Los discursos de Hitler no ayudaron a los nazis a ganar
El partido nazi no recibi¨® m¨¢s votos en las ciudades donde dio m¨ªtines el supuesto l¨ªder carism¨¢tico
En solo cinco a?os, de 1928 a 1933, los nazis pasaron de ser una fuerza marginal a ganar las elecciones con casi el 44% de los votos. En ese mismo tiempo, su l¨ªder, Adolf Hitler, particip¨® en m¨¢s de 500 actos por toda Alemania. Hubo d¨ªas en los que estuvo en cinco ciudades diferentes, siendo el primer pol¨ªtico en usar el avi¨®n para ir a los m¨ªtines. Sin embargo, un exhaustivo an¨¢lisis de los resultados electorales de aquellos a?os muestra que all¨ª donde Hitler dio m¨ªtines, el partido nazi no tuvo un extra de votos.
Tras su fallido golpe de estado de 1923 y una breve estancia en la c¨¢rcel, Hitler aparc¨® su idea de tomar el poder por la fuerza y apost¨® por la v¨ªa electoral, quer¨ªa acabar con la democracia desde dentro. Para muchos, es entonces cuando surge el Hitler pol¨ªtico. De verbo f¨¢cil y una reconocida habilidad para el discurso pol¨ªtico, confiaba en su capacidad para movilizar a las masas. Adem¨¢s, en un partido tan jerarquizado y militarizado como el Partido Nacionalsocialista Obrero Alem¨¢n (NSDAP), todo el protagonismo era para el jefe.
"Por lo que sabemos sobre la estrategia de campa?a de los nazis, no fue solo que Hitler lo ideara todo. ?l mismo parec¨ªa creer en el poder de su ret¨®rica y pensaba que era posiblemente la herramienta de propaganda m¨¢s efectiva que ten¨ªan, m¨¢s que los peri¨®dicos, por ejemplo", dice el investigador de la Escuela Herthie de Gobernanza de Berl¨ªn (Alemania) y coautor del estudio, Simon Munzert. "No llegar¨ªa tan lejos para llamar a Hitler el primer pol¨ªtico moderno, porque esto implica analog¨ªas con el pol¨ªtico moderno gen¨¦rico, pero la campa?a nazi y las herramientas que usaron estaban adelantadas a su tiempo, al menos en Alemania", a?ade.
Hitler fue el primer pol¨ªtico que us¨® un avi¨®n para ir a los m¨ªtines en las presidencials de 1932
El papel central del l¨ªder se tradujo en una fren¨¦tica actividad pol¨ªtica en las cinco elecciones parlamentarias y una presidencial a doble vuelta en las que particip¨®. Desde que le levantaran la prohibici¨®n de hablar en p¨²blico que le impuso el juez para darle la libertad condicional, en marzo de 1927, hasta la noche anterior a las ¨²ltimas elecciones democr¨¢ticas, en marzo de 1933, Hitler particip¨® en 566 actos pol¨ªticos, la mayor¨ªa m¨ªtines. Al principio, solo iban unos centenares a sus actos. Pero, ya en 1932, hasta 100.000 acudieron a su cita con el l¨ªder nazi a la campa deportiva Victoria, en Hamburgo. Se estima que 4,5 millones de personas fueron a sus m¨ªtines. ?Cu¨¢l fue el impacto electoral de los discursos de Hitler?
"Nuestros resultados sugieren que fue completamente inapreciable", Sostiene el investigador alem¨¢n. Junto a su colega de la Universidad de Constanza (tambi¨¦n alemana), el polit¨®logo Peter Selb, Munzert repasaron los registros electorales de las seis elecciones en?3.864 municipios y 1.000 condados. En su trabajo, adelantado en la publicaci¨®n especializada American Political Science Review, incluyeron datos sobre la localizaci¨®n de los m¨ªtines, las personas que acudieron o el n¨²mero de miembros del NSDAP en las ciudades a las que iba. Y compararon sus resultados electorales con los de las elecciones anteriores y con los de ciudades cercanas pero a las que no acudi¨® Hitler a dar discursos.
En las elecciones presidenciales, en las que Hitler us¨® el avi¨®n y su principal rival, el presidente Hindenburg, no hizo campa?a, los investigadores estiman que el efecto medio de sus apariciones en el aumento del porcentaje de voto del NSDAP en las ciudades en las que estuvo fue de apenas el 2%. A¨²n as¨ª, Hitler perdi¨® aquellas elecciones. "El efecto fue a¨²n m¨¢s peque?o en las otras elecciones y no distinguible del cero", comenta Munzert. Lo que si observaron, aunque sin significaci¨®n estad¨ªstica, es que en muchos de los distritos y condados donde Hitler dio alg¨²n discurso, la participaci¨®n en las siguientes elecciones se redujo. Los autores se?alan que la actividad intimidatoria y la violencia de las SA, la fuerza paramilitar nazi, pudo llevar a la abstenci¨®n a parte de los votantes de los otros partidos.
"Nos sorprende lo marginal que fue el efecto de las apariciones de Hitler, en especial si tenemos en cuenta que los que le oyeron y los historiadores confirman su excepcional habilidad para la ret¨®rica", dice en una nota el polit¨®logo Selb. Hay que tener en cuenta tambi¨¦n que la capacidad que ten¨ªa Hitler para llegar a audiencias masivas era, por entonces, muy limitada. Su presencia en los peri¨®dicos era muy reducida, cuando no vetada, y el Volkischer Beobachter, el peri¨®dico nazi, ten¨ªa una circulaci¨®n escasa. En cuanto a la radio, los nazis mostrar¨ªan su dominio del nuevo medio ya en el poder, no antes. De ah¨ª el supuesto peso de sus discursos.
En su conclusi¨®n, los autores del estudio cuestionan la idea de que los l¨ªderes carism¨¢ticos sean claves para explicar el ¨¦xito de los partidos de extrema derecha tanto en la Europa de los a?os 30 como ahora. "La mistificaci¨®n del poder de los demagogos parece tan err¨®nea ahora como lo fue entonces", escriben. Para ellos, poner el foco en personajes como Hitler hace que se descuiden otros factores tan o m¨¢s relevantes: "Las circunstancias econ¨®micas y pol¨ªticas en las que triunfaron electoralmente, el desempleo masivo y la ruina econ¨®mica, la falta de confianza en la democracia entre las ¨¦lites y la poblaci¨®n, la desconfianza popular hacia los partidos establecidos y unas instituciones d¨¦biles".
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