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Despu¨¦s de analizar los reci¨¦n estrenados urinarios ecol¨®gicos en Par¨ªs, se demuestra que el problema central de las administraciones p¨²blicas contin¨²a siendo la incomprensi¨®n del uso del aseo p¨²blico per se, ya que se ignora por completo la visi¨®n de y para las mujeres, neg¨¢ndoles el acceso a ellos.

Recientemente y a modo de experimento, la alcald¨ªa de Par¨ªs ha colocado cuatro urinarios p¨²blicos, ecol¨®gicos y gratuitos en las calles parisinas como respuesta al descontento de la poblaci¨®n por las acciones inc¨ªvicas de los turistas que visitan la capital francesa.

Se trata de una estructura met¨¢lica pintada de color rojo solo apta para personas que hacen sus necesidades de pie. Estos urinarios ecol¨®gicos, con una ligera cobertura lateral, tienen dos funciones: la de urinario y, adem¨¢s, sirven como maceteros. Estos est¨¢n llenos de paja, con la intenci¨®n de reducir los olores y usarse para crear fertilizantes.

Uno de los puntos que ha generado m¨¢s controversia ha sido el urinario colocado delante del r¨ªo Sena, en la Ille Saint-Louis, cerca de la catedral de Notre Dame. A pesar de que la alcald¨ªa se defiende de las cr¨ªticas asegurando que los urinarios se han instalado por petici¨®n popular, muchos residentes ya han mostrado su total desacuerdo asegurando que incitan al exhibicionismo, tal como asegura este art¨ªculo en The Guardian.

A pesar de las cr¨ªticas, el consistorio ya ha asegurado que durante estos d¨ªas se incorporar¨¢ un quinto urinario cerca de la Estaci¨®n Del Norte.

En Barcelona, este verano el ayuntamiento tambi¨¦n ha reforzado la red de aseos p¨²blicos gratuitos y accesibles, especialmente en el distrito de Ciutat Vella, una de las zonas con mayor afluencia tur¨ªstica. Actualmente, tal como se muestra en el mapa , en el distrito solo hay dos ba?os p¨²blicos ¨C en Pla?a dels ?ngels y Pla?a del Teatre- y cinco cabinas permanentes; indudablemente, la incorporaci¨®n temporal de nueve aseos p¨²blicos ha mejorado el entorno urbano y el civismo, aunque estos ba?os solo permanecer¨¢n en estos espacios hasta finales de septiembre.

Uno de estos aseos p¨²blicos temporales est¨¢ colocado en la plaza de Terenci Moix; un espacio de encuentro vecinal donde los j¨®venes del barrio dedican su tiempo libre a jugar al baloncesto, practicar bailes tradicionales, entre otras actividades. A pesar de que la plaza est¨¢ rodeada de equipamientos, tanto p¨²blicos como privados, los usuarios aseguran que para ellos es complicado poder acceder al ba?o sin tener que consumir. "Este ba?o p¨²blico deber¨ªa estar siempre aqu¨ª", menciona un usuario.

Los ba?os p¨²blicos gratuitos [de g¨¦nero neutro] deber¨ªan ser elementos vitales en nuestras ciudades. O, al menos, elementos urbanos a considerar si el objetivo es construir espacios justos e inclusivos. De hecho, el acceso al ba?o p¨²blico no deber¨ªa ser tan complicado ya que debe entenderse como un derecho p¨²blico m¨¢s y ser un tema central en las agendas urbanas.

Y es que, en la actualidad, encontrar un aseo p¨²blico gratuito es misi¨®n imposible; o bien son solo aptos para clientes o son de pago en el mismo espacio p¨²blico as¨ª como en algunos edificios p¨²blicos como las estaciones intermodales (cabe recordar los ba?os en la estaci¨®n de Atocha, gestionados por una entidad p¨²blica y con un coste de 60 c¨¦ntimos o la decisi¨®n de ADIF de privatizar los lavabos de la estaci¨®n de Sants de Barcelona).

La concesi¨®n y prestaci¨®n del servicio de ba?os p¨²blicos debe ofrecer una oportunidad desde las instituciones para satisfacer no solo la necesidad individual sino el derecho colectivo. As¨ª es como surgi¨® el programa Nette Toilette (Nice toilet), que lleva implement¨¢ndose desde el a?o 2000 en distintas ciudades alemanas.

En vez de crear una red p¨²blica de aseos p¨²blicos gratuitos desde las instituciones ¨Clo que supon¨ªa una alta inversi¨®n para cubrir de una manera eficiente las necesidades de la poblaci¨®n- se propuso involucrar a los due?os de los negocios para que los transe¨²ntes pudiesen usar los ba?os sin necesidad de consumir.

Todos aquellos establecimientos que quieran unirse a la iniciativa reciben una pegatina reconocible para colocarla en la entrada de sus locales; adem¨¢s, el ayuntamiento compensa a cada comerciante con una tasa que var¨ªa entre 30 a 100 euros mensuales. As¨ª es como a?os despu¨¦s, el programa ha salido muy rentable ¨Cseg¨²n los datos aportados en este art¨ªculo publicado en Citylab-.

Dieciocho a?os m¨¢s tarde, este programa ya cuenta con m¨¢s de 200 ciudades alemanas que siguen este modelo, incluyendo algunas ciudades de Suiza. ?Estar¨ªan dispuestas las ciudades espa?olas a implementar un programa similar a ¡°Nette Toilette¡±?