Los beneficios que no le hab¨ªan contado del omega 6
Hasta ahora denostado, es hora de que el hermano feo del omega 3 recupere su buen nombre
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Si echa un vistazo a las estanter¨ªas de su supermercado, podr¨¢ ver la cantidad de productos enriquecidos con omega 3 que existen en el mercado. Este ¨¢cido graso empez¨® a aparecer en nuestras vidas cuando su consumo se asoci¨® a un efecto protector ante las enfermedades cardiovasculares y se conden¨® a su compa?ero, el omega 6. Sin embargo, como la nutrici¨®n es una ciencia en constante avance, ahora se sabe que ni los omega 6 eran tan malos ni los omega 3 ten¨ªan por s¨ª solos toda la clave de la salud cardiovascular. Y despu¨¦s de a?os de campa?a a favor del omega 3, toca conocer al otro hermano.
Empecemos por lo primero, hay tres grandes tipos de grasas: las insaturadas, que se dividen a su vez en monoinsaturadas (de origen vegetal, como el aceite de oliva o el aguacate) y poliinsaturadas (del pescado azul y otros aceites como el de girasol); las saturadas, presentes principalmente en carne y l¨¢cteos derivados de la leche entera; y las grasas trans que se encuentran en margarinas, boller¨ªa industrial y alimentos preparados.
El Omega 6 es un ¨¢cido graso poliinsaturado ¡ªes decir los ¨¢tomos de carbono de los que se compone tienen varios enlaces dobles en sus cadenas¡ª con lo que pertenece al grupo de grasas que tradicionalmente han sido consideradas como m¨¢s saludables, esto es las insaturadas, cuyo consumo es recomendable, especialmente para evitar las saturadas.
"Solo si se sustituyen las grasas saturadas por mono o poliinsaturadas, baja el riesgo cardiovascular", Emili Ros, director de la Unidad de L¨ªpidos del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona?
No en vano, Emili Ros, director de la Unidad de L¨ªpidos del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona y jefe de grupo de Obesidad y Nutrici¨®n del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red (CIBEROBN) del Instituto Carlos III, asegura que solo si se sustituyen "las grasas saturadas por mono o poliinsaturadas baja el riesgo cardiovascular. Su mera eliminaci¨®n carece de efecto sobre las enfermedades cardiovasculares y la diabetes".
El omega 6 es considerado adem¨¢s uno de los ¨¢cidos grasos esenciales, lo que significa que "son compuestos necesarios pero que nuestro organismo no puede sintetizar, de modo que debemos obtenerlos a trav¨¦s de la dieta", explica Miguel ?ngel Lurue?a, doctor en Ciencia y Tecnolog¨ªa de los Alimentos y autor del blog de divulgaci¨®n Gominolas de petr¨®leo.
?En qu¨¦ alimentos podemos encontrar omega 6?
Este componente se encuentra principalmente en nueces, cereales, aceites vegetales, aguacate o huevos. Y ?cu¨¢l es su funci¨®n? Lurue?a responde: "A partir de estos ¨¢cidos grasos se sintetizan otros de cadena m¨¢s larga que forman parte de las membranas celulares y se utilizan como precursores de unos compuestos llamados eicosanoides que act¨²an como hormonas, desempe?ando diferentes funciones como, por ejemplo, regular la presi¨®n arterial y los procesos de inflamaci¨®n, participar en la coagulaci¨®n, etc¨¦tera".
Una vez presentados cabe preguntarse d¨®nde radica la mala fama que se le ha dado tradicionalmente a los omega 6 y que persiste a d¨ªa de hoy. Este descr¨¦dito se podr¨ªa dividir en dos asuntos aunque ambos est¨¢n relacionados. Por un lado, se cre¨ªa que influ¨ªan en los procesos de inflamaci¨®n provocando un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, entre otras.
En el pasado Congreso Internacional de la Sociedad Espa?ola de Medicina Antienvejecimiento celebrado en Madrid, el doctor Barry Sears, presidente de la Inflammation Research Foundation de EEUU, alertaba precisamente sobre estos ¨¢cidos grasos: "El problema es que actualmente se consumen en exceso, lo que provoca inflamaci¨®n celular, un envejecimiento acelerado y la aparici¨®n de diferentes enfermedades cr¨®nicas". El consumo recomendado de omega 6 es de unos 12 gramos para mujeres y 17 para los hombres.
Una raci¨®n de nueces (20 gramos, o lo que es lo mismo, unas cuatro nueces peladas) contiene 6,7 gramos de omega 6. Un aguacate tiene 1,4 gr.; un huevo, 0,8; una rebanada de pan integral, 0,15 gramos. Esto hace unos 10 gramos de omega 6, sin contar con el aporte de los aceites vegetales: el de oliva virgen contiene entre un 0,3 y 1,3 gramos en una cucharada sopera.
?"Ahora se sabe que la disminuci¨®n de consumo de omega 6 no disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares",? Eduard Baladia, del Centro de An¨¢lisis de la Evidencia Cient¨ªfica de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica (CAEC-AEND)
Las ¨²ltimas evidencias cient¨ªficas
El doctor Sears, que ha puesto en marcha una lucrativa dieta basada en una mayor ingesta de omega 3 mientras se reduce el omega 6, insist¨ªa durante su ponencia en los aspectos negativos de este ¨¢cido graso algo que matiza Eduard Baladia, del Centro de An¨¢lisis de la Evidencia Cient¨ªfica de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica (CAEC-AEND). "Ahora se sabe que la disminuci¨®n de consumo de omega 6 no reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y adem¨¢s se sabemos que los estudios sobre el beneficio del consumo de omega 3 estaban sobreestimando sus efectos beneficiosos¡±, asegura Baladia.
En el mismo sentido se muestra Lurue?a, quien afirma tajante que, "a d¨ªa de hoy no hay evidencias suficientes para poder afirmar que los ¨¢cidos grasos omega 6 sean beneficiosos o perjudiciales en lo que a enfermedades cardiovasculares se refiere, y lo mismo se puede decir en lo que respecta a los suplementos de omega 3".
Y es que la otra leyenda negra asociada a los omega 6 es su negativa relaci¨®n con los excelentes omega 3. "Antes se pensaba que los omega 6 y omega 3 de la dieta deb¨ªan mantener una determinada proporci¨®n entre ellos debido a que ambos compiten por la misma enzima [delta6-desaturasa]. En teor¨ªa esto supondr¨ªa que consumir una elevada cantidad de omega 6 reducir¨ªa la cantidad de enzima disponible para el metabolismo del omega 3, lo que ser¨ªa perjudicial. Sin embargo, hoy en d¨ªa las evidencias muestran que esa relaci¨®n entre ellos parece no ser importante", explica Lurue?a.
Cabe se?alar que esto no significa que en un futuro las evidencias cambien ya que, como dec¨ªamos al principio, la ciencia avanza lo que puede conllevar que se actualicen algunas recomendaciones nutricionales. Lo que s¨ª es relevante es la recomendaci¨®n que lanzan cada vez m¨¢s nutricionistas: que no debemos centrarnos en unos nutrientes concretos sino en los alimentos y en la dieta completa.
"En este caso en concreto, deber¨ªamos preguntarnos por ejemplo si comemos pescado, semillas de lino, frutos secos, etc¨¦tera, en lugar de preocuparnos por sumar o restar la cantidad de ¨¢cidos grasos que ingerimos o por tomar complementos sin prescripci¨®n por parte de un profesional sanitario", reflexiona Lurue?a.
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