Ebra: ¡°?Venga compa?eras, alzad la voz!¡±
La cantante marroqu¨ª lanza su primer disco 'Modern Africa 1: Reveries', donde reivindica sus ra¨ªces africanas
Las voces femeninas marroqu¨ªes llevan unos a?os haci¨¦ndose hueco en el panorama cultural internacional. En el campo de la m¨²sica, Marruecos est¨¢ viviendo un momento muy dulce con el ¨¦xito arrasador de cantantes de entre 35 y 40 a?os como Hindi Zahra o Oum. Talentos forjados con lo que recogen aqu¨ª o all¨¢, entre idas y vueltas entre Par¨ªs y Marruecos. En el ¨¢mbito literario, resalta sin discusi¨®n la escritura de Le?la Slimani, Premio Goncourt en 2016, m¨¢ximo galard¨®n de las letras francesas, autora de Canci¨®n dulce y de otras obras centradas en la sexualidad femenina en Marruecos.
El recorrido de Ebra, nombre art¨ªstico de Khaoula Bouchkhi, es diferente al de sus compatriotas. Ella nunca vivi¨® en Par¨ªs ni en Francia, sino que desembarc¨® en Sevilla procedente de Rabat para estudiar la carrera de Publicidad y Relaciones P¨²blicas. Tras cuatro a?os cursando materias muy alejadas de su profesi¨®n actual, Ebra lleva 14 a?os instalada y asentada en Barcelona. All¨ª escribe canciones por encargo o para s¨ª misma, colabora con otros artistas al tiempo que presenta espect¨¢culos en solitario. Una artista poli¨¦drica, que desde hace a?os recibe invitaciones de unos y otros, pues lo mismo canta, baila, act¨²a o compone versos en ¨¢rabe, espa?ol, franc¨¦s o ingl¨¦s.
Ahora presenta Modern Africa 1: Reveries, su primer disco en solitario, donde pone melod¨ªa y m¨²sica a textos que lleva escribiendo pr¨¢cticamente desde su adolescencia. Ebra se siente tan africana como cualquier ciudadana de Burundi, Angola o Nigeria. Y el t¨ªtulo del ¨¢lbum reivindica un nuevo cruce de miradas hacia ?frica, su continente, donde tienen cabida sonidos bereberes, sahelianos o afroamericanos. Y nos habla de una nueva mujer africana, due?a de sus actos, una mujer contempor¨¢nea que comparta con otras sus experiencias para superar entre otros males, ¡°el que dir¨¢n¡±, seg¨²n la artista, ¡°ese monstruo invisible que generaci¨®n tras generaci¨®n nos mantuvo presas bajo un sentimiento de culpa innecesario¡±. Su pr¨®xima presentaci¨®n ser¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado 17 de noviembre en el Alter Africa Festival, que se celebra en el recinto de la F¨¢brica de Creaci¨®n Fabra i Coats de Barcelona.
Su pr¨®xima presentaci¨®n ser¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado 17 en el Alter Africa Festival de Barcelona
Pregunta. As¨ª que publicista de formaci¨®n¡
Respuesta. As¨ª es. Me gradu¨¦ en Publicidad y Relaciones P¨²blicas en la Universidad de Sevilla, una ¨¦poca muy feliz, donde una familia de amistades espont¨¢neas me acogi¨® y me sigue dando amor y apoyo 18 a?os despu¨¦s. Creo mucho en la comunicaci¨®n, tan necesaria en m¨²ltiples niveles. La publicidad fue una forma de darle salida a mi creatividad, pero me desencant¨¦ muy r¨¢pido, probablemente porque lo que llevo dentro hac¨ªa demasiado ruido como para quedarse ah¨ª calladito. Por ello cambi¨¦ oficina por estudio, cu?as y guiones por canciones y espect¨¢culos.
P. Despu¨¦s de tantos a?os dedic¨¢ndote al mundo de la m¨²sica, ?qu¨¦ has querido transmitir con este primer proyecto discogr¨¢fico en solitario?
