Rigor en la carretera

Durante los ¨²ltimos cuatro a?os el n¨²mero de muertos en carretera ha crecido sin parar, despu¨¦s de un largo per¨ªodo en el que la instauraci¨®n del carnet por puntos y una exigencia estricta de las normas de circulaci¨®n hab¨ªa conseguido reducir el n¨²mero de accidentes y de fallecidos. Hoy, los accidentes de tr¨¢fico y su secuela de muertos y heridos vuelven a constituir un problema social que requiere decisiones pol¨ªticas contundentes y cre¨ªbles. En los doce primeros d¨ªas de agosto el n¨²mero de muertes ha aumentado el 26%; es improbable que pueda frenarse primero, e invertirse despu¨¦s, esta tendencia si no se recupera el rigor en el cumplimiento de las normas y se consigue la colaboraci¨®n consciente de los conductores.

No es casual este empeoramiento de las estad¨ªsticas de siniestralidad desde 2013. La pol¨ªtica de tr¨¢fico seguida por los Gobiernos de Rajoy ha sido notablemente peor y m¨¢s negligente que la gesti¨®n aplicada durante los mandatos de Rodr¨ªguez Zapatero. Desde 2012 se descuidaron las tareas de vigilancia en carretera, efectuadas por la Guardia Civil de Tr¨¢fico, debido en primer lugar a los recortes presupuestarios, traducidos en un descenso del n¨²mero de agentes. El director general de Tr¨¢fico, Pere Navarro, que ha vuelto al cargo despu¨¦s de sus ¨¦xitos de su etapa anterior, ha cuantificado los efectos de los ajustes: hay 1.000 guardia civiles menos vigilando las carreteras; es decir, 1.000 agentes menos para hacer cumplir las normas, sancionar e instruir la sanci¨®n disuasoria.

No es solo un problema de recortes. La gesti¨®n del tr¨¢fico en los ¨²ltimos a?os ha registrado una notable ca¨ªda en la tensi¨®n y en el inter¨¦s por hacer cumplir las normas de velocidad y de respeto de las se?ales. La decisi¨®n de trasladar radares a la red secundaria, donde se concentran los accidentes, no ha producido resultados apreciables. Lo mismo cabe decir de las campa?as para reducir el uso del alcohol, las drogas y el tel¨¦fono m¨®vil al volante.

Las sugerencias de la nueva DGT para salir de esta inercia de crecimiento de accidentes aciertan en el diagn¨®stico. Hay que sancionar con m¨¢s dureza el uso del m¨®vil mientras se conduce, sea para hablar o para transmitir whatsapps.Es una pr¨¢ctica de alto riesgo, cuya erradicaci¨®n podr¨ªa reducir el n¨²mero de muertos. Equiparar la tipificaci¨®n infractora del uso del m¨®vil a la del consumo de alcohol o drogas probablemente tendr¨ªa un fuerte impacto disuasorio. Si las compa?¨ªas de seguros pueden adem¨¢s considerar legalmente el recurso contra los asegurados cuyos accidentes est¨¦n causados por el uso del m¨®vil mientras conducen, se cerrar¨ªa el cerco para acabar con una pr¨¢ctica tan peligrosa.

Ninguna ley es buena si no se tienen los medios suficientes para hacerla cumplir. Por eso es obligado aumentar el n¨²mero de patrullas que vigilan el tr¨¢fico en autopistas, autov¨ªas y red secundaria. Tampoco debe olvidarse que existen dos males estructurales que explican una gran parte de la siniestralidad: el mal estado de las carreteras secundarias, m¨¢s precario todav¨ªa por los ajustes dr¨¢sticos de los Gobiernos anteriores y el mal estado del parque de autom¨®viles. Estos dos males no se corrigen con decisiones normativas; es necesario elevar el gasto en seguridad vial y coordinar las pol¨ªticas entre Administraciones.