Todo m¨¢s o menos normal
TARDA UNO EN VER lo que ocurre dentro de esta foto como tarda uno en percatarse de qu¨¦ va la vida. Hablaremos de la vida en otra ocasi¨®n; deteng¨¢monos un poco ahora en la imagen, en la que vemos a algunas personas extra?amente coronadas y donde predomina el blanco. De blanco van las dos se?oras del primer plano, blanco es esa especie de fular del se?or de detr¨¢s, y blanca es incluso la mascarilla de su compa?era de asiento. De la compostura general ¡ªcabezas agachadas y ojos cerrados en actitud de recogimiento¡ª podr¨ªamos deducir que se trata de una suerte de congregaci¨®n reunida en un local ad hoc para practicar sus ritos. Y en efecto, estamos frente a una ceremonia religiosa que discurre en una localidad de Pensilvania.
Hasta ah¨ª todo normal o m¨¢s o menos normal, depende del lugar en el que uno se coloque en la l¨ªnea que va de la cordura al delirio. Pero hay algo que llama la atenci¨®n sin que uno sepa al principio de qu¨¦ se trata. Nos referimos a ese objeto f¨¢lico, de color oscuro, que sostiene, enhiesto, la mujer de la derecha. ?Pero si es un arma! Un fusil AR-15 para ser exactos como el utilizado en el tiroteo que el pasado febrero produjo 17 muertos en una escuela de Florida. ?Qu¨¦ contraste entre el adem¨¢n devoto de la mujer y la firmeza con la que enarbola el trasto de matar! No sabe uno a qu¨¦ tener m¨¢s miedo, si a su religiosidad o a su equipo. Nos preguntamos si puede darse la una sin el otro y nos respondemos que quiz¨¢ no. De hecho, y seg¨²n indicaba el pie de foto, el servicio se hab¨ªa convocado para manifestarse a favor del uso de las armas. Dios nos ampare.
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