Las mujeres forman redes para lograr un sitio en la ciencia
El 8-M ha potenciado la creaci¨®n de grupos de trabajo femeninos para desarrollar proyectos de tecnolog¨ªa
Tras una charla en un congreso de tecnolog¨ªa, la CEO de Datatons, In¨¦s Huertas, se sorprendi¨® cuando la ¨²nica mujer del p¨²blico se acerc¨® para invitarla a crear una comunidad de programadoras en Madrid. ¡°Es que somos muy pocas y estamos infravaloradas¡±, le argument¨® Beatriz Hern¨¢ndez. A ella la invitaci¨®n le result¨® extra?a, ya que ve¨ªa el ambiente ¡°masculinizado¡± con naturalidad. Sin embargo, el primer evento que organizaron reuni¨® a cerca de 35 programadoras. ¡°Ostras, pues s¨ª que hay chicas y hay inter¨¦s. ?Por qu¨¦ no hay m¨¢s mujeres en los congresos? ?Por verg¨¹enza? ?Por qu¨¦ nos faltan referentes?¡±, pens¨®. Era 2016.
Ese mismo a?o las dos crearon la comunidad RLadies, una de las decenas de redes de mujeres interesadas en ciencia y tecnolog¨ªa que se han fortalecido este a?o en Espa?a a ra¨ªz de las manifestaciones feministas del pasado marzo. ¡°Conozco a muchas chicas que empezaron a trabajar juntas porque se conocieron en estas movilizaciones. El 8-M nos ha ayudado a aumentar nuestra red de contactos y los v¨ªnculos entre las chicas que trabajan con tecnolog¨ªa¡±, cuenta la ingeniera inform¨¢tica Patricia Pons.
Estas relaciones han permitido multiplicar las reuniones mensuales para que las mujeres compartieran sus conocimientos, desarrollaran proyectos colectivos y estimularan a las ni?as a seguir el mismo camino. ¡°Nosotras que trabajamos con tecnolog¨ªa y ya conseguimos nuestro espacio sentimos que tenemos la obligaci¨®n de animar a otras chicas¡±, a?ade Huertas.
Estas v¨ªas de intercambio de informaci¨®n han comenzado a dar m¨¢s visibilidad a la escasa presencia femenina en las carreras t¨¦cnicas, que a¨²n est¨¢ lejos de ser superada. Aunque el 55% de las plazas en las universidades espa?olas est¨¢n ocupadas por mujeres, la presencia en estudios t¨¦cnicos de ingenier¨ªa, tecnolog¨ªa o ciencias no supera el 30% en Espa?a, seg¨²n datos del OCDE.
En el mercado laboral de estos sectores, la poblaci¨®n femenina ocupa solamente un 23,8% de los puestos, como asegura el estudio Las mujeres en el mercado de trabajo de las tecnolog¨ªas, de los expertos Ana Gonz¨¢lez Ramos (Universitat Oberta de Catalunya), N¨²ria Verg¨¦s Bosch (Universitat de Barcelona) y Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez Garc¨ªa (Universidad de La Laguna). Adem¨¢s, solo un 3% de los galardonados con los premios Nobel de Ciencias son mujeres.
Sin embargo, las dificultades de las mujeres en las ¨¢reas t¨¦cnicas empiezan mucho antes. La brecha ya es evidente en el instituto. Huertas empez¨® el bachillerato de Humanidades, pero decidi¨® cambiarse al de Ciencias despu¨¦s. ¡°Me preguntaban si estaba loca porque me iba bien en Humanidades. No sab¨ªa d¨®nde me pod¨ªan llevar las ciencias, pero sab¨ªa que me gustaba eso de resolver problemas¡±, cuenta.
Varios orientadores escolares afirman que han aumentado las iniciativas para acercar a las j¨®venes a estas profesiones y frenar el estereotipo de que ¡°son para los chicos¡±, present¨¢ndoles a mujeres como referente y creando comunidades. ¡°El cambio es muy lento. Sigue habiendo poqu¨ªsimas chicas en estas carreras, y creo que es algo anterior a los centros de secundaria. Las alumnas ya llegan con el pensamiento de que hay materias que les van mal¡±, afirma Jos¨¦ Mar¨ªa Salguero, del instituto p¨²blico Juan de la Cierva, en Madrid.
In¨¦s Huertas defiende que a las mujeres tambi¨¦n les interesan las carreras t¨¦cnicas, pero a ellas les cuesta m¨¢s decidirse por culpa de los estereotipos. Ella decidi¨® cursar la carrera de Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones. ¡°Directamente, nadie me dec¨ªa que no lo intentara por ser mujer, pero s¨ª que me dec¨ªan que era muy dif¨ªcil, que me lo pensara bien¡±, recuerda.
Varios estudios cient¨ªficos modernos indican que las dificultades que sufren las mujeres en las carreras t¨¦cnicas son producto de la sociedad y que ning¨²n g¨¦nero est¨¢ ¡°condenado¡± a pensar de una determinada manera. Seg¨²n un estudio de Women¡¯s Engineering Society (una asociaci¨®n de Reino Unido que analiza la presencia femenina en estas carreras), existen muy pocas diferencias en el seguimiento y aprendizaje de las ciencias b¨¢sicas o las matem¨¢ticas.
Una realidad que muchos se resisten a aceptar, pero que programas comoTechnovation Challenge, de la ONG estadounidense Iridescent, se esfuerzan por transmitir. Este proyecto llevar¨¢ en agosto a dos equipos de ni?as espa?olas a un concurso internacional en San Francisco para presentar las aplicaciones que crearon este a?o: Join Us, que conecta a personas mayores y j¨®venes de pa¨ªses distintos, y StopIt, para dar asistencia a las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero.
¡°Las mujeres pueden ser igual de competentes que los hombres. Si me preguntas qui¨¦n quiero ser, a¨²n me cuesta encontrar referentes espa?olas. Con esas iniciativas, se crea una imagen a estas ni?as de lo que pueden llegar a ser¡±, defiende Huertas, que, cuando termin¨® la universidad, empez¨® a trabajar en una empresa de inform¨¢tica.?Su departamento estaba en un s¨®tano. Despu¨¦s de varios a?os de haber competido con sus compa?eros que eran sobre todo hombres, se sinti¨® encerrada en un trabajo mecanico. El hecho de haber tenido que esforzarse mucho y buscar nuevos conocimientos por su cuenta la incomodaba. ¡°Llevaba toda la vida trabajando como si fuera a la guerra y sent¨ªa que necesitaba algo m¨¢s¡±, cuenta.
As¨ª que empez¨® a estudiar distintos m¨¢steres de inform¨¢tica, telem¨¢tica y programaci¨®n. Decidi¨® crear una empresa de big data. Desarrolla proyectos y aplicaciones para conectar empresas a bases de datos complejas. ¡°Hay pocos perfiles como el nuestro en el mercado, as¨ª que siempre tenemos clientes¡±, a?ade. Su startup ya cuenta con nueve personas, casi todas involucradas en las redes de programadoras.
Huertas afirma que estas comunidades dan visibilidad a proyectos, tanto de las j¨®venes que est¨¢n empezando la carrera como de las mujeres que lo hacen como pasatiempo. Estar entre ellas le ha permitido formar parte de un programa de la Nasa integrado por 50 mujeres en todo el mundo. Este proyecto pretende dar una aplicaci¨®n m¨¢s real a los datos que tienen los cient¨ªficos. Huertas se?ala que estas comunidades han permitido crear un gran ecosistema donde las mujeres comparten sus experiencias. Y concluye: "Hablando sobre nuestros trabajos, nos empoderamos".
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