?C¨®mo trabajar la Agenda 2030 en Am¨¦rica Latina y el Caribe?
Hay motivos para construir una narrativa nueva sobre el desarrollo en la regi¨®n basada en los esfuerzos para proteger logros sociales y construir econom¨ªas ecol¨®gicamente sostenibles
La regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe se encuentra en una bifurcaci¨®n en el camino, en un momento para repensar sus v¨ªas de desarrollo y los arreglos institucionales para promover el progreso en los ¨¢mbitos social, econ¨®mico y ambiental, mientras se reducen las desigualdades. Por eso la Agenda 2030, aprobada por los pa¨ªses miembros de las Naciones Unidas en 2015, se vuelve tan relevante. Es una invitaci¨®n a ver la naturaleza interconectada de los desaf¨ªos que enfrentamos. El principio de trabajar esta agenda de manera integrada y de no dejar a nadie atr¨¢s es clave para su ¨¦xito. En la sede de la ONU en Nueva York vimos el compromiso serio de los gobiernos de la regi¨®n y su voluntad de revertir esta situaci¨®n durante el Foro Pol¨ªtico de Alto Nivel sobre desarrollo sostenible entre 9 y el 18 de julio.
La regi¨®n pasa por momentos fr¨¢giles en lo econ¨®mico y lo pol¨ªtico. El Fondo Monetario Internacional acaba de recortar sus previsiones de crecimiento para 2018 (de 2,0 a 1,6%) apenas por encima del ritmo de crecimiento poblacional. El ciclo electoral se encuentra en un momento pico, con seis elecciones presidenciales este a?o y cinco el que viene. Para rematar, el impacto de los huracanes y desastres naturales pasados siguen cobrando facturas, y ya se inicia la temporada de ciclones en el Caribe y el Golfo de M¨¦xico.
Pese a los retos, es un momento de oportunidades. Hay que repensar los modelos institucionales para el desarrollo sostenible de la regi¨®n. Por eso hacemos hincapi¨¦ en pasar de enfoques de desarrollo centrados en las acciones gubernamentales (de todo el gobierno) a enfoques de desarrollo basados en toda la sociedad, visibilizando y empoderando a actores sociales, culturales, acad¨¦micos y privados en pos de un desarrollo integral y sostenible.
Esta fue la clave del evento en la sede de la ONU, con la Secretaria General Iberoamericana (Segib) y las misiones de Jamaica, Colombia, Rep¨²blica Dominicana y M¨¦xico ante la ONU. Vimos, por ejemplo, como Jamaica tiene que trabajar el tema de resiliencia con toda la sociedad, para lograr el desarrollo sostenible. En el Estado de M¨¦xico se invit¨® a que en los municipios constituyeran consejos para el logro de la Agenda 2030; y que en Colombia, el fin de un conflicto de m¨¢s de medio siglo permiti¨® nuevos mecanismos financieros para impulsar el comercio en zonas m¨¢s afectadas. En Rep¨²blica Dominicana, la sociedad civil ha forjado espacios para trabajar con gobiernos a nivel local y nacional, y juntos pensar las estrategias de desarrollo sostenible.
Esta manera de trabajar la Agenda 2030 es esencial para enfrentar los retos pendientes de la regi¨®n, pese al tremendo avance en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Esto incluye la reducci¨®n de la pobreza, el acceso a servicios y protecci¨®n social, y enfrentar m¨²ltiples exclusiones duras por g¨¦nero, etnicidad y/o raza ¡ªy retos elementales¡ª para transitar hacia econom¨ªas de energ¨ªa limpia, construir ciudades sostenibles y conservar el medio ambiente. Ambos retos se dan en contextos de ralentizaci¨®n econ¨®mica donde el ¨¦nfasis en recuperar el crecimiento y dinamizar el mercado laboral tiende a opacar a cualquier otro objetivo la agenda p¨²blica.
Colombia acopla su hist¨®rico proceso de paz a las tareas inconclusas de desarrollo rural integral en zonas de pacificaci¨®n. Costa Rica profundiza sus logros ambientales afianzando fuentes de energ¨ªa renovables
Aprendimos algunas lecciones de los primeros tres a?os de implementaci¨®n de la Agenda 2030. Primero, que el reto de abordar transformaciones estructurales de la econom¨ªa, la sociedad y el medio ambiente compite con las agendas coyunturales del d¨ªa a d¨ªa. Esto no significa que no se puedan dar respuestas simultaneas a problemas cortos y largos. Rep¨²blica Dominicana plantea una agenda de construcci¨®n de resiliencia sist¨¦mica para pa¨ªses de renta media al mismo tiempo que busca proteger los logros sociales de la ¨²ltima d¨¦cada. Colombia acopla su hist¨®rico proceso de paz a las tareas inconclusas de desarrollo rural integral en zonas de pacificaci¨®n. Costa Rica profundiza sus logros ambientales afianzando fuentes de energ¨ªa renovables y trazando la sostenibilidad energ¨¦tica para su futuro.
Segundo, los retos de financiamiento de la agenda generan su propio dinamismo innovador. La promesa de pasar de los billones a los trillones en materia de financiamiento para el desarrollo empieza con inversiones de impacto, bonos de impacto, seguros, cr¨¦ditos p¨²blico-privados y nuevas iniciativas de sistemas de pensiones, inversores institucionales y bancos de desarrollo. En el Caribe, Granada avanza hacia la estructuraci¨®n de bonos azules de conservaci¨®n de la vida marina. Argentina coloca bonos de impacto social para mejorar la calidad de provisi¨®n de servicios sociales. Jamaica busca articular nuevos sectores de turismo basados en la preservaci¨®n del medio ambiente.
Finalmente, quedan los retos institucionales de implementar una agenda universal y ambiciosa. En todos los pa¨ªses de la regi¨®n emergen mecanismos de localizaci¨®n de la Agenda 2030, uso de datos m¨®viles, de registros administrativos digitales y plataformas de servicios que van construyendo la institucionalidad del futuro. Durante muchas d¨¦cadas, el debate del huevo y la gallina sobre c¨®mo construir instituciones en lugares de institucionalidad d¨¦bil va cediendo paso a nuevas formas de presencia institucional generadas a golpe de necesidad: Honduras hoy mantiene registros administrativos en tiempo real para m¨¢s de cuatro millones de personas; Rep¨²blica Dominicana implementa sistemas de alerta temprana a desastres naturales en base a registros hogar por hogar.
Tras casi tres a?os de la aprobaci¨®n de la Agenda 2030, hay motivos para construir una narrativa nueva sobre el desarrollo en la regi¨®n basada en los esfuerzos de proteger logros sociales y construir econom¨ªas ecol¨®gicamente sostenibles, pero sobre todo, definida por un continente en perpetuo movimiento.
Lenni Montiel es director a.i. de la Oficina Regional para Am¨¦rica Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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