De la comedia al drama: la loca historia del ¡®Concordski¡¯, el intento ruso de copiar el Concorde franc¨¦s
El Tupolev TU-144 fue el primer avi¨®n supers¨®nico en surcar los cielos. Su vuelo inaugural, hace 50 a?os, fue el pistoletazo de salida a una existencia donde se mezclan la tragedia, el delirio y el fracaso
M¨¢s r¨¢pido, m¨¢s alto, m¨¢s fuerte. Puede que los ingenieros sovi¨¦ticos que en diciembre de 1968 pusieron a volar el Tupolev TU-144 tuvieran en mente el lema ol¨ªmpico de la superaci¨®n. En su caso, a quienes pretend¨ªan superar con este hito de la aeron¨¢utica era a los ingenieros franceses y brit¨¢nicos que llevaban a?os puliendo el Concorde,?por aquel entonces el avi¨®n del futuro, concebido para transportar a personas al doble de la velocidad del sonido. El TU-144 no solo era una r¨¦plica bastante fiel del Concorde, sino que despeg¨® antes, de modo que aquel vuelo experimental del que se cumplen 50 a?os fue el primero de la historia de un avi¨®n supers¨®nico.
Se dice que los planos del Concorde fueron robados al gobierno franc¨¦s por agentes del KGB. Pero, al parecer, y en un giro c¨®mico de los acontecimientos, los planos sustra¨ªdos¡ no eran los buenos
El Tupolev, al que con sorna a este lado del Tel¨®n de Acero apodaban "el Concordski", fue fruto de su tiempo. Al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial, los dos grandes bloques, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos, emprendieron una feroz competencia para demostrarse a s¨ª mismos ¡ªy convencer a sus s¨²bditos, los de los pa¨ªses amigos y, de paso, a los pa¨ªses dubitativos¡ª de que su poder¨ªo era el mayor. Esta rivalidad se fragu¨® en todos los ¨¢mbitos, pero alcanz¨® cotas inusitadas en el de la tecnolog¨ªa.
Como se?ala Francisco Javier Ruiz Dur¨¢n, soci¨®logo y polit¨®logo de la Universidad de Extremadura, en su estudio Pol¨ªtica de defensa: la competencia tecnol¨®gica y cultural durante la Guerra Fr¨ªa (2013), ¡°en 1957 las emisoras de radio sovi¨¦ticas transmitieron las se?ales del primer Sputnik, luego vinieron Laika y el viaje de Gagarin¡±. La URSS estaba escribiendo su propia historia. Como recuerda Ruiz Dur¨¢n, citando al autor David Priestland, ¡°la Gran Enciclopedia Sovi¨¦tica informaba a sus lectores de que el primer aeroplano lo hab¨ªa construido Aleksandr Mozhaiski y no los hermanos Wright; el tel¨¦fono lo hab¨ªa inventado Grigori Ignatiev, la radio, A. S. Popov, la penicilina, V. A. Manassein y A. G. Polotebnov, y la bombilla el¨¦ctrica, P. N. Iablochnov y A. N. Lodygin¡±. En el terreno de la aviaci¨®n, durante la Guerra de Corea, el MIG-15 ruso consigui¨® eclipsar al Sabre F-86 de los americanos.
Pero esta carrera no solo implicaba disputarla, sino tambi¨¦n ganarla. As¨ª, aunque la maqueta del Tupolev TU-144 ¡ªque debe su nombre a la empresa aeron¨¢utica que lo dise?¨®, fundada por el ingeniero Andr¨¦i N. Tupolev en 1922¡ª se present¨® en 1965 en Par¨ªs (seis a?os despu¨¦s que la del Concorde), los expertos sovi¨¦ticos trabajaron a destajo para lograr que su invento fuera el primero en volar (el Concorde despegar¨ªa dos meses m¨¢s tarde, en marzo de 1969).
¡°Son los dos ¨²nicos aviones supers¨®nicos civiles y de transporte que se han fabricado¡±, se?ala Rafael de Madariaga, expiloto, historiador aeron¨¢utico, escritor y miembro del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviaci¨®n Comercial (COPAC). ¡°Lograban romper la barrera del sonido gracias a unos motores que ten¨ªan un gasto de combustible cinco veces superior a lo habitual. Trabajaban de un modo conocido como reheating, y que en aviaci¨®n militar se conoce como postcombusti¨®n: se genera ignici¨®n sobre una masa que ya est¨¢ muy caliente, lo que aporta m¨¢s potencia. El fuselaje era aerodin¨¢micamente muy afilado. La forma de las alas era de ala delta [triangular] para poder tomar tierra a una velocidad relativamente baja. El morro, muy alto, se bajaba unos grados para que la tripulaci¨®n pudiera ver la pista¡±.
Sus potentes motores turbojet Kolesov RD-36-51 produc¨ªan un estruendo ensordecedor; tanto es as¨ª, que mantener una conversaci¨®n con la persona del asiento contiguo era pr¨¢cticamente imposible sin elevar la voz
El inter¨¦s de los comunistas por un avi¨®n supers¨®nico similar al Concorde estaba justificado. ¡°Supon¨ªa un avance muy importante porque les permit¨ªa cubrir las inmensidades de la URSS asi¨¢tica en un tiempo r¨¦cord¡±, nos recuerda el historiador aeron¨¢utico.
