Tres cent¨ªmetros separaban a ricos y a pobres al inicio de la Guerra Civil
Un archivo militar revela la desigualdad brutal que exist¨ªa entre un barrio obrero y uno burgu¨¦s en 1936
¡°Pasaban masas ya revueltas: mujerzuelas feas, jorobadas, con lazos rojos en las gre?as, ni?os an¨¦micos y sucios, gitanos, cojos, negros de los cabarets, rizosos estudiantes mal alimentados, obreros de mirada est¨²pida, poceros, maestritos amargados y biliosos. Toda la hez de los fracasos, los torpes, los enfermos, los feos; el mundo inferior y terrible, removido por aquellas banderas siniestras¡±. El escritor y arist¨®crata Agust¨ªn de Fox¨¢ pon¨ªa en boca de un joven falangista esta descripci¨®n del Madrid republicano en su novela Madrid, de Corte a Cheka, finalizada en 1937 y publicada en plena guerra civil espa?ola.
Fox¨¢, coautor de la letra del Cara al sol, vivi¨® en una de las zonas m¨¢s ricas de Madrid, en la calle Ibiza, 1, enfrente del Parque del Retiro y muy cerca del distrito de Salamanca, hist¨®ricamente burgu¨¦s. A una hora a pie pod¨ªa llegar a Vallecas, un can¨®nico barrio obrero de la capital en el que Fox¨¢ podr¨ªa encontrar una coartada biol¨®gica para su clasismo. Los ricos eran, en promedio, tres cent¨ªmetros m¨¢s altos que los pobres en 1936, seg¨²n descubre ahora un estudio de las tallas de los j¨®venes llamados a filas. Es un indicador perfecto de la desigualdad brutal que exist¨ªa en Espa?a al inicio de la guerra civil.
La talla adulta de una poblaci¨®n es un indicador excepcional de su bienestar biol¨®gico
¡°Una diferencia de tres cent¨ªmetros es elevad¨ªsima¡±, explica el antrop¨®logo Carlos Varea, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Su equipo ha buceado por primera vez en los denominados Libros Filiadores de las Cajas de Reclutas de la Ciudad de Madrid, conservados en el Archivo General Militar de Guadalajara. ¡°Es un material in¨¦dito no estudiado hasta el momento¡±, subraya Varea. Los libros, correspondientes al periodo 1936-1974, incluyen el nombre completo, la fecha de nacimiento, la direcci¨®n y la estatura de los hombres j¨®venes de Madrid, fichados cuando cumpl¨ªan 21 a?os. El archivo es oro puro para los investigadores.
La talla adulta de una poblaci¨®n es un indicador excepcional de su bienestar biol¨®gico. La desnutrici¨®n y las enfermedades desde la etapa fetal a la adolescencia, adem¨¢s del trabajo infantil, afectan al crecimiento de manera irreversible. Un pobre, obviamente, puede ser mucho m¨¢s alto que un rico, pero si se mira a grandes poblaciones la diferencia canta. El grupo de Varea ha comparado de momento las estaturas de 25.000 mozos de los distritos de Vallecas y Salamanca. La talla media en 1936 era de 167,63 cent¨ªmetros en el barrio rico, tres cent¨ªmetros m¨¢s que en el barrio obrero.
Los expertos en salud p¨²blica no se cansan de repetir que el c¨®digo postal es m¨¢s importante que el c¨®digo gen¨¦tico. Y esta desigualdad socioecon¨®mica tiene efectos biol¨®gicos, en factores visibles como la estatura y el peso, pero tambi¨¦n en la esperanza de vida. En la actualidad, los vecinos de El Goloso, en el norte de Madrid, viven 10 a?os m¨¢s que los de Amposta, un barrio del distrito de San Blas, en el este de la capital. Madrid sigue siendo en 2018 terriblemente desigual.
