As¨ª cambia la vida sexual de la pareja tras tener hijos
Es habitual que el cansancio y las alteraciones f¨ªsicas y emocionales se impongan a la pasi¨®n. Recopilamos experiencias reales
![Berto Romero y Eva Ugarte son padres primerizos en la serie 'Mira lo que has hecho'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NTQGBZS4WLJTRO7M4T4NU25NR4.jpg?auth=613df33e9421c3f88f65500305e537f46095503d691e9f4d6f2be773359c5231&width=414)
¡°Tener un hijo es como colgarte una mochila y llevarla a la espalda el resto de tu vida. Cualquier cosa que hagas a partir de ese momento, cualquier actividad que emprendas, cualquier decisi¨®n que tomes, estar¨¢ condicionada por el hecho de que cargas con una mochila¡±. ?lvaro, 46 a?os, es inform¨¢tico, y lleg¨® a esta conclusi¨®n poco despu¨¦s de haber sido padre por primera vez (ahora tiene dos ni?as). Una de esas ¡°actividades¡± que en su caso se vio trastocada por la paternidad fue el sexo. ¡°El beb¨¦ no paraba de llorar. No pegabas ojo, y al d¨ªa siguiente te met¨ªas en la cama agotado. Lo que m¨¢s deseabas en el mundo era dormir. Mantener relaciones con mi pareja era algo que ni siquiera se me pasaba por la cabeza. Tendr¨ªan que haberme obligado a punta de pistola, y creo que ni por esas. Y a mi pareja le pasaba igual. Con el tiempo, nos instalamos en esa rutina¡±, recuerda.
Su pareja se llama Marga, y hablo con ella por separado. ¡°Me ca¨ªa de sue?o a lo largo del d¨ªa, ?c¨®mo iba a pensar en otra cosa que no fuera dormir cuando me met¨ªa en la cama? Durante un tiempo me sent¨ªa dolorida. No percib¨ªa mis pechos como una parte sensual, sino como una herramienta de manutenci¨®n, o algo as¨ª. Todo eso, quieras o no, estableci¨® un nuevo est¨¢ndar en nuestra relaci¨®n. Al principio, al poco de conocernos, ¨¦ramos dos j¨®venes ansiosos sexualmente. Luego pasamos a una etapa de madurez, en la que ya no lo hac¨ªamos tanto como antes. Tras dar a luz, empez¨® una nueva fase, en la que ya apenas lo hac¨ªamos¡±, confiesa esta abogada de 42 a?os, sin asomo de pena. ¡°Es as¨ª, y ya est¨¢. ?Por qu¨¦ tendr¨ªamos que plantearnos volver a lo de antes? Ahora nos apetecen otras cosas¡±, a?ade.
"Mantener relaciones con mi pareja era algo que ni siquiera se me pasaba por la cabeza. Tendr¨ªan que haberme obligado a punta de pistola, y creo que ni por esas"
Tener hijos te cambia la vida; tambi¨¦n la sexual. Un 47% de las mujeres y un 43% de los hombres opina que sus relaciones ¨ªntimas han ido a peor, seg¨²n una encuesta publicada en 2018. Como afirma el informe, el deseo sexual disminuye en un 61% de mujeres y en un 30% de los hombres tras traer ni?os y ni?as al mundo. Las parejas lo hacen un 47% menos. Y no solo por falta de ganas: encontrar el momento resulta complicado. Un 63% de ellas declara ¡°dif¨ªcil o muy dif¨ªcil¡± disponer de intimidad cuando el hijo est¨¢ despierto.
¡°La principal consecuencia [de tener hijos] es una alteraci¨®n de la rutina sexual espont¨¢nea de la pareja; ya en el embarazo se produce una modificaci¨®n del patr¨®n de relaciones¡±, asegura el psic¨®logo y terapeuta de parejas Juan Mac¨ªas. Dicha alteraci¨®n obedece a factores f¨ªsicos y psicol¨®gicos. Para empezar, y aunque eso no justifica el rechazo a mantener relaciones sexuales por parte del hombre, es un hecho que el cuerpo de la mujer cambia. ¡°A nivel f¨ªsico, los cambios bioqu¨ªmicos tras el parto y la lactancia afectan de forma directa a la vagina y a su lubricaci¨®n, haciendo m¨¢s dolorosas e incomoda la penetraci¨®n, tambi¨¦n puede haber puntos y da?o en la musculatura p¨¦lvica¡±, a?ade.
