La malague?a que reduce la brecha tecnol¨®gica en las personas con discapacidad

UN TUBO de dos metros lleno de burbujas despide un brillo morado en una esquina de la habitaci¨®n. Junto a ¨¦l cuelgan largas tiras de fibra de vidrio y en las estanter¨ªas reposan peluches, pelotas y pulsadores. ¡°Este sitio se nos empieza a quedar peque?o¡±, reconoce Esther Garc¨ªa. Esta doctora en Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones, de 36 a?os, fund¨® con varios compa?eros de la universidad Eneso, una empresa que ofrece herramientas para personas con diversidad funcional. Para ella era importante, relata, que su trabajo tuviera un impacto social positivo. ¡°Hab¨ªa una brecha. La tecnolog¨ªa cada vez era m¨¢s asequible, pero los discapacitados segu¨ªan disponiendo de unas soluciones muy rudimentarias¡±, resume esta malague?a que en 2016 fue elegida por la edici¨®n en espa?ol de la publicaci¨®n MIT Tech?nology Review como uno de los 10 mejores innovadores de Espa?a menores de 35 a?os. A pesar de que un 8,5% de los espa?oles padece alguna discapacidad, los creadores de Eneso descubrieron que ten¨ªan poca competencia. Y esta situaci¨®n, asegura Garc¨ªa, apenas ha cambiado en los ocho a?os que llevan trabajando desde su sede en el parque tecnol¨®gico de M¨¢laga.

El primer producto que lanzaron en 2010 fue enPhatia, un dispositivo que permite controlar un ordenador con los movimientos de la cabeza concebido para quienes no pueden usar un teclado y un rat¨®n convencionales. ¡°Hasta entonces solo exist¨ªan los sistemas de seguimiento visual, que costaban en torno a 10.000 euros. Un desembolso que casi nadie pod¨ªa permitirse y que, de hecho, no serv¨ªa para todo el mundo¡±, precisa. Eneso comercializa enPhatia por 250 euros. ¡°La clave para que los dispositivos sean asequibles reside en que sean muy vers¨¢tiles. Con adaptaciones, pueden servir a personas con discapacidades muy diversas¡±, explica Salvador Sancha, director t¨¦cnico de la empresa.

Con el tiempo, descubrieron que el principal uso que sus clientes daban a enPhatia era la comunicaci¨®n y decidieron explorar ese camino. ?Conclusi¨®n? Crear un software para personas con dificultades del habla, ya sea por una par¨¢lisis cerebral o porque padecen ELA o autismo. Lo llamaron Verbo. Y en 2013 se embarcaron en el dise?o de salas de estimulaci¨®n multisensorial. ¡°Aunque una persona tenga una discapacidad muy severa, sin casi conexi¨®n con el entorno, siempre hay alg¨²n sentido que conserva, como el tacto o el equilibrio. Se trabaja a partir de estos sentidos para entablar una comunicaci¨®n¡±, explica Garc¨ªa. Para ello se usan elementos como tubos de burbujas con colores, fibra de vidrio, m¨²sica, proyecciones, aromas, piscinas de bolas o camas de agua. ¡°Las hemos montado en centros de mayores o de atenci¨®n temprana. Este tipo de t¨¦cnicas funcionan con mucha gente¡±, cuenta la ingeniera. Adem¨¢s, han creado un software que permite al fisioterapeuta configurar las sesiones. ¡°Nuestro lema es: la discapacidad no est¨¢ en la persona, est¨¢ en el entorno. As¨ª que adaptemos el entorno¡±.?