Cuando se present¨® la maqueta de TU-144, llam¨® la atenci¨®n el gran parecido con el Concorde. Estamos en los a?os m¨¢s intensos de la Guerra Fr¨ªa, que inspirar¨ªan tantas pel¨ªculas de esp¨ªas. ¡°Los sovi¨¦ticos ten¨ªan cierta experiencia en copiar. Ya lo hab¨ªan hecho con un avi¨®n de guerra muy famoso, el B-29, un bombardero americano cuatrimotor, que capturaron en la zona de Asia Oriental, en torno a 1946. Fueron capaces de falsificarlo a la perfecci¨®n, que es una cosa dificil¨ªsima, porque hay detalles de un avi¨®n que son muy dif¨ªciles de duplicar. Lo hicieron perfecto¡±, relata Madariaga.
Se dice que los planos del Concorde fueron robados al gobierno franc¨¦s por agentes del KGB. Pero, al parecer, y en un giro c¨®mico de los acontecimientos, los planos sustra¨ªdos¡ no eran los buenos. Los esp¨ªas sovi¨¦ticos se habr¨ªan apoderado de la versi¨®n antigua de los mismos, y no de los definitivos, lo que explicar¨ªa que el gobierno franc¨¦s dejara correr el asunto a la espera del previsible batacazo de sus competidores.
Y este no tard¨® en llegar. Para empezar, el Tupolev TU-144 ten¨ªa un grave problema de ruido en cabina. Sus potentes motores turbojet Kolesov RD-36-51 produc¨ªan un estruendo ensordecedor; tanto es as¨ª, que mantener una conversaci¨®n con la persona del asiento contiguo era pr¨¢cticamente imposible sin elevar la voz. ¡°Podr¨ªa deberse a la vibraci¨®n y la onda s¨®nica. Se copi¨® todo, pero quiz¨¢ en el Concorde este detalle era m¨¢s eficiente¡±, dice Madariaga. Por otra parte, el Concordski no era rentable desde el punto de vista del consumo de combustible, lo que hizo que su ruta se limitara a unir Mosc¨² y Kazajist¨¢n.
El desastre culmin¨® en junio de 1973, durante una exhibici¨®n a¨¦rea precisamente en Francia (en Le Bourget), hogar del Concorde. El Tupolev explot¨® en pleno vuelo, ocasionando la muerte de sus seis tripulantes y ocho personas que estaban en tierra. Las versiones sobre la causa del accidente se contradicen. Unas hablan de un Mirage (un caza) franc¨¦s que se acerc¨® demasiado al TU-144, obligando a su piloto a realizar maniobras evasivas arriesgadas; otras aseguran que, presionado por la rivalidad con el avi¨®n franc¨¦s, el piloto quiso lucirse efectuando giros arriesgados para un artefacto de estas caracter¨ªsticas. Desde el lado sovi¨¦tico insinuaron que un fot¨®grafo presente en cabina atosig¨® a los tripulantes hasta el punto de hacerles perder el control. Sea como fuere, el da?o estaba hecho. Ruidoso, costoso y peligroso: sus d¨ªas estaban contados.
Curiosamente, un accidente tambi¨¦n har¨ªa tambalear la reputaci¨®n del Concorde, aunque muchos a?os m¨¢s tarde. Ser¨ªa en julio de 2000, cuando, en una maniobra de despegue en el aeropuerto Charles de Gaulle, tropez¨® con una pieza que hab¨ªa perdido un DC-10; la pieza impact¨® con la parte de abajo del Concorde, que cay¨® a tierra unos segundos despu¨¦s de haber levantado el vuelo. Murieron 113 personas. ¡°Tambi¨¦n fue importante en la supresi¨®n de los vuelos¡±, comenta Madariaga. ¡°Son dos historias paralelas hasta en eso¡±.
Aun as¨ª, y tras las modificaciones oportunas, el Tupolev-144 realiz¨® su vuelo inaugural el 1 de noviembre de 1977 entre Mosc¨² y Alma Ata (Kazajistan), a la velocidad prevista de 2.500 kil¨®metros por hora. Las 140 plazas se agotaron, dejando en tierra a los periodistas occidentales que quer¨ªan cubrir la noticia. Hasta principios de los ochenta continu¨® realizando vuelos de carga y de pasajeros. En 1983 la URSS anunci¨® el abandono de este aeroplano, alegando que era ¡°demasiado caro para justificar su empleo. No encontramos razones para utilizar un avi¨®n que no juzgamos rentable¡±. Como apunta Madariaga, ¡°al final tambi¨¦n fue eso lo que llev¨® al Concorde a dejar de operar, aunque lo hizo durante 25 a?os. Eran tan costosos que no pod¨ªan bajar de un 50 % de pasaje. Y estaba solo al alcance de unos pocos¡±.
Pese a su breve y azarosa vida, el Tupolev TU-144 incorpor¨® innovaciones que han permitido a los ingenieros avanzar en sus creaciones en a?os sucesivos. ¡°Fue un prodigio de la aeron¨¢utica¡±, valora el expiloto Rafael de Madariaga. ¡°Los motores rusos eran una maravilla, m¨¢s robustos que los occidentales, aunque gastaban m¨¢s combustible. Fue un intento muy valioso, un avance fenomenal, que puso una vez m¨¢s a la industria aeron¨¢utica sovi¨¦tica a la par de las industrias americana y europea¡±.?
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