De las peores herencias del PP
Si ETA est¨¢ disuelta no tiene sentido utilizar la pol¨ªtica penitenciaria en clave antiterrorista

Cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar gan¨® la presidencia del PP, en 1990, comunic¨® a los Gobiernos socialista y vasco que sacaba la pol¨ªtica antiterrorista del consenso y la pasaba a la oposici¨®n. Ya entonces la pol¨ªtica penitenciaria se integraba en la pol¨ªtica antiterrorista y el Gobierno la utilizaba para romper la unidad de los presos etarras, favoreciendo a los reinsertables. Aznar, desde la oposici¨®n, la endureci¨®, subordinando los criterios pol¨ªticos a las emociones electoralistas de la derecha.
Sin embargo, cuando gobern¨® y vio posible un final negociado con ETA con la tregua de Lizarra de 1998, pas¨® de la dureza a la tolerancia. Sent¨® a una delegaci¨®n con los terroristas y acerc¨® a 120 etarras a c¨¢rceles pr¨®ximas a Euskadi, in¨¦dito en la historia penitenciaria.
Cuando el Gobierno de Zapatero, en 2006, hizo otro intento de final negociado con ETA, Mariano Rajoy, desde la oposici¨®n, le acus¨® de "traicionar a las v¨ªctimas" y respald¨® una decena de manifestaciones contra ¨¦l, utilizando de ariete a algunas asociaciones de v¨ªctimas. Ellas fueron las primeras perjudicadas de esa pol¨ªtica del PP, utilizadas para atacar a los socialistas, con acusaciones ¡ªcomo cesiones pol¨ªticas a ETA¡ª que se demostraron falsas. Como fueron falsas las promesas de Rajoy de que cuando gobernara mantendr¨ªa la doctrina Parot e ilegalizar¨ªa a la izquierda abertzale. Cuando gobern¨® incumpli¨® sus promesas porque depend¨ªan de los tribunales.
La pen¨²ltima pirueta del PP procede de la primera legislatura de Rajoy (2012-2016). Su ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, y los l¨ªderes del PP vasco prometieron acercar presos etarras a c¨¢rceles vascas si la banda se disolv¨ªa. ETA se disolvi¨® hace dos meses y Rajoy vacilaba ante las presiones de Ciudadanos que vio, tambi¨¦n, un fil¨®n electoral en el tema; de los medios m¨¢s conservadores y asociaciones de v¨ªctimas irritadas con ¨¦l.
Con la llegada de Pedro S¨¢nchez al Gobierno, el PP da su ¨²ltima pirueta. Pablo Casado y Dolores de Cospedal han vuelto a utilizar la pol¨ªtica penitenciaria al hacer de su oposici¨®n al acercamiento de presos de ETA uno de los ejes de su campa?a. A estos candidatos del PP no les frena la incoherencia, pues Aznar acerc¨® presos masivamente y dirigentes del PP lo defend¨ªan recientemente si ETA se disolv¨ªa. Ignoran la l¨®gica: si ETA est¨¢ disuelta no tiene sentido utilizar la pol¨ªtica penitenciaria en clave antiterrorista. Desoyen la doctrina: la ONU, el Consejo de Europa, la Constituci¨®n y la Ley Penitenciaria aconsejan acercar los presos para facilitar su reinserci¨®n. Desprecian el efecto del acercamiento en la convivencia al no castigar a las familias de los presos. Casado ha dicho que esas familias no le importan, mostrando el predominio de la venganza sobre la reinserci¨®n, cuando esta marca la superioridad de los dem¨®cratas sobre los terroristas.
El uso de la pol¨ªtica antiterrorista como arma emocional y electoral es una de las peores herencias que Aznar y Rajoy dejaron al PP. Si quiere modernizarse deber¨¢ sacudirse ese legado del peor populismo.
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