Ojo con lo que compras en Instagram: el enga?o de las falsas marcas
?Te has preguntado c¨®mo hacer dinero de la nada? Abre Instagram y ver¨¢s cientos de marcas que ni dise?an, ni fabrican, ni tocan los art¨ªculos que venden
Me encantan los trajes, aunque solo he tenido uno en mi vida. As¨ª pues, el segundo ten¨ªa que ser especial. Y especial significa que est¨¦ bien de precio, que no aparezca anunciado en ninguna marquesina y que no me importe si en la boda que tengo este fin de semana le cae una copa. Tras buscar inspiraci¨®n en Instagram, el ecosistema de anuncios de la red social detecta que en funci¨®n de mis gustos ¨Csigo varias cuentas de zapatos y alguna gen¨¦rica de moda en la calle, m¨¢s otras de f¨²tbol y de comida¨C me puede interesar la marca Giovoss. Entre las diez fotos que muestra el anunciante, hay una de un traje de tres piezas entre camel y beis, o sea, marr¨®n, que me seduce. Pincho.
Precio: 334,63 euros. Pero est¨¢ rebajado un 67% ¨Ctal vez sea de invierno¨C y queda en 111,54 euros. En la web hay un c¨®digo promocional que le suma un 15% m¨¢s de descuento. Precio final: 94,81. Antes de comprar, acudo al apartado about us para saber m¨¢s de la empresa. Con sede en la ¡°soleada Florida¡±, Giovoss ¨Cun estupendo acr¨®nimo de Giorgio Armani y Hugo Boss, o del agua Voss; qu¨¦ m¨¢s da¨C es moda ¡°contempor¨¢nea, sofisticada y que se lleva¡±. A?adir a la cesta.
Despu¨¦s de tres semanas, el traje llega en una bolsa negra con una pegatina con mis datos y unas letras chinas. De la americana cuelga una etiqueta con especificaciones en chino y el nombre de la marca, CCXO
Mientras pienso con qu¨¦ corbata le puede ir bien, un peque?o cartel se despliega en la esquina inferior izquierda. ¡°Spencer acaba de comprar un DiAngelo blazer en Melbourne¡±. Se ve movimiento. Justo debajo de la descripci¨®n del c¨®modo y transpirable traje de la colecci¨®n Malco se lee: ¡°En stock. Dese prisa. Solo quedan cinco. Tres clientes acaban de a?adirlo a la cesta¡±. Saco la tarjeta de cr¨¦dito.
Despu¨¦s de tres semanas, el traje llega en una bolsa negra con una pegatina con mis datos y unas letras chinas. De la americana cuelga una etiqueta con especificaciones en chino y el nombre de la marca, CCXO. No aparece Giovoss por ninguna parte. La chaqueta, de la talla M, que equivale a una 40 seg¨²n la web, me queda perfecta para hacer el pase¨ªllo en Las Ventas. Aunque viene bien empaquetado, debajo del bolsillo de la americana hay una mancha y en la espalda, un remiendo. El tejido es tan sint¨¦tico que me dan ganas de llevarlo al contenedor amarillo. Acudo a los foros para leer lo que quiero leer.
Trustpilot, una empresa danesa especializada en rese?as de comercio electr¨®nico, recoge 91 reviews de Giovoss. El 79%, calificadas como mala, esto es, 72 usuarios le han dado un punto de cinco, cero no se puede. ¡°Tard¨® cuatro meses en llegarme¡±, dice C. Hern¨¢ndez. ¡°Ten¨ªa un agujero¡±, describe R. Killion. Hay uno que titula su comentario con la palabra ¡°ladrones¡±. Otro dice que ¡°intent¨® devolverlo pero le ofrecieron un reembolso del 25% y quedarse con la prenda¡±. Rob: ¡°Todo viene de China¡±. Rathbone: ¡°Me lleg¨® directamente de China¡±. Samir: ¡°Lo env¨ªan desde China¡±.
Alexis C. Madrigal cuenta en The Atlantic c¨®mo un abrigo que hab¨ªa comprado a West Louis, una marca cuyo logo es un jinete y un caballo y con un nombre que recuerda a una casa brit¨¢nica, le lleg¨® con el sello de Correos de China. Igual que West Louis, Giovoss es una empresa online que opera desde la soleada Florida ¨Caunque podr¨ªa ser desde la lluviosa Seattle¨C y que no dise?a ni fabrica la ropa. Esta ni siquiera pasa por sus manos. Gestiona el env¨ªo de art¨ªculos de AliExpress bajo una marca inventada a cualquier parte del mundo, menos a Bolivia, Indonesia y, curiosamente, China. De hecho, m¨¢s que una empresa, lo m¨¢s probable es que sea una persona con un ordenador sentado en el escritorio de su habitaci¨®n.
El surgimiento de webs como Giovoss se explica por dos factores. La fuerza del ecosistema de anuncios de Facebook o Instagram, que establecen relaciones por los gustos del usuario y los persigue cuando muestran inter¨¦s por determinados art¨ªculos, y Shopify, una plataforma con la que crear una tienda online sin moverse de casa. Esta compa?¨ªa canadiense es una especie de Wordpress, pero en lugar de ayudar a crear un blog, facilita la tarea de montar una tienda virtual.
