?Elige muy bien sus trajes Pedro S¨¢nchez o es cuesti¨®n de percha?
Analizamos al detalle el atuendo que el presidente del Gobierno va a tener que vestir a diario en los pr¨®ximos meses
Desde su investidura, el pasado 1 de junio, Pedro S¨¢nchez (Madrid, 1972) es el nuevo presidente del Gobierno. Y eso, si hablamos de su aspecto, significa que, de ahora en adelante, el traje ser¨¢ su uniforme casi diario. A continuaci¨®n, analizamos las claves de su estilo con el objetivo de responder a una pregunta: ?elige S¨¢nchez bien sus trajes? Y, si es as¨ª, ?por qu¨¦?
El color: azul oscuro casi negro
Al contrario que Mariano Rajoy, cuyas elecciones crom¨¢ticas iban (cuando era el jefe del ejecutivo) desde el gris claro u oscuro hasta el azul marino (seg¨²n la ¨¦poca y la ocasi¨®n), S¨¢nchez es adepto a los trajes de tonos muy apagados. En el fondo, es algo generacional: desde que Hedi Slimane demostr¨® a principios de los a?os dos mil que la sastrer¨ªa en color negro ten¨ªa algo de juvenil y rockero, los tonos oscuros (sin llegar al negro, que denota etiqueta nocturna o luto) son elegidos habitualmente por todo aquel que no quiera envejecer instant¨¢neamente al ponerse el traje. S¨¢nchez es especialmente entusiasta del azul, y lo declina en una gama que va del azul noche intenso o el a?il a una variaci¨®n que, como la pel¨ªcula de Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo, Azul oscuro casi negro, se acerca mucho al negro y solo es distinguible seg¨²n la iluminaci¨®n de cada momento. ?Dos ejemplos? F¨ªjense en el modo en que sus trajes azules son una declaraci¨®n de luminosidad frente al negro riguroso de Puigdemont y al clasicismo gris de Mariano Rajoy.
El corte: contempor¨¢neo, tal vez demasiado
El nuevo presidente del Gobierno tiene buena planta (mide 1,90 metros). Deportista y exjugador de baloncesto, posiblemente sea el primero en la historia de Espa?a que puede dejarse ver en la playa sin miedo al rid¨ªculo. Por eso, los trajes le quedan bien y encajan en sus hombros con naturalidad. Pero tambi¨¦n el corte hace lo suyo. Hay que fijarse en los pantalones, levemente entallados aunque sin llegar al slim fit. Y en la chaqueta, a la que solo se le pueden poner dos peros: a veces la lleva demasiado ce?ida, algo que queda en evidencia en el abdomen (formando la famosa X debido a la tirantez del tejido) y en los brazos. En ocasiones dobla el codo o gesticula, y el tejido aparece tirante y con arrugas en torno a los b¨ªceps. Seg¨²n los preceptos de la sastrer¨ªa cl¨¢sica, es un pecado menor, porque un traje perfecto deber¨ªa permanecer intacto sin deformarse a pesar del movimiento.
La longitud exacta
En sastrer¨ªa, los largos lo son todo. Y Pedro S¨¢nchez sigue a rajatabla las normas en el bajo del pantal¨®n, que se arruga levemente al llegar al zapato, pero evita tambi¨¦n que se le vean los tobillos cuando se sienta. El bajo de la chaqueta tambi¨¦n est¨¢ dentro de lo establecido, porque llega aproximadamente hasta los nudillos de la mano, con el brazo extendido. Algo m¨¢s de disparidad hay en el largo de la manga, pero es que esa disparidad forma parte de la esencia misma de la sastrer¨ªa, que es adaptarse a cada hombre. Hay tipos a los que les gusta que la camisa sobresalga, y otros a los que no. A S¨¢nchez le gusta, y deja que entre uno y dos cent¨ªmetros del pu?o de la camisa asomen bajo la chaqueta. Eso s¨ª, el mencionado pu?o de la camisa le queda en ocasiones demasiado corto, dejando su mu?eca al aire. Habr¨¢ quien defienda que S¨¢nchez es un hombre alto y corpulento, con brazos largos. Pero la soluci¨®n a ese problema se resume en tres palabras: camiser¨ªa a medida.
Camisa blanca
A lo largo de su carrera pol¨ªtica, S¨¢nchez ha convertido la camisa blanca, tan inmaculadamente nuclear como su sonrisa, en un s¨ªmbolo de pureza, transparencia y claridad. Lo mismo hicieron Alexis Tsipras, Matteo Renzi, Obama e incluso Albert Rivera. Es una elecci¨®n inteligente: queda bien con traje (especialmente con uno oscuro) y elimina dudas. En resumen, es una imagen de marca sin trampa ni cart¨®n. Sin embargo, en ocasiones parece que S¨¢nchez se toma sus propias normas de forma demasiado literal. Y una camisa azul de vez en cuando resultar¨ªa igual de correcta con la ventaja a?adida de demostrar que S¨¢nchez es capaz de salirse del guion. Y en pol¨ªtica la naturalidad cotiza al alza.
'Bonus track': ?qu¨¦ pasa con la corbata?
El S¨¢nchez que a¨²n no formaba parte del establishment disfrutaba llevando camisas con el cuello abierto. La corbata, excesivamente formal, quedaba relegada a actos oficiales o solemnes. Sin embargo, a medida que su trayectoria ascend¨ªa, su presencia institucional requer¨ªa menos declaraciones de intenciones y m¨¢s protocolo. Sin embargo, S¨¢nchez ha sabido llevarse la corbata al huerto. Las utiliza moderadamente estrechas y casi siempre en tonos lisos e intensos: rojo oscuro, azul petr¨®leo, aguamarina, gris y, cada vez m¨¢s, azul real (lo que los ingleses llaman royal blue). Ni amebas, ni estampado de cachemira, ni franjas universitarias.
Conclusi¨®n
En moda, el estilo de Pedro S¨¢nchez podr¨ªa definirse como "gr¨¢fico". Es decir: silueta definida y bien perfilada, colores intensos (casi nunca lleva tonos suaves o desva¨ªdos), contrastes marcados (gracias a la camisa blanca) y pocos accesorios. Un estilo correcto y joven al mismo tiempo y una manifestaci¨®n de perseverancia que es un reto al mismo tiempo: en los pr¨®ximos meses, no podr¨¢ llevar otra cosa. As¨ª que mejor elegir bien.
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