La transici¨®n religiosa
Las medidas que garantizan la laicidad del Estado todav¨ªa no han sido adoptadas
El gesto simb¨®lico de Pedro S¨¢nchez y los ministros de prometer su cargo sin la presencia del crucifijo ni la Biblia abriga la esperanza de que pueden producirse cambios importantes en las relaciones entre pol¨ªtica y religi¨®n y, m¨¢s en concreto, entre la Iglesia cat¨®lica y el Estado espa?ol. Todos los presidentes anteriores prometieron o juraron su cargo delante del crucifijo, la Biblia y la Constituci¨®n, colocados al mismo nivel, con la carga simb¨®lica de confesionalidad cat¨®lica que implicaba.
Siempre me ha resultado dif¨ªcil definir al Estado espa?ol en su relaci¨®n con la religi¨®n. Ciertamente no es un Estado ateo, que la persiga, ni laicista, que la reduzca a la esfera privada, como tampoco confesional, en la medida en que tenga una confesi¨®n ¨²nica, ya que la Constituci¨®n afirma en el art¨ªculo 16.3 que ¡°ninguna religi¨®n tendr¨¢ car¨¢cter estatal¡±. Pero no me atrever¨ªa a llamarlo ¡°laico¡±. El propio texto constitucional disuade de tal calificaci¨®n e incurre en una contradicci¨®n manifiesta cuando, a rengl¨®n seguido, coloca a la Iglesia en una situaci¨®n de privilegio al declarar que ¡°los poderes p¨²blicos tendr¨¢n en cuenta las creencias de la sociedad espa?ola y mantendr¨¢n las consiguientes relaciones de cooperaci¨®n con la Iglesia cat¨®lica y las dem¨¢s confesiones¡±.
La sociedad espa?ola es una de las m¨¢s secularizadas del continente europeo. Sin embargo, el Estado espa?ol conserva todav¨ªa importantes restos de nacional-catolicismo y da constantemente muestras de trato desigual para con las religiones. Y lo hace en el propio texto constitucional, en las leyes y los acuerdos con las religiones y en la actividad pol¨ªtica cotidiana.
Los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 dotan a la Iglesia cat¨®lica de todo tipo de beneficios: fiscales, econ¨®micos, educativos, culturales, militares, sociales, sanitarios, patrimoniales. La Ley Org¨¢nica de Libertad Religiosa es claramente discriminatoria, ya que establece varios tipos de religiones: la Iglesia cat¨®lica, de primera categor¨ªa, las confesiones de notorio arraigo, de segunda, las confesiones con acuerdo, de tercera, y el resto, de cuarta.
La religi¨®n cat¨®lica cuenta con m¨¢s de 15.000 profesores en las escuelas, nombrados por los obispos, al margen del sistema general de acceso del resto de los profesores y pagados por el Estado. Recibe una ping¨¹e financiaci¨®n econ¨®mica del Estado a trav¨¦s de la asignaci¨®n tributaria, que este a?o ha ascendido a 251 millones de euros, exenciones fiscales y otras ayudas, incumpliendo el Acuerdo Econ¨®mico de 1979, en el que la Iglesia cat¨®lica asum¨ªa el compromiso de autofinanciarse.
Puede afirmarse que todav¨ªa no ha tenido lugar la transici¨®n religiosa en Espa?a o al menos no con coherencia y celeridad. Para una verdadera transici¨®n religiosa son necesarias transformaciones fundamentales tanto en el ordenamiento jur¨ªdico como en la pr¨¢ctica pol¨ªtica y en la acci¨®n educativa.
Empezando por la Constituci¨®n de 1978 hay que eliminar la referencia a la Iglesia cat¨®lica del art¨ªculo 16.3 por ser contraria a la laicidad, a la igualdad de trato de todas las religiones y a la neutralidad del Estado en materia religiosa. Debe modificarse igualmente el art¨ªculo 27, que establece el derecho de los padres ¡°para que sus hijos reciban la formaci¨®n religiosa y moral de acuerdo con sus propias convicciones¡±.
Los cambios constitucionales indicados nos llevan a la necesidad de revisar, e incluso anular, los Acuerdos del Gobierno Espa?ol con la Santa Sede de 1979, que son una continuaci¨®n modificada del Concordato de 1953, por tanto preconstitucionales y, en varios temas, inconstitucionales.
Es hora de revisar en profundidad la Ley Org¨¢nica de Libertad Religiosa, de 1980, que responde a una situaci¨®n sociorreligiosa superada. Es necesario suprimir la ense?anza de la religi¨®n confesional en las escuelas e introducir una asignatura de historia de las religiones, que analice el fen¨®meno religioso de manera cient¨ªfica.
Hay que volver a introducir en el sistema de ense?anza la asignatura de educaci¨®n para la ciudadan¨ªa que fomente la conciencia cr¨ªtica y transformadora.
Debe eliminarse toda subvenci¨®n a las religiones para fines y tareas espec¨ªficamente religiosas y optarse por la autofinanciaci¨®n. En materia de impuestos, las exenciones deben ser las mismas que las que afectan a las ONG.
Mientras no se adopten estas medidas, seguiremos en un Estado de confesionalidad indirecta, de religi¨®n tutelada o protegida, pero no laico.
Juan Jos¨¦ Tamayo es director de la c¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.