Fele Mart¨ªnez: cocina lenta... pero segura
Al actor le gusta apostarse con calma tras los fogones: unos buenos ingredientes, algo de radio y ning¨²n compromiso por delante. Es su terapia para compaginar esta temporada varios proyectos profesionales.
Fele Mart¨ªnez (Alicante, 1975) ha participado en decenas de pel¨ªculas, varias series de televisi¨®n, unas cuantas obras teatrales¡ Y aun as¨ª, llega a nuestra cita sin haberse aprendido el desarrollo de la receta. ¡°Yo soy as¨ª, qu¨¦ le vamos a hacer¡±, se r¨ªe. ¡°Para memorizar texto soy un hacha, pero si me sacas de ah¨ª¡¡±. Con la cantidad de libros y p¨¢ginas web que existen, tampoco hace falta saberse uno por uno los ingredientes para cocinar el marmitako de bonito que preparamos en el restaurante madrile?o ?scar Patanegra & C¨ªa, un local donde se celebran conciertos y eventos culturales que el actor suele frecuentar. As¨ª, con la mente despejada, le queda energ¨ªa para concentrarse en la triple pirueta en la que anda metido estos d¨ªas de junio: ¡°Estoy con la segunda temporada de Estoy vivo (la serie de La 1); con una funci¨®n basada en la pel¨ªcula Todas las mujeres, en versi¨®n y direcci¨®n de Daniel Veronese; y con unos textos para el Festival de Almagro que me hacen much¨ªsima ilusi¨®n¡±.
Para cuando se publiquen estas p¨¢ginas, el int¨¦rprete ya se habr¨¢ subido a las tablas del certamen de teatro cl¨¢sico de la ciudad manchega con un montaje con textos de El Quijote y Rinconete y Cortadillo y el acompa?amiento de Capella de Ministrers, un grupo especializado en m¨²sica anterior a 1800. ¡°Es todo un desaf¨ªo, y la verdad es que si hay algo que me pone mucho es precisamente eso¡±. Los retos profesionales no son su ¨²nica fuente de dopamina. La cocina a fuego lento, hecha con dedicaci¨®n y sosiego, tambi¨¦n le ha dado unas cuantas alegr¨ªas. ¡°Soy m¨¢s de guisos que de otra cosa, pero mi chica se desespera, porque cocino muy despacio. Pero para m¨ª es terap¨¦utico, me relaja un mont¨®n¡±, cuenta divertido. ¡°Eso s¨ª: no concibo cocinar sin la radio. Me viene de peque?o, de casa de mi abuela¡±.
El slow cooking del que tanto se oye hablar ¨²ltimamente ¡ªy que no es otra cosa que la cocina de toda la vida, trabajada sin prisas¡ª tiene precisamente esa ventaja: no deja resquicio para el estr¨¦s. En su trabajo, sobre todo cuando se ve sometido a los rigores del directo, el actor a veces se tiene que pensar dos veces el porqu¨¦ de haberse metido en este jaleo que es el mundo del espect¨¢culo: ¡°Antes de salir al escenario te replanteas toda tu carrera: ¡®?Qui¨¦n me ha mandado a m¨ª meterme en esto, cuando pod¨ªa haber estudiado cualquier otra cosa!¡¯. Pero afortunadamente son cinco minutos de p¨¢nico y una vez que sales ya va todo rodado¡±, explica. ¡°Pero por mucha tele y mucho cine que hagas, la sensaci¨®n de haberte ganado las lentejas cuando haces una funci¨®n en el teatro no la tienes en otro lado¡±.
Viajar con alguna obra a cuestas le ha servido adem¨¢s para descubrir rincones gastron¨®micos. ¡°Me he llegado a desviar 70 kil¨®metros para ir a comer a un restaurante¡±, asegura. Adem¨¢s de esos momentos de buen comer, la vida en la carretera le ha brindado satisfacciones como la de poder sentarse en un auditorio en absoluta soledad y disfrutar de ese instante en silencio. ¡°Me encantan los teatros vac¨ªos y creo que soy un privilegiado porque puedo disfrutar de ellos¡±, dice. ¡°Cuando tengo un bolo o estoy haciendo temporada en alg¨²n teatro, intento llegar un par de horas antes, y hay un momento en el que me gusta sentarme y empaparme de la energ¨ªa. El a?o pasado actu¨¦ en M¨¦rida y fue un momento inolvidable. Se me cierra la garganta al recordarlo. Cuando sal¨ª al escenario creo que se dio una alineaci¨®n de planetas, porque estaba todo lleno, hab¨ªa cinco mil y pico almas metidas en el teatro romano, era noche cerrada, ten¨ªamos una enorme luna llena¡ Y casi se me va el texto del shock de recibir todo eso¡±, rememora. Un sentimiento que, por la cara que pone al probarlo, parece que se repite con nuestro marmitako. A pesar de que nos haya llevado un buen rato prepararlo. ¡°Eso no importa¡±, zanja. ¡°Cocinando nunca se pierde el tiempo¡±.
Marmitako de bonito
¨C 800 gramos
de bonito.
Para el caldo:
¨C 1 zanahoria.
¨C 1 cebolla.
¨C 1 manojo de perejil.
¨C Vino blanco.
¨C Sal.
Para el sofrito:
¨C 2 cebollas.
¨C 4 dientes de ajo.
¨C 1 pimiento rojo.
¨C 1 pimiento verde.
¨C Vino blanco.
¨C 1 cucharada de postre de piment¨®n.
¨C 100 gramos de pulpa de tomate.
¨C 1 cucharada grande de pulpa de pimiento choricero.
¨C 4 patatas.
¨C Sal.
1. Limpiar el bonito separando la parte magra y las espinas para el caldo.
2. Poner en una olla de 2 a 3 litros de agua junto a los restos del pescado y la cebolla y la zanahoria troceadas. Incorporar el perejil, a?adir una copa de vino blanco y salar. Dejar al fuego 30 minutos.
3. Hacer un sofrito incorporando a una cazuela aceite y las cebollas picadas. Dejar pochar y a?adir los dientes de ajo. Seguidamente, agregar los dos pimientos picados. Rehogar bien con un punto de sal. Cuando el sofrito est¨¦ casi a punto, a?adir una copa de vino blanco. Dejar evaporar y a?adir el piment¨®n, la pulpa de tomate y la de pimiento. Poner a fuego suave e ir incorporando las patatas troceadas. Verter el caldo colado de pescado y dejar 20 minutos al fuego. Pasado ese tiempo, cortar en dados el bonito y sellar por ambos lados en una sart¨¦n. Pasar cuidadosamente a la cazuela y cocer un minuto. Rectificar de sal y dejar reposar antes de servir.
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