R. Mis propias historias, unas microhistorias, como bien dice el gran Eduardo Galeano, ¨ªntimas, fantasiosas, las de la mujer que soy, ¨¢rabe, africana, igual o diferente, no lo s¨¦, pero moderna, l¨²cida, so?adora, con consciencia global y, voluntaria e involuntariamente, rompedora de esquemas. Culpa de mi padre, el primer hombre feminista que he conocido. Me ha dado educaci¨®n, espacio para ser y estar y respeto en todo momento por mis decisiones. Cuando le dije que me iba a estudiar y vivir fuera de Marruecos, lo ¨²nico que articul¨® fue: ¡°c¨®mprate un m¨®vil, he de saber si est¨¢s viva o muerta. El resto, lo dejo en tus manos¡±.
P. Modern Africa 1. ?Ese 1 quiere decir habr¨¢ una segunda parte?
R. Segunda y tercera de hecho. Llevo much¨ªsimos a?os escribiendo en trocitos de papel, cuadernos, bordillos de libros. Algo ten¨ªa que hacer con ello. Leer y escribir son dos actividades que necesito tanto como el ox¨ªgeno. Empec¨¦ con frases, palabras sueltas inspiradas por algo que se me enganchaba al o¨ªdo (soy adicta al lenguaje y los idiomas), poes¨ªas, textos terap¨¦uticos como me dec¨ªa la maravillosa Tania Adam en una entrevista. Los empec¨¦ a organizar en canciones.?Modern Africa I: Reveries es una primera brecha abierta a una conversaci¨®n, unas primeras reflexiones, a las que seguir¨¢n otros temas relevantes para m¨ª.
P. En tu disco escribes y cantas en ¨¢rabe, franc¨¦s y sobre todo en ingl¨¦s. ?De qu¨¦ forma decides en qu¨¦ lengua expresarte?
R. Buena pregunta, porque no lo s¨¦. De nuevo citar¨¦ a Eduardo Galeano, un intelectual cuya voz y mente me dan mucha paz. No s¨¦ lo que hago, ni tampoco me quiero enterar de ello. Es natural y creo que es m¨¢gico si no intento controlarlo. Cuando escribo para otros, productores sobre todo, a veces me marcan el idioma, pero la mayor¨ªa de las veces me dicen ¡°vuela, s¨¦ t¨²¡±, y lo agradezco. Ahora bien, supongo que de la misma forma en que so?amos en un idioma u otro cuando lo dominamos y empieza a volverse propio, debe ser que en ese momento invade otros territorios para expresarse a trav¨¦s de nosotros. Creo que lo siento as¨ª.
P. Los sonidos africanos, especialmente de la zona de ?frica Occidental, est¨¢n muy presentes en varias de tus canciones como Sacred o Warrior. ?Qu¨¦ relaci¨®n tienes con esa zona del continente?
R. Adoro toda ?frica. Es mi casa. Adoro sus ritmos, sonidos, personas, artes, pueblos, paisajes, cuentacuentos, instrumentos, risas, sabores, mitolog¨ªa¡ Ir¨¦ explorando todo lo que pueda. Por un lado, al escribir la letra, la melod¨ªa y el ritmo de cada tema, nada fue intencionado por mi parte m¨¢s all¨¢ de sentir que una historia me vino con tal o tal ritmo, tal o tal motivo, o tal o tal emoci¨®n, estado de ¨¢nimo. Luego Jules Bik?k?, mi productor musical, que es de Camer¨²n, lo orden¨® todo e hizo los arreglos conmigo, sin querer manipular lo que tra¨ªa en bruto. Siempre lo dijo, y Reveries es el resultado.
P. Con este trabajo te declaras ante todo africana, una afirmaci¨®n que no comparte una gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Marruecos. Y que levanta las sospechas de muchos occidentales, quienes consideran Marruecos un pa¨ªs menos africano que por ejemplo Uganda. ?Qu¨¦ piensas de la separaci¨®n que se suele hacer entre ?frica del norte y ?frica subsahariana?