Shopify naci¨® en 2006 y tiene 600.000 usuarios, la mayor¨ªa empresarios que en lugar de pagar a un inform¨¢tico para que les arme una web recurren a esta plataforma (cuesta 25 euros al mes) con el fin de vender sus productos. El a?o pasado Shopify compr¨® Oberlo, que en palabras de Erin Hochstein, jefa de comunicaci¨®n, ¡°facilita a los usuarios la compra y venta de art¨ªculos¡±, una frase inconcreta cuando se le pregunta si Oberlo fomenta el tipo de venta llamada dropshipping, que significa entrega directa, sin pasar por las manos de Giovoss, ni de West Louis, ni de Masorini Style, ni de Sofi Coastal¡ Hay algo com¨²n en estas marcas calificadas como semi-scam (medio fraude): precios muy rebajados, tallas grandes (hasta 5XL), frases apremiantes para acelerar la compra y malas rese?as en las que aparece frecuentemente la palabra China.
¡°Tard¨® cuatro meses en llegarme¡±, dice C. Hern¨¢ndez. ¡°Ten¨ªa un agujero¡±, describe R. Killion. Otro dice que ¡°intent¨® devolverlo pero le ofrecieron un reembolso del 25% y quedarse con la prenda¡±
Antonio L¨®pez, de la asociaci¨®n de consumidores CECU Madrid, asegura que fuera de la Uni¨®n Europea el consumidor est¨¢ m¨¢s desprotegido. ¡°Cuando alguien compra algo de Corea o Hong Kong o de cualquier otro sitio tiene que saber que es su responsabilidad¡±. L¨®pez afirma que se puede denunciar pero que sirve de poco. El consultor de e-commerce John Hooks afirma que ¡°es el consumidor el que tiene que estar bien informado¡±.
Hay varios v¨ªdeos en YouTube que detallan c¨®mo hacer dropshipping. Rory Ganon es un chico locuaz de 17 a?os, cuya intervenci¨®n m¨¢s vista tiene 412.880 reproducciones. Ganon simula la creaci¨®n de una empresa en Shopify. Una vez configurada se sirve de Oberlo para seleccionar art¨ªculos de AliExpress. Como si fuera un bazar, elige un reloj dorado que cuesta 1,32 euros, otro con la esfera azul de 1,96, as¨ª hasta cinco. Les fija un precio de 49,99, que inmediatamente rebaja a 29,99. Describe los relojes con palabras como luxury, vintage, classic. Todo es arbitrario. Resulta llamativo un v¨ªdeo introductorio de Oberlo en el que se anima al usuario a montar su propio negocio. La segunda frase dice: ¡°Quiz¨¢ no sepa ni qu¨¦ vender¡±. No importa, en AliExpress hay de todo.
Folsom & Co. est¨¢ radicada en Silicon Valley. La web incluye un chat para resolver dudas. Pregunto d¨®nde est¨¢n fabricados los relojes que venden. Me responden que, ¡°al igual que Apple, dise?amos los productos en EE UU. Luego trabajamos con nuestros equipos altamente capacitados en el exterior para fabricarlos y enviarlos a su puerta¡±. A la boda voy sin reloj.
La devoluci¨®n del traje
La pol¨ªtica de devoluciones de Giovoss es transparente. Desde el primer momento te dejan claro que lo vas a tener casi imposible.
El plazo para hacer la gesti¨®n es de siete d¨ªas (lo habitual son 28), el coste del transporte a China corre a cargo del cliente, el env¨ªo ha de ser certificado con un n¨²mero de seguimiento que se ha de compartir con Giovoss, el traje tiene que llegar en su bolsa original ?¨Cdespu¨¦s de deshacerme de ella, lo m¨¢s parecido es una negra de basura¨C y si se pierde por el camino no se hacen responsables. Aseguran que si hay disponibilidad enviar¨¢n el mismo art¨ªculo y ya si no un reembolso. El traje es inservible para la empresa y probablemente cueste 10 euros. El ¨²nico objetivo es disuadir al cliente de iniciar siquiera el proceso.
Aun as¨ª, me propuse devolverlo con la esperanza de quien inicia un proceso de selecci¨®n online, que sabe que alguno de los mil requisitos le va a tumbar. La respuesta a mi primer email lleg¨® a las 24 horas. Se disculpaban porque el traje me hubiera llegado con una mancha y un roto. Como prueba me ped¨ªan fotos "que no estuvieran borrosas". Casi reservo hora en el estudio de fotograf¨ªa (?cost¨® 94 euros!). Envi¨¦ cuatro im¨¢genes de detalle. Han pasado dos semanas y no he recibido respuesta.
El pasado domingo me lleg¨® un email de mi banco en el que me indicaban que me pusiera en contacto urgentemente con el servicio de prevenci¨®n de fraude. Llam¨¦ y ten¨ªan las l¨ªneas cerradas por ser domingo. Ten¨ªa que esperar al lunes. El suficiente tiempo para acudir nervioso a los foros, buscar el tel¨¦fono de la OCU, entrar en su p¨¢gina de Facebook¡ para no hacer nada. El lunes por la ma?ana mi banco me confirm¨® que hab¨ªan copiado los datos de mi tarjeta en un establecimiento de Madrid. Giovoss solo te roba una vez.
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