La esperanza de vida en la actualidad puede variar hasta 10 a?os en dos barrios de Madrid
¡°Las diferencias de estatura siguen existiendo. Solo hay que irse a la salida de un colegio privado de la zona norte y a otro colegio p¨²blico del sur de Madrid¡±, afirma el antrop¨®logo Luis R¨ªos, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coautor del estudio. Hace una d¨¦cada, R¨ªos y el abogado Jos¨¦ Ignacio Casado acudieron al Archivo General Militar de Guadalajara en busca de datos que les ayudaran a identificar los restos humanos desenterrados en varias fosas de la guerra civil en Burgos. En Guadalajara, un archivero les habl¨® de los libros con los datos de los j¨®venes de Madrid ordenados por distritos, una oportunidad ¨²nica para estudiar la desigualdad dentro de una gran ciudad.
El an¨¢lisis de las tallas entre 1936 y 1974, publicado ahora en la revista especializada Nutrici¨®n Hospitalaria, muestra los efectos de la guerra civil y del primer franquismo sobre los espa?oles. En las cuatro d¨¦cadas estudiadas, la estatura se increment¨® casi siete cent¨ªmetros en Vallecas y poco m¨¢s de cinco cent¨ªmetros en Salamanca, dejando una diferencia de 1,20 cent¨ªmetros entre los dos distritos en 1974. Pero la subida no fue lineal. La altura, de hecho, lleg¨® a reducirse en los j¨®venes llamados a filas en la segunda mitad de la d¨¦cada de 1940. El impacto biol¨®gico de los a?os del hambre se detecta, sobre todo, en Vallecas. Los mozos tallados en 1948 med¨ªan un promedio de 163,5 cent¨ªmetros, un cent¨ªmetro menos que en 1936.
La autarqu¨ªa franquista, el periodo entre 1939 y 1959, fue ¡°la etapa m¨¢s negra de la Espa?a contempor¨¢nea¡±, seg¨²n el historiador Jos¨¦ Miguel Mart¨ªnez Carri¨®n, de la Universidad de Murcia. El investigador acaba de estudiar la evoluci¨®n de la estatura en Hell¨ªn, un municipio de Albacete con un peso importante de la agricultura de secano. La documentaci¨®n para el reclutamiento militar de casi 9.000 mozos muestra que la talla de 1936 no se recuper¨® hasta 1960. Y que dentro de los pobres hab¨ªa jerarqu¨ªas: los analfabetos eran m¨¢s bajos que los que sab¨ªan leer y escribir.
Los mozos tallados en Vallecas en 1948 med¨ªan en promedio un cent¨ªmetro menos que en 1936
El historiador, pionero en el estudio de la altura en Espa?a, lamenta la falta de datos detallados desde el final del servicio militar obligatorio en 2001. ¡°Ahora mismo, si quisi¨¦ramos estudiar el impacto de la ¨²ltima recesi¨®n econ¨®mica en la altura no podr¨ªamos, porque no tenemos series de datos. Y es una pena, porque sabemos que la altura es un buen instrumento para medir el bienestar¡±, sostiene Mart¨ªnez Carri¨®n. ¡°Habr¨ªa que instar a las autoridades a que midan a la poblaci¨®n¡±.
Hace dos a?os, un macroestudio con datos de m¨¢s de 18 millones de personas de 200 pa¨ªses revel¨® una gigantesca desigualdad mundial. Los hombres holandeses, con una altura media de 1,82 metros, miden 20 cent¨ªmetros m¨¢s que los de Timor Oriental. Y las mujeres guatemaltecas, con sus 1,49 metros de estatura, miden 21 cent¨ªmetros menos que las letonas.
La culpa no es del ADN, sino de la pobreza. En Espa?a, la estatura media de los hombres era de 1,76 metros en 1996, unos 14 cent¨ªmetros m¨¢s que un siglo antes. En el mismo periodo, la altura de las espa?olas creci¨® 12 cent¨ªmetros, hasta los 1,63 metros. Hace cien a?os, un viajero podr¨ªa haber pensado que las mujeres de Corea del Sur eran muy bajitas. Durante el siglo XX, su talla media creci¨® 20 cent¨ªmetros.
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