El ¨¢lbum reivindica un nuevo cruce de miradas hacia ?frica, su continente, donde tienen cabida sonidos bereberes, sahelianos o afroamericanos
R. Esa separaci¨®n existe y se sostiene en la ignorancia. Dos grandes peligros enemigos de la tolerancia. Tampoco ayuda la tasa de analfabetismo de Marruecos, aunque se intenta erradicar. Ahora bien, se podr¨ªa intentar con m¨¢s ganas. El com¨²n de los mortales marroqu¨ª olvida o ni siquiera sabe que los ¨¢rabes venidos de Arabia son colonos en Marruecos, es decir, que no fueron los primeros, y Marruecos est¨¢ ubicado en el continente africano. Los primeros habitantes eran amazigh, y luego tuaregs, etc¨¦tera. Con or¨ªgenes tan ricos y diversos, ?por qu¨¦ querer olvidar una parte, la africana? Quiz¨¢s por cierto racismo que nunca compart¨ª.
P. Con nombres como Hindi Zahra o Oum pisando fuerte en la escena musical marroqu¨ª, ?c¨®mo ves el momento que vive la m¨²sica de este pa¨ªs?
R. Lo veo din¨¢mico. Yo nac¨ª y crec¨ª en Marruecos hasta los 17, y por aquel entonces ni hab¨ªa tantos festivales como ahora, ni programas de talento vocal, ni mujeres fuera de la escena musical tradicional. Bravo por Oum, quien empez¨® desde Marruecos a hacer ruido como referente local, y a Hindi Zahra desde Francia y ahora Marruecos, pues creo que vive entre ambos pa¨ªses. Gracias a ellas dos tenemos representaci¨®n nacional e internacional en el terreno no ¨²nicamente tradicional. Creo que a¨²n queda mucho por explorar y expresar, y hacen falta m¨¢s como nosotras. ?Venga compa?eras, alzad la voz!
P. ?Qu¨¦ significa Ang¨¦lique Kidjo para ti?
R. Ang¨¦lique Kidjo para m¨ª es un referente como mujer africana: independiente, poderosa, energ¨¦tica, positiva, guerrera, y adem¨¢s artista y activista. Luchadora por las causas que no podemos no ver siendo africanas. Ella y Miriam Makeba son mis mam¨¢s africanas, dos ejemplos a seguir desde luego y en los cuales inspirarme. Dos mujeres ¨²nicas y no conformistas, que comparten elegancia a la hora de ser y de crear. Ambas son para m¨ª unas fieles ¡°Mandelas¡±, merecen mi m¨¢ximo respeto y apoyo. Cada ma?ana voy a correr escuchando Adouma, Agolo y dem¨¢s temas suyos. Me alimentan el alma y el esp¨ªritu.
P. ?Y Oum Kalthoum?
R. Oum Kalthoum es el m¨¢ximo referente del diw?n ¨¢rabe cl¨¢sico, tanto musical como po¨¦tico y literario, ya que lo engloba todo, bajo mi punto de vista. Una gran diva, amada, escuchada, admirada y adorada. Si entiendes sus cantos y letras, te identificas con lo que dice y c¨®mo lo dice. Es el ruise?or del mundo ¨¢rabe, canta las aventuras y desventuras del coraz¨®n en un mundo encorsetado, que ella curiosamente logr¨® enfrentar y comandar literal y metaf¨®ricamente, sola, de pie frente a un ej¨¦rcito de hombres que conformaban sus orquestas y sus audiencias tambi¨¦n. Con el apoyo de su padre, un se?or bien at¨ªpico.
P. Entre tus predilecciones musicales se encuentra la cantante argelina Warda. Recuerdo que en T¨²nez muchos hombres la llamaban ¡°qahba¡± (puta en ¨¢rabe) cuando sonaban sus canciones. ?Por qu¨¦ crees que se le insulta de forma tan contundente?
R. En el mundo ¨¢rabe los hombres, por miedo a perder el control, ningunean o insultan todo aquello que no aceptan o que les da miedo. Por miedo a ser destronados de una posici¨®n superior privilegiada que viene sometiendo a las mujeres siglos tras siglos. Warda, una artista con gran sensibilidad y elocuencia, fue una de muchas v¨ªctimas de ese lobby masculino, machista, representante del patriarcado. Un sistema que tiene los d¨ªas contados a medida que las mujeres van tomando fuerza y rompiendo cadenas, superando los miedos, los tab¨²es y ¡°el que dir¨¢n¡±, ese monstruo invisible que generaci¨®n tras generaci¨®n nos mantuvo presas bajo un sentimiento de culpa innecesario. Basta ya.