Germ¨¢n, de 44 a?os, dependiente en unos grandes almacenes, lo describe de este modo. ¡°El cuerpo de mi pareja cambi¨® r¨¢pidamente. La transformaci¨®n hab¨ªa comenzado con la barriga de embarazada, pero despu¨¦s su cuerpo no volvi¨® a ser el mismo. No es que fuera menos atractiva; simplemente era otra. Tuve que reacondicionar mi deseo, convencerme de que ese otro cuerpo tambi¨¦n me atra¨ªa sexualmente¡±. Cabe resaltar que cuando los hombres nos quedamos calvos y echamos barriga, a nuestras parejas (generalmente) les seguimos pareciendo atractivos.
Tambi¨¦n se revolucionan las emociones. ¡°La madre y el padre est¨¢n elaborando de forma muy distinta la crianza y resituando la presencia de su pareja en este proceso, lo que puede generar extra?eza hacia la pareja o incluso un conflicto directo. Puede existir depresi¨®n posparto en la mujer y en ocasiones sentirse presionada por el hombre para retomar las relaciones sexuales. Muchos de estos cambios producen una disritmia importante: el deseo, la frecuencia y las formas de acceso a las relaciones sexuales evolucionan de forma muy distinta en hombre y mujer desde el momento del embarazo y tras el parto. Afectan con m¨¢s intensidad a la mujer y esto puede provocar una desincron¨ªa importante¡±, se?ala el psic¨®logo.
Tener hijos te cambia la vida; tambi¨¦n la sexual. Un 47% de las mujeres y un 43% de los hombres opina que sus relaciones ¨ªntimas han ido a peor, seg¨²n una encuesta publicada en 2018
En las mujeres, recuperarse del embarazo y el parto lleva tiempo, como indica un informe del Murdoch Children Research Institute basado en una encuesta a 1.500 madres primerizas. ¡°Incluso seis meses despu¨¦s del nacimiento del beb¨¦, muchas mujeres a¨²n no sienten que han vuelto a la normalidad f¨ªsica o emocional¡±, dice el documento. El texto recoge algunas respuestas de las participantes muy interesantes sobre el cambio de sus patrones sexuales, que aluden a razones f¨ªsicas y de estilo de vida. ¡°Intentamos tener sexo pero simplemente no pod¨ªamos. Me dol¨ªa, as¨ª que aparcamos el sexo una temporada¡±. ¡°Ten¨ªa un beb¨¦ colgado de mi pecho dos horas al d¨ªa. No quer¨ªa tener a nadie m¨¢s pegado a mi cuerpo¡±. ¡°Igual que cuando eres madre pierdes libertad como persona, tambi¨¦n la pierdes como pareja¡±.
Para Jos¨¦ Luis, qu¨ªmico de 48 a?os, el cambio se produjo en su cabeza. ¡°Casi de la noche a la ma?ana dej¨¦ de ver a mi pareja como una compa?era sexual para considerarla, por encima de todo, la madre de nuestro hijo. Donde hubo deseo, ahora hab¨ªa ternura, y un respeto a¨²n mayor que me imped¨ªa, por ejemplo, emplear un lenguaje subido de tono en nuestras relaciones, algo que antes nos excitaba¡±. Ahora est¨¢ intentando convencer a su pareja para dormir en camas separadas. ¡°Si lo que quieres es descansar, es lo mejor¡±, apostilla.
?Cansancio? ?Otras prioridades? Puede que simplemente los hombres estemos buscando excusas para explicar una reacci¨®n qu¨ªmica. El doctor Lee Gettler, de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE UU), descubri¨® que la testosterona en los hombres disminuye considerablemente cuando tienen su primer hijo (hasta un 34%), lo que deriva en una disminuci¨®n de su actividad sexual. As¨ª, las mujeres no ser¨ªan las ¨²nicas que cambian biol¨®gicamente para criar a los hijos. Esos menores niveles de testosterona, sostiene el m¨¦dico, pueden desempe?ar un papel a la hora de ayudar al hombre a ser m¨¢s sensible con las necesidades de su hijo y de la familia.
Le preguntamos al terapeuta sexual si puede existir tambi¨¦n una explicaci¨®n at¨¢vica, gen¨¦tica, un pensamiento inconsciente del tipo: ¡°Ya nos hemos reproducido, ya hemos cumplido con nuestra misi¨®n animal, y no tenemos esa necesidad acuciante de practicar sexo¡±. Sobre todo hoy en d¨ªa, cuando postergamos todo lo posible el momento de ser padres y madres, con las dificultades que eso entra?a. Una vez ha nacido nuestro beb¨¦, responde, ¡°hay dos reacciones posibles: relajarse y disfrutar el sexo m¨¢s que antes, recuperar la parte de juego y disfrute; o que las relaciones sexuales se desenergeticen, se hagan menos frecuentes, se descanse de la tarea o la obligaci¨®n de un sexo reproductivo. Los miedos ante el riesgo del primer trimestre suelen favorecer que se desplace la sexualidad¡±.
¡°Casi de la noche a la ma?ana dej¨¦ de ver a mi pareja como una compa?era sexual para considerarla, por encima de todo, la madre de nuestro hijo. Donde hubo deseo, ahora hab¨ªa un respeto que me imped¨ªa emplear un lenguaje subido de tono en nuestras relaciones"
Por otro lado, ser padres puede coincidir con el momento en que la relaci¨®n alcanza su madurez, el deseo ya no es como al principio¡ ?Y si el hecho de que la vida sexual cambie en ese punto es lo m¨¢s natural y no hay que hacer nada para arreglarlo? Seg¨²n Juan Mac¨ªas, ¡°no existe ning¨²n referente normativo al que tengamos que rendir culto, la sexualidad de cada pareja es distinta. La sexualidad evoluciona, la pareja evoluciona y se producen cambios de todo tipo, hay etapas muy distintas y no hay que obsesionarse con ello. Pero el embarazo y el posparto son momentos en que es recomendable prestar atenci¨®n y cuidar la sexualidad porque hay m¨¢s riesgo de perder nuestra normalidad. No se trata de querer que sea siempre igual, sino de cuidarla para que est¨¦ sana; lo podemos comparar con cuidar nuestro cuerpo: no tiene sentido querer tener un cuerpo de 20 a?os siempre, pero si hacemos cosas para cuidarnos estaremos lo mejor posible en cada edad¡±.
Arrinconar el sexo por esta causa no tiene por qu¨¦ implicar, en cualquier caso, condenar la relaci¨®n. ¡°Por mi experiencia no es un factor importante que provoque una ruptura¡±, concluye el sex¨®logo. ¡°Depende de otros muchos factores, pero por s¨ª solo no lo considero determinante¡±. Dicho esto, ?qu¨¦ puede hacer una pareja que desea recuperar la pasi¨®n de anta?o? ¡°Hay que consolidar el vinculo de pareja, la comunicaci¨®n, la complicidad; conocer y hablar sobre los cambios que se producen a todos los niveles, expresarse, plantear estrategias activas, buscar referentes. Puede ser incluso una oportunidad para explorar y crecer como pareja y en el plano er¨®tico y sexual¡±, sugiere Juan Mac¨ªas. ¡°En un plano m¨¢s pr¨¢ctico, las recomendaciones suelen ser darle un lugar a la intimidad y la sexualidad con la mayor continuidad posible, y si se ha perdido, retomarla de manera progresiva y consensuada, mantener espacios de intimidad er¨®tica, de juego y sensualidad, aunque no se realicen las pr¨¢cticas sexuales habituales; explorar otras opciones es una buena forma de mantener y/o recuperar la normalidad sexual¡±. En otras palabras, ¡°s¨ª¡± a comunicarse y cuidar; ¡°no¡± a guardar silencio, exigir, distanciarse y sentirse solo.
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