¨¦s.