El a?o de las mujeres
Espa?a da en seis meses un salto de d¨¦cadas en la lucha por la igualdad
De las 17 carteras del nuevo Gobierno de Espa?a, 11 est¨¢n en manos de mujeres. Los despachos de algunas multinacionales estrenan placa de jefas. Miles de personas en las calles paran el pa¨ªs a favor de la igualdad. Otras tantas, por primera vez, se declaran feministas. El Gobierno solicita a la RAE un informe para adecuar el texto constitucional al lenguaje ¡°inclusivo¡±. Todo en menos de seis meses. En Espa?a el movimiento #MeToo azuz¨® el feminismo y con la inercia de d¨¦cadas de trabajo, la lucha por la igualdad ha dado un salto de siglos. 2018 es el a?o de las mujeres.
Tras el 8-M, las mujeres gritaron con rabia que no estaban dispuestas a seguir sinti¨¦ndose inseguras. ¡°Sola, borracha, quiero llegar a casa¡±, coreaban cientos de manifestantes durante la huelga feminista. Cansadas de ser la presa, juntas, se giraron y ense?aron los dientes a los depredadores. Ni una m¨¢s iba a cargar en sus hombros con la culpa de haber sido violada.
Este rugido de indignaci¨®n abri¨® debates como el de la falta de perspectiva de g¨¦nero en la judicatura tras la sentencia de La Manada, que conden¨® a cinco hombres por abusos sexuales a una joven de 18 a?os en los sanfermines de 2016. El tribunal libr¨® a los acusados del delito de violaci¨®n al entender que la v¨ªctima ¡°no se resisti¨®¡±. Tras el anuncio de esta sentencia, miles de personas salieron a manifestarse contra un fallo judicial que consideraban que desprotege a las mujeres. Desde entonces, cada vez hay m¨¢s inscritas en clases de defensa personal para aprender a protegerse de posibles agresores.
Estas movilizaciones han empujado al nuevo Gobierno de Espa?a, formado en junio y con la mayor presencia femenina del mundo a endurecer las leyes contra los abusos sexuales y ha propuesto reformar el C¨®digo Penal para acotar la interpretaci¨®n de los jueces y calificar como delito sexual la falta de consentimiento expreso de la v¨ªctima. ¡°Si una mujer no dice 's¨ª' expresamente, todo lo dem¨¢s es 'no¡±, dec¨ªa Carmen Calvo, ministra de Igualdad, el pasado 10 de julio al anunciar la propuesta.
Adem¨¢s, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, formado a principios de junio, ha recuperado el Ministerio de Igualdad, suprimido por el PP en 2011. Y organismos p¨²blicos como el Consejo de Estado y el Consejo Superior de Deportes estrenaron una presidencia femenina el pasado junio con Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega y Mar¨ªa Jos¨¦ Rienda, respectivamente. El nuevo Gobierno tambi¨¦n ha llegado a cuestionar la forma en que est¨¢ escrita la Constituci¨®n. Y la vicepresidenta, Carmen Calvo encarg¨® a la RAE un estudio sobre la ¡°adecuaci¨®n¡± de la m¨¢xima ley al ¡°lenguaje inclusivo¡±.?
Amamantado y criado durante d¨¦cadas por unas pocas, el feminismo ha agrupado las voces de miles de mujeres. La propia Ana Patricia Bot¨ªn, presidenta del Banco Santander, se declar¨® feminista el pasado 24 de mayo durante una entrevista y se mostr¨® partidaria de que las empresas tomen medidas hacia la igualdad para permitir que cada vez m¨¢s mujeres lleguen a puestos directivos. En 2018 solo un 27% de las empresas espa?olas cuentan con alguna mujer en altos cargos directivos, seg¨²n un informe de la auditora Grant Thornton. La escasez de mujeres en puestos de responsabilidad es conocida como el techo de cristal. Algunas de sus causas son la maternidad y la tendencia de los hombres a elegir a otros hombres (conocida como homofilia), seg¨²n la profesora del IESE Nuria Chinchilla.
Ellas no han llamado a las puertas del cielo directivo, ellas han entrado resquebrajando el techo de cristal. Durante los dos ¨²ltimos a?os, multinacionales como Google, Facebook, Twitter, Amazon o Microsoft nombraron a mujeres para la direcci¨®n de su filial espa?ola. Sus pol¨ªticas de conciliaci¨®n les han permitido convertirse en ejemplos de paridad, tanto en la base como en los puestos directivos. ¡°Empieza a haber un consenso entre la sociedad y el ¨¢mbito empresarial de que la igualdad es un tema importante al que hay que destinar recursos¡±, explica la directora general de Google Espa?a, Fuencisla Clemares.
No solo en las empresas las mujeres lo tienen m¨¢s dif¨ªcil, otro foco de discriminaci¨®n para ellas es el deporte. Los salarios insignificantes, contratos no regulados y una ley que no contempla su profesionalizaci¨®n llevaron a muchas deportistas a apoyar la huelga feminista en las redes sociales bajo el hashtag #LasDeportistasParamos. Adem¨¢s, firmaron un manifiesto en el que reclamaban los mismos recursos que sus compa?eros, convenios laborales en cada disciplina y el fin de la cosificaci¨®n de la mujer en el deporte. Desde entonces, las asociaciones de mujeres deportistas afirman que hay una mayor movilizaci¨®n para acabar con la desigualdad de trato entre los y las deportistas.
Fuera de las ciudades, las mujeres tambi¨¦n han tomado conciencia. Las agricultoras y ganaderas comenzaron a organizarse este a?o para conseguir m¨¢s representaci¨®n en las instituciones rurales, y avanzar en la titularidad compartida de la tierra, todav¨ªa en un 71% en manos de hombres. El d¨ªa de la huelga feminista, cientos de mandiles colgaban de los balcones en protesta por el mayor desempleo que sufren las mujeres en el campo.
Otro de los debates que se ha reavivado es el de la regulaci¨®n de la prostituci¨®n. En junio de este a?o, el Ayuntamiento de Barcelona rechaz¨® una iniciativa del PSC que pretend¨ªa multar a los clientes y proxenetas. Y antes de que finalice el 2018, el PSOE madrile?o llevar¨¢ al Pleno municipal una ordenanza similar. M¨¢laga y Sevilla tambi¨¦n han aprobado medidas que penalizan esta pr¨¢ctica. Mientras, asociaciones de prostitutas como Hetaira reclaman el reconocimiento legal de su trabajo.
Esta nueva ola feminista ha contado, por primera vez, con la participaci¨®n de los hombres. Miles de voces masculinas gritaron este a?o a favor de la igualdad y muchos de ellos se sumaron a las manifestaciones y reclamos de sus compa?eras de trabajo y vida. Sin embargo, para el experto en violencia de g¨¦nero, Miguel Lorente, esta solidaridad es un espejismo, puesto que ¡°la mayor¨ªa ha adoptado una postura de neutralidad¡±, que califica de "posmachismo".?
En 2018, las mujeres abrieron la caja de Pandora con la intenci¨®n de liberarse de todos los males que hab¨ªan soportado durante milenios. En el mito, cuando Pandora abri¨® la caja solo logr¨® retener la esperanza. Con 82 a?os, la hist¨®rica feminista Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, primera mujer separada de Espa?a, tambi¨¦n la guarda: ¡°Tengo mucha esperanza en que las j¨®venes y las menos j¨®venes sigan adelante, sabiendo que luchar es lo m¨¢s duro y justo que puede hacer una mujer¡±.
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