P. La escritora Le?la Slimani en su c¨®mic Paroles d¡¯honneur declara: "Nos revestimos en una falsa virtud mientras que nuestro sistema, prohibiendo las relaciones sexuales, favorece la mercantilizaci¨®n del cuerpo de la mujer". ?Qu¨¦ opinas de esta afirmaci¨®n?
R. Le?la es de mi generaci¨®n, fuimos al mismo instituto e incluso estuvimos juntas en clase alg¨²n a?o (no recuerdo cu¨¢l). El otro d¨ªa justamente lo estaba pensando; debemos ser la primera generaci¨®n de mujeres que ha vivido una adolescencia pre-redes sociales y que ha tomado coraje con las dos manos y ha decidido eludir ¡°lo impuesto desde siempre¡± para pensar por s¨ª mismas, usar sus cerebros, voces, talento y plataformas para denunciar aquello con lo que no estamos de acuerdo. Y mostrar a nuestras iguales en otros pa¨ªses y culturas. Nuestras vivencias como mujeres j¨®venes, modernas, normales, contempor¨¢neas. Entre otras cosas, la educaci¨®n sexual, gran ausente de nuestras vidas a nivel social y familiar en la mayor¨ªa de los casos. Con lo que estoy plenamente de acuerdo con ella, la mercantilizaci¨®n del cuerpo femenino no es m¨¢s que una consecuencia de ello.
P. ?A qu¨¦ prejuicios se enfrenta una mujer marroqu¨ª residente en Espa?a?
R. Por mi aspecto sorprendo mucho al decir que soy marroqu¨ª, cosa que me divierte mucho y utilizo para chocar a¨²n m¨¢s. La gente a primera vista me pone la etiqueta de norteamericana, brasile?a, venezolana, cubana, mestiza... Cuando superamos la cuesti¨®n de mi aspecto viene la pregunta de mi vestimenta: si al llegar a la frontera me pongo la jellaba y el pa?uelo para entrar en mi pa¨ªs. Y no. No es as¨ª, soy de ciudad, de Rabat, y mis padres no son ni tradicionales ni religiosos. Con lo cual la que ves es la de siempre, all¨¢ y ac¨¢.
P. ?Y alg¨²n otro?
R. S¨ª, claro, por el idioma, por qu¨¦ lo hablo tan bien y sin ¡°ese acento moro¡±. Recuerdo comentarios prejuiciosos en Espa?a y en ocasiones en Alemania, en el resto del mundo menos; aunque creo que no debo ser el caso m¨¢s extremo.
P. Desde hace unos a?os diferentes colectivos de artistas afrodescendientes est¨¢n alzando la voz en Espa?a, exigiendo normalidad e igualdad de oportunidades. ?Qu¨¦ se est¨¢ consiguiendo?
R. M¨¢s visibilidad significa m¨¢s conocimiento y comprensi¨®n. Y al abrirse m¨¢s las mentes, quiz¨¢s se consigue mayor tolerancia, integraci¨®n social, laboral, representaci¨®n pol¨ªtica... Creo que necesitan visualizaci¨®n y aceptaci¨®n, porque son espa?oles, con los mismos derechos que cualquiera, l¨®gicamente. Ojal¨¢ que al darles m¨¢s espacio se logren limar de una vez las l¨ªneas separadoras o, como dir¨ªa Guillermo del Toro, borrar las l¨ªneas en la arena. Porque son cosas que no corresponden a nuestros tiempos y solamente alimentan malestares en vez de una convivencia sana, tolerante y multicolor en sociedad.
Alejandro de los Santos es especialista en cultura africana contempor¨¢nea, fundador de la revista digital Afribuku. Es asistente de direcci¨®n en el Festival de Cine Africano de Tarifa-T¨¢nger y Asesor de Relaciones con ?frica en el Mercado de las Artes Performativas del Atl¨¢ntico Sur de Tenerife.
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