Los ¡®mandamientos¡¯ de la masculinidad feminista
Grupos de hombres se re¨²nen para replantear su papel en la sociedad
Seis hombres se sientan alrededor de la mesa. Todos superan la treintena de a?os y son feministas. Vienen a hablar de sentimientos. Es un grupo de autoayuda en toda regla, con una peculiaridad: su objetivo es deconstruirse para eliminar comportamientos machistas. Ese es el pilar. Los seis forman parte de uno de los llamados grupos de masculinidad, una iniciativa cuyo objetivo es avanzar hacia la equidad real desprendi¨¦ndose de los lastres del machismo y encontrar su papel en una sociedad igualitaria.
De momento son pocos. Los m¨¢s visibles est¨¢n aglutinados en torno a la Asociaci¨®n de Hombres por la Igualdad de G¨¦nero (AHIGE), que ya suma 20 grupos en 13 provincias: m¨¢s de 200 hombres con 10 mandamientos de la masculinidad feminista.
El espacio de reuni¨®n es una peque?a oficina del centro de Madrid, oscura y con muebles dispares. Cuando vienen m¨¢s miembros apenas caben. La agrupaci¨®n se llama Besana (palabra que define el primer surco que se abre en la tierra cuando se empieza a arar) y est¨¢ integrada en AHIGE. En este espacio no hay debate ni argumentos racionales, solo emociones. ¡°No hay nada m¨¢s masculino que varios hombres debatiendo de forma racional. Aqu¨ª surgen los debates, pero se paran¡±, explica Pablo, un veterano de estas sesiones.
Abrirse emocionalmente ante otros hombres no resulta f¨¢cil. Por eso el s¨¦ptimo mandamiento dice que "un hombre por la igualdad intenta ir superando el miedo y el rechazo ante situaciones de cercan¨ªa y complicidad con otros hombres. Comprende que la compa?¨ªa y la ayuda de otros hombres son necesarias para su desarrollo vital. Acepta su apoyo y est¨¢ aprendiendo a no verlos como competidores¡±.
Ritxar Bacete, autor del libro Nuevos hombres buenos, define los grupos de masculinidad como ¡°espacios seguros para hombres con hombres". "Sirven para generar espejos que nos permiten detectar los elementos t¨®xicos que tenemos los hombres y superarlos en comunidad. Sin ser grupos terap¨¦uticos, tienen efectos muy positivos sobre sus miembros", a?ade. Surgen en la d¨¦cada de los ochenta en Estados Unidos con el desarrollo de los men?s studies, la disciplina acad¨¦mica dedicada al estudio del hombre en la sociedad contempor¨¢nea. ¡°Es una consecuencia l¨®gica que, tras trabajar el empoderamiento de las mujeres, se empiece a cuestionar el papel de los hombres¡±, asegura Bacete.
¡°El origen m¨¢s ancestral est¨¢ en la Revoluci¨®n francesa, donde se constituyeron grupos que buscaban una sociedad m¨¢s igualitaria¡±, explica Erick Pescador, doctor en sociolog¨ªa e integrante de la Red de Hombres por la Igualdad. En Espa?a, las primeras asociaciones llegaron ¡°sobre el a?o 86 u 87¡±, seg¨²n Pescador.
No todos los grupos de masculinidad se limitan a tratar el ¨¢mbito emocional. Algunos tambi¨¦n ejercen el activismo de forma colectiva. Es el caso de los Indignados Cuestion¨¢ndonos el Heteropatriarcado, surgido de las asambleas feministas del 15-M. ¡°Nuestro grupo no tiene que ser terap¨¦utico. Ni tiene que ser algo que nos sirva a nosotros individualmente, sino que lo que trabajemos sea beneficioso para las mujeres de alguna manera¡±, explica Alberto Moreno, uno de sus miembros. ¡°No por ser hombres m¨¢s sensibles les vamos a hacer menos da?o a las mujeres¡±.
Este razonamiento lo resume el cuarto mandamiento del dec¨¢logo de AHIGE: ¡°Un hombre por la igualdad apoya activamente las justas reivindicaciones de las mujeres contra el sexismo. Comprende que no basta con las palabras y que es necesario que los hombres se posicionen activa y p¨²blicamente sobre el tema¡±.
En el grupo Besana, sin embargo, el activismo lo ejercen de forma individual. Sus sesiones se limitan al ¨¢mbito emocional. Tema de hoy: la p¨¦rdida, porque ¡°hace poco un compa?ero perdi¨® a su padre¡±, explica Manuel, miembro veterano de este grupo de masculinidad. Antes ya han tratado aspectos como la adolescencia, la muerte, la relaci¨®n con la pareja o con los padres¡ Est¨¢n convencidos de que ese camino se hace mejor en compa?¨ªa. ¡°Cualquier proceso de emancipaci¨®n pasa por un cambio personal y ese cambio no lo puedes hacer jugando al solitario¡±, explica Bacete. La mayor¨ªa ha necesitado un empuj¨®n femenino para llevarles hasta aqu¨ª; de su pareja, una amiga o una familiar.
Las asociaciones feministas femeninas ven con buenos ojos estas iniciativas, si bien en un principio se cuestion¨® el protagonismo que adquir¨ªan los hombres en la lucha feminista. ¡°Cuando empezamos hubo mucho debate con dejarnos participar en manifestaciones mixtas. Los medios nos daban mucho protagonismo por ser la novedad¡±, recuerda Josetxu Riviere, miembro del Grupo de Hombres por la Igualdad de ?lava, disuelto en 2011.
La Fundaci¨®n Mujeres considera ¡°que es positivo el hecho de que grupos de hombres se involucren en esta reflexi¨®n y en el cambio social desde su propia identidad¡±. Para Paloma Tosar, coordinadora del espacio de formaci¨®n feminista ?gora, el descubrimiento de estos grupos fue ¡°un punto de inflexi¨®n¡±. ¡°Cuando llegaron estos grupos de hombres que se ve¨ªan como v¨ªctimas del sistema patriarcal mi visi¨®n cambi¨®. Es muy positivo que existan y animo a todos los hombres a que se sumen¡±, afirma Tosar.
Estos grupos son conscientes de que los cambios profundos en la sociedad llevan mucho tiempo. Lo mismo ocurre en el ¨¢mbito personal. ¡°Es un camino de larga distancia. Yo llevo 10 a?os metido en esto y sigo teniendo meteduras de pata con mi pareja o con mis amigas¡Momentos en los que te preguntas ¡®?c¨®mo he podido decir esto?¡±, confiesa Moreno. Pero este movimiento sigue creciendo. Por el grupo de AHIGE en Granada, el m¨¢s veterano en activo, han pasado ya cerca de 200 hombres.
Ritxar Bacete asegura que los comportamientos machistas est¨¢n inculcados en los hombres por la propia sociedad y la historia. Esta visi¨®n la comparten Moreno, Pescador y, c¨®mo no, AHIGE. As¨ª lo recoge el primer punto de su dec¨¢logo: ¡°Un hombre por la igualdad se acepta a s¨ª mismo como producto de su tiempo y cultura¡±.
Dec¨¢logo 'Un hombre por la igualdad' de AHIGE
Un hombre por la igualdad es aquel que:
1. Se acepta a s¨ª mismo como producto de su tiempo y cultura.
2. Ha iniciado un camino personal de b¨²squeda y replanteamiento interno de sus valores, esquemas, mecanismos, conductas y pensamientos.
3. Mantiene una actitud de cambio en sus relaciones con las mujeres, en las que ya no tolera ning¨²n tipo de desigualdad en raz¨®n del sexo.
4. Apoya activamente las justas reivindicaciones de las mujeres contra el sexismo. Comprende que no basta con las palabras y que es necesario que los hombres se posicionen activa y p¨²blicamente sobre el tema.
5. Est¨¢ aprendiendo a verse como un ser sensible, afectivo y, sobre todo, vulnerable. Adem¨¢s, est¨¢ intentando superar su tradicional aislamiento emocional.
6. Ha iniciado un proceso de replanteamiento de la relaci¨®n con sus hijos e hijas. Ya no acepta continuar con un papel secundario e intenta que la relaci¨®n sea m¨¢s completa, aprendiendo a implicarse directamente con ellos y ellas.
7. Intenta ir superando el miedo y el rechazo ante situaciones de cercan¨ªa y complicidad con otros hombres. Comprende que la compa?¨ªa y la ayuda de otros hombres le es necesaria para su desarrollo vital. Acepta su apoyo y est¨¢ aprendiendo a no verlos como competidores.
8. Avanza en un proceso de renovaci¨®n de su sexualidad, intentando vivirla de forma m¨¢s natural y plena, sin los determinantes que el modelo tradicional masculino le ha impuesto.
9. Ha comenzado a cambiar su actitud hacia la homosexualidad, reconociendo que las personas homosexuales sufren una situaci¨®n de discriminaci¨®n que ha de ser combatida activamente. Analiza su relaci¨®n personal con este tema.
10. Y, por supuesto, ha adoptado una actitud de tolerancia cero hacia la violencia de g¨¦nero que ejercen los hombres sobre las mujeres. Ha comprendido que el silencio nos hace c¨®mplices.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.