All¨ª donde va Trump, aumenta la violencia
En las ciudades donde el candidato presidencial dio un mitin subi¨® el n¨²mero de agresiones ese d¨ªa
El estilo bravuc¨®n de Donald Trump parece que provoca violencia. Durante la carrera presidencial, en las ciudades a las que iba a un mitin, el n¨²mero de agresiones aument¨®. El efecto duraba lo que la presencia del ahora presidente en la ciudad. Al d¨ªa siguiente, las estad¨ªsticas de la polic¨ªa volv¨ªan a sus valores normales. Los resultados de este original estudio se ven reforzados por el hecho de que en las urbes donde estuvo su rival, Hillary Clinton, las cifras de amenazas, ri?as y peleas no se movieron.
Una vez que anunciaron su candidatura en la primavera de 2015, el republicano Trump y la dem¨®crata Clinton dedicaron los meses siguientes a recorrer EE UU en busca del voto, primero para su nominaci¨®n por sus partidos y despu¨¦s para las presidenciales de noviembre de 2016. Un grupo de estad¨ªsticos, crimin¨®logos y epidemi¨®logos ha cruzado las cifras oficiales de agresiones de cada ciudad con las fechas de unos 150 m¨ªtines de ambos pol¨ªticos. Entre las agresiones incluyeron amenazas denunciadas, peleas o asaltos con lesiones.
En las ciudades donde Trump dio m¨ªtines hubo un aumento del 12% en el n¨²mero de agresiones el d¨ªa del mitin respecto al resto de los d¨ªas. En concreto, con una media de 19,4 agresiones diarias, la jornada en la que Trump visitaba la ciudad para dar su discurso, se produc¨ªan 2,3 m¨¢s agresiones. Puede que el porcentaje no parezca demasiado significativo, pero es que, en el mismo tiempo, Clinton particip¨® en m¨¢s m¨ªtines que Trump y, en esos d¨ªas, el n¨²mero de broncas no vari¨®.
En las ciudades donde Trump dio un mitin las agresiones subieron un 12% y un 0% durante los m¨ªtines de Clinton
El dise?o de la investigaci¨®n es bastante robusto. Los investigadores compararon las estad¨ªsticas del d¨ªa del mitin (d¨ªa 0) con el mismo d¨ªa de las cuatro semanas anteriores y las cuatro posteriores. Tambi¨¦n controlaron los datos de los tres d¨ªas anteriores a los m¨ªtines y los tres posteriores, por si hab¨ªa alg¨²n fen¨®meno de calentamiento previo del ambiente o de resaca pol¨ªtica tras la visita. Por ¨²ltimo, tambi¨¦n compararon la semana del mitin con las cuatro semanas previas y pasadas. Tanta prevenci¨®n, oblig¨® a los autores del estudio, publicado en Epidemiology, a descartar de su muestra m¨¢s de la mitad de los m¨ªtines.
"Los medios recogieron noticias sobre incidentes que se produjeron en algunos m¨ªtines, pero era dif¨ªcil evaluar si realmente se trataba de un problema sistem¨¢tico y, de ser as¨ª, cu¨¢ntos asaltos adicionales estaban asociados a cada mitin", dice el epidemi¨®logo de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EE UU) y autor principal del estudio, Christopher Morrison.
En efecto, en ciudades tan importantes como Chicago, Trump tuvo que suspender un mitin por la violencia desatada en el pabell¨®n donde iba a pronunciar su discurso. En otra ocasi¨®n, el servicio secreto tuvo que para a un asistente que se abalanz¨® sobre el candidato republicano con no muy buenas intenciones. En San Francisco, en abril de 2106, debi¨® entrar a escondidas en la convenci¨®n republicana de California.
Durante su campa?a, Trump us¨® un lenguaje racista, machista y violento
Los investigadores no pueden se?alar al culpable de este extra de violencia. Las estad¨ªsticas oficiales no detallan qui¨¦n y porqu¨¦ agredi¨® o inici¨® la pelea. En algunas ocasiones, se produjeron dentro del mismo recinto entre partidarios y detractores de Trump. En otras, la bronca sucedi¨® lejos del recinto donde se produc¨ªa el mitin. "Nuestro inter¨¦s es prevenir la violencia y, con estos datos, no podemos determinar qui¨¦n pudo cometer los actos violentos, solo atestiguar que ocurrieron", comenta Morrison.
Pero todos estos actos violentos adicionales s¨ª tienen algo en com¨²n: Donald Trump. Durante su campa?a, el republicano se destac¨® por un discurso cercano al racismo, machista y llegando a calificar a su rival dem¨®crata como el diablo. En agosto de 2016 sugiri¨® a los que tuvieran un arma que la empu?aran para frenar a la candidata dem¨®crata. Desde la prensa y desde el lado dem¨®crata se le acus¨® de incentivar la violencia. El sitio Politifact enumera una decena de intervenciones del ahora presidente que podr¨ªan encajar en la apolog¨ªa de la violencia.
Para el profesor de la Universidad de Pensilvania y coautor del estudio, Douglas Wiebe, "el lenguaje violento podr¨ªa haber afectado al estado de ¨¢nimo y la conducta tanto de los asistentes a los m¨ªtines como a los que los siguieron por los medios de comunicaci¨®n y las redes sociales".
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