Por qu¨¦ deber¨ªamos dejar de dar la mano y probar otras formas de saludar
Se trata de un gesto que usamos de forma cotidiana, pero no es tan saludable como pensamos
El gesto de dar la mano desempe?a un papel central en nuestra vida cotidiana. Estrechamos la mano a las personas que conocemos y las que no. Un apret¨®n de manos sirve para comunicar nuestra personalidad y nuestro estado de ¨¢nimo a los dem¨¢s y lo usamos como una forma aceptable desellar tratos en infinitas situaciones.
Pero si deja por un momento de dar la mano y observa de cerca la ciencia que se esconde detr¨¢s de este gesto, puede que no lo vea como algo tan agradable como pensaba. Esto se debe en parte a que el cuerpo humano contiene muchos tipos diferentes de bacterias. Algunos son buenos y confiamos en ellos para ayudarnos a mantenernos saludables. Otros no son tan buenos y pueden hacer que enfermemos.
Constantemente ganamos y perdemos bacterias, por lo que nunca estamos seguros de cu¨¢ndo podremos contraer una infecci¨®n. Las superficies act¨²an como una ruta de transmisi¨®n para las bacterias y, cada vez que tocamos una, estos microbios se traspasan sin darnos cuenta. Esta es la raz¨®n por la cual aumenta el riesgo de contraer una enfermedad infecciosa en lugares como los v¨¢teres. ?Pero alguna vez ha pensado en qu¨¦ bacterias comparte cuando le da la mano a alguien?
El poder de un apret¨®n de manos
Seg¨²n un estudio de la Universidad de Colorado, en nuestras manos hay una media de 3.200 bacterias de 150 especies diferentes. Y, sin embargo, estrechar la mano puede ser una ocurrencia cotidiana. Se considera una forma aceptada para saludar a las personas y es el ep¨ªtome de la cortes¨ªa en diversas culturas, especialmente en el mundo occidental. Tambi¨¦n se usa para construir una buena relaci¨®n y generar confianza con las personas. De hecho, ignorar un apret¨®n de manos se considera descort¨¦s y grosero.
Distintas investigaciones han demostrado que a lo largo de nuestra vida daremos la mano unas 15.000 veces. Por lo tanto, existen muchas oportunidades para propagar bacterias entre las personas, particularmente si portan aquellas potencialmente infecciosas que pueden enfermarnos. Esto incluye las fecales, cuya presencia es bastante com¨²n en nuestras manos.
Este riesgo aumenta a¨²n m¨¢s cuando no nos lavamos las manos con regularidad, por lo que es esencial tener una buena higiene de las manos. Y, por supuesto, si las bacterias son resistentes a los antibi¨®ticos, podr¨ªamos, sin saberlo, desempe?ar un papel en la difusi¨®n de la resistencia a los antibi¨®ticos en el medioambiente.
Mejor, chocar los pu?os
Algunos hospitales est¨¢n tan preocupados por la propagaci¨®n de g¨¦rmenes a trav¨¦s del gesto de dar la mano que plantean crear zonas libres de apretones de manos. La buena higiene de las manos y su lavado regular, a menudo, es muy bajo en los hospitales. Y las infecciones adquiridas en estas instalaciones son una gran preocupaci¨®n en las instituciones de salud.
Los espacios en los hospitales se controlan regularmente para detectar la presencia de agentes potencialmente infecciosos que los pacientes puedan adquirir durante su estancia. Las salas de cuidados intensivos y aquellas en las que hay pacientes vulnerables (como los muy j¨®venes, los ancianos y los inmunodeprimidos) son especialmente importantes ya que este tipo de enfermos son m¨¢s propensos a contraer infecciones graves.
Por ello, las investigaciones realizadas en las salas de cuidados intensivos neonatales, donde se atiende a los beb¨¦s reci¨¦n nacidos enfermos, exploran la posibilidad de crear zonas libres de apretones de manos. Algunos hospitales han llevado a cabo pruebas para desalentar los apretones de mano y fomentar activamente saludos alternativos, como chocar los pu?os, la sonrisa y el contacto visual, para tratar de reducir la propagaci¨®n de agentes infecciosos entre las personas.
Saludos alternativos
Pero no se limita a un choque de pu?os: en todo el mundo hay muchas formas diferentes de decir hola y no es necesario mirar muy lejos para encontrar formas de saludar "m¨¢s sanas". Por ejemplo, el tradicional saludo de los maor¨ªes de Nueva Zelanda consiste en frotarse la nariz y la frente, y los japoneses saludan simplemente moviendo la mano, sin contacto. Tambi¨¦n hay saludos como chocar la mano o los pu?os, com¨²nmente utilizados por las personas j¨®venes en el mundo occidental.
La ciencia ha demostrado que la cantidad de bacterias que se transmiten a trav¨¦s de un apret¨®n de manos es el doble en comparaci¨®n con las que nos pasamos al chocar las manos. El n¨²mero tambi¨¦n es significativamente menor cuando chocamos los pu?os. Esto se debe, principalmente a la diferencia en las ¨¢reas de superficie que est¨¢n en contacto entre s¨ª, independientemente del tiempo de duraci¨®n del saludo y de la cantidad de bacterias que hay en la mano de la persona que inicia el saludo.
Entonces, ?se puede reemplazar el tradicional apret¨®n de manos con alternativas m¨¢s diversas y saludables? Se trata de algo que, si llega a suceder, llevar¨¢ tiempo. Pero dicho esto, a medida que crece la conciencia sobre las enfermedades infecciosas y las personas intentan activamente reducir su propagaci¨®n, es posible que haya un futuro en el que todos choquemos los pu?os en lugar de darnos la mano. O al menos adquiramos h¨¢bitos m¨¢s higi¨¦nicos.
*Nicky Milner es ponente 'senior' de Ciencias Biol¨®gicas en la Anglia Ruskin University, en Reino Unido. Este art¨ªculo es una publicaci¨®n original de The Conversation. Lea aqu¨ª el art¨ªculo en ingl¨¦s.
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