La neutralidad es ¡°posmachista¡±

Las masivas movilizaciones de la revoluci¨®n del 8-M han marcado un punto y aparte en la visi¨®n del movimiento feminista en Espa?a. Cientos de miles de mujeres salieron a las calles para reivindicar la igualdad total y, casi por primera vez, junto a ellas se manifestaron miles de hombres. Pese a ello, los varones feministas a¨²n son minor¨ªa. Miguel Lorente, de 55 a?os, que fue delegado del Gobierno para la violencia de g¨¦nero y es uno de los mayores expertos en violencia machista de Espa?a, subraya que, pese a la solidaridad de un sector de la poblaci¨®n masculina, la mayor¨ªa ha adoptado una postura de ¡°neutralidad¡±, que califica de "posmachismo". Y destaca el auge de una amplia facci¨®n cargada de machismo extremo, que rechaza el feminismo y se manifiesta ¡°con mucho odio¡± en las redes sociales.

Ese 8 de marzo muchos centros de trabajo estaban desiertos de mujeres, mientras que ellas llenaban las calles. La enorme participaci¨®n hizo que los partidos m¨¢s reacios a apoyar la huelga y las manifestaciones cambiaran r¨¢pidamente de discurso. Incluso los sindicatos, que hab¨ªan propuesto una huelga de dos horas por turno, se vieron superados por la situaci¨®n. Los ¡°neutrales¡±, ante tama?a movilizaci¨®n, evitaron expresar sus cr¨ªticas p¨²blicamente, pero s¨ª lo hicieron en privado.

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Lorente asocia el concepto de ¡°posmachismo¡± a una ¡°trampa¡± de la cultura patriarcal, que no niega la violencia machista, pero que busca generar dudas sobre su dimensi¨®n. El ¡°posmachista¡±, dice, adopta una postura de pasividad para que todo contin¨²e como est¨¢, es decir, para que los hombres mantengan sus privilegios.

Este sector acepta las demandas de igualdad salarial y admite que muchas mujeres sufren acoso sexual en distintos ¨¢mbitos. Como es el caso de Javier Munza, licenciado en Comunicaci¨®n Social, de 34 a?os, quien tiene sus reparos hacia el movimiento feminista. ¡°M¨¢s all¨¢ de llevar un buen mensaje que pueda penetrar en toda la sociedad, lo que [el feminismo] est¨¢ buscando es dividirla cada vez m¨¢s. Hay hombres que sienten que hay imposici¨®n y esa no es la forma¡±, alega.

Una portavoz de la?Asamblea 8-M, coincide en que el movimiento ha generado divisi¨®n: ¡°Cuando hay una reivindicaci¨®n en la calle, la sociedad se polariza hacia un lado o hacia otro¡±. Adem¨¢s, sostiene que?¡°el feminismo es el ¨²nico movimiento justo para todas las luchas; es el movimiento de los movimientos¡±.

Munza es un ejemplo de esta polarizaci¨®n y su postura encaja en la definici¨®n de "neutral" que expone Lorente. Pero tambi¨¦n est¨¢n los que han ido m¨¢s all¨¢ y han reaccionado de una manera ¡°beligerante e intensa¡±, ya sea de forma desorganizada, como en las redes sociales, u organizada, como es el caso de la Plataforma Ciudadana para la Igualdad Real (PCIR).

Esta organizaci¨®n se concentr¨® el pasado 7 de julio frente a la sede central de PSOE, en la calle de Ferraz de Madrid, para pedir la derogaci¨®n de la Ley contra la Violencia de G¨¦nero y ¡°tolerancia cero con las denuncias falsas de violencia de g¨¦nero¡±. Julio Paniagua, de 35 a?os y portavoz de la plataforma, asegura que la asociaci¨®n se considera feminista. Sin embargo, rechaza la existencia del ¡°techo de cristal¡± y dice que, en lo que respecta a la igualdad legal, ¡°las mujeres tienen en un 99% los mismos derechos que los hombres¡±.

La PCIR sostiene que las denuncias falsas de violencia machista suponen entre un 25% y un 40%, seg¨²n sus propias prospecciones, y niega que las estad¨ªsticas oficiales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que la sit¨²an en menos de un 1%, sean verdaderas. Paniagua remarca que ¡°las agresiones a hombres han crecido desde que se ha implantado la Ley contra la Violencia de G¨¦nero, pero, casualmente, esas estad¨ªsticas desaparecen de la p¨¢gina del CGPJ¡±. No ofrece pruebas de esto.?

Lina Galvez, de 48 a?os, historiadora y directora del Observatorio de G¨¦nero de Econom¨ªa, Pol¨ªticas y Desarrollo de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, destaca que ¡°los avances de la lucha feminista siempre vienen acompa?ados de una reacci¨®n patriarcal¡±. Una especie de contrarrevoluci¨®n de los hombres representados por organizaciones como PCIR.

No obstante, tambi¨¦n est¨¢n los hombres que no reaccionan patriarcalmente y que, por el contrario, deciden apoyar y sumarse a la revoluci¨®n feminista, como es el caso de Diego Manuel Mart¨ªn, de 30 a?os, licenciado en Relaciones Internacionales, quien acudi¨® a la marcha del 8-M en Madrid. Hace 20 a?os tuvo el primer acercamiento al feminismo, a trav¨¦s de su t¨ªa, psic¨®loga especializada en g¨¦nero. Pero subraya que, gracias a su pareja, militante feminista, hubo un antes y un despu¨¦s en su relaci¨®n con este movimiento. Lorente asegura que muchos hombres que se suman al feminismo lo hacen porque tienen una pareja que es feminista.

¡°Deconstrucci¨®n¡± es el t¨¦rmino que Mart¨ªn considera fundamental. ¡°Est¨¢ construido socialmente que las relaciones desiguales entre mujeres y hombres son naturales. Crecemos y nos educamos en ese contexto¡±. Por eso afirma que la deconstrucci¨®n es imprescindible para modificar comportamientos interna y externamente. ¡°Hay que apoyar al movimiento para hacer del mundo un lugar un poco m¨¢s justo¡±, declara con convicci¨®n Mart¨ªn. ¡°Estamos avanzando d¨ªa a d¨ªa. Soy optimista, el cambio es imparable, no solo en Espa?a, sino mundialmente¡±, concluye Lorente.