C¨®mo gracias a los nazis surgi¨® la m¨²sica disco
Si no llega a ser por la respuesta de los j¨®venes franceses a la represi¨®n de Hitler, 'Fiebre del s¨¢bado noche' no hubiera sido lo mismo. Esta es la historia...
Adolf Hitler no sol¨ªa dejar ning¨²n cabo suelto. Lo quer¨ªa controlar todo. Tambi¨¦n el ocio del mundo. En pleno delirio decidi¨® combatir a la m¨²sica bailable estadounidense con una f¨®rmula que le garantizaba el ¨¦xito: copi¨¢ndola. Para qu¨¦ cambiar algo que gustaba tanto a la gente. Pero, claro, dej¨® su psic¨®pata sello. Cogi¨® a un buen m¨²sico y cantante alem¨¢n, Karl Schwedler, y le dio todos los medios para formar una orquesta de swing. Ya que la m¨²sica iba a ser aut¨¦nticamente americana el nombre tambi¨¦n lo ser¨ªa. As¨ª naci¨® Charlie and his Orchestra, una banda de genuino swing y jazz que cantaba en ingl¨¦s. De la propaganda ya se encargar¨ªa el siniestro Goebbels.
Una de las canciones m¨¢s populares de Charlie and his Orchestra era Let's go bombing, cuya letra (abstenerse de leerla los est¨®magos delicados) dice: "Vamos a bombardear, vamos a bombardear./ De noche, mientras los ciudadanos pac¨ªficos duermen sin alarmas antia¨¦reas, nosotros seguimos a lo nuestro./ Vamos a bombardear iglesias, mujeres y ni?os tambi¨¦n./ Bombardeemos a los neutrales tambi¨¦n". Todo con un ritmo alegre y una sonrisa en el rostro.
As¨ª suena el grupo que mand¨® formar Hitler,?Charlie and his Orchestra,? para silenciar a las bandas estadounidenses. La canci¨®n se llama 'Let's go bombing' (Vamos a borbardear).
En la Francia ocupada, sin embargo, se negaron a escuchar a Charlie and his Orchestra. Los j¨®venes franceses ten¨ªan otros planes. "El primer antecedente hist¨®rico de la m¨²sica disco como g¨¦nero est¨¢ en la Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial", se?ala?Luis Lapuente, cr¨ªtico musical y eminencia de la m¨²sica negra. Lapuente ha publicado Historia de la m¨²sica disco (Editorial Efe Eme), un avasallador libro sobre un g¨¦nero cada vez m¨¢s reivindicado, que tuvo su monento de ¨¦xtasis popular a finales de los a?os setenta, con la pel¨ªcula, y sobre todo su banda sonora, Fiebre del s¨¢bado noche (1977).
Contin¨²a Lapuente: "El Tercer Reich odiaba el jazz y el swing, una m¨²sica hecha por negros que tocaban en cabar¨¦s frecuentados por homosexuales, jud¨ªos y gente aficionado a la noche. Los nazis persiguieron y enviaron a campos de concentraci¨®n a m¨²sicos y due?os de los locales de Par¨ªs. Pero algunos mel¨®manos no se resignaron y se las apa?aron para citarse en clandestinos clubes. Como no hab¨ªa bandas estables no quedaba m¨¢s remedio que poner la m¨²sica gracias a discos de acetatos que sonaban en un giradiscos". Y ah¨ª empez¨® todo. A?¨¢dase unas d¨¦cadas m¨¢s, DJ's estrellas, bolas de espejitos, pantalones de campa?a, vestidos de pedrer¨ªa... y ah¨ª est¨¢ la m¨²sica disco como ha pasado a la historia.
Los nazis enviaron a campos de concentraci¨®n a m¨²sicos y due?os de locales nocturnos de Par¨ªs. Pero algunos mel¨®manos no se resignaron y se las apa?aron para citarse en clubes clandestinos
Aquellos tugurios franceses de la Segunda Guerra Mundial eran de vida breve. Echaban el cierre pronto, pero se abr¨ªa uno similar en otra parte de la ciudad. El objetivo era burlar a la Gestapo. Se llamaba a la puerta, alguien te ped¨ªa una contrase?a y se pod¨ªa acceder a una pista de baile atestada de j¨®venes de clase media, aficionados a la m¨²sica y deseosos por sudar, pasar un buen rato y olvidarse de los nazis. El m¨¢s famoso de aquellos locales fue La Discotheque. ?Les suena el nombre? Abri¨® en 1941 cerca de la parisina Catedral de Notre Dame, en la calle Huchette.?
Durante la ocupaci¨®n segu¨ªan funcionando locales legendarios parisinos, como Moulin Rouge o Maxim's, pero los clientes eran en su gran mayor¨ªa oficiales nazis. El r¨¦gimen se preocup¨® de que la actividad nocturna parisina no cesase abruptamente. Hitler consider¨® que esta vida decadente acelerar¨ªa la derrota francesa. Mientras, la resistencia pasaba muy buenos ratos en La Discotheque.?
"Los parroquianos exorcizaban los demonios del reinado del terror por mediaci¨®n del sacramento del alcohol y los discos de jazz americano", escribe Peter Shapiro en su fundamental La historia secreta del disco. Sexualidad e integraci¨®n racial en la pista de baile, editado en espa?ol por Caja Negra. Shapiro tambi¨¦n sit¨²a el primer antecedente de la m¨²sica disco en aquel Par¨ªs ocupado. Qu¨¦ se escuchaba en estos peque?os tugurios: Louis Armstrong,?Count Basie, orquestas de swing...
"La prohibici¨®n comenz¨® a debilitarse gradualmente y los bailes clandestinos florecieron en casas particulares y bares", se?ala Shapiro. Con la derrota alemana y el final de la Segunda Guerra Mundial comenzaron a consolidarse algunos clubes en Francia, como el Whisky ¨¤ Go Go. A?os m¨¢s tarde esta misma filosof¨ªa se traslad¨® a los loft de Nueva York. Y comenz¨® a valorarse a los DJ's, los responsables de que con su habilidad con los vinilos la gente gozase en la pista. Las selecciones de nombres de pioneros como Terry Noel, Francis Grasso, David Mancuso, Nicky Siano o Walter Gibbons eran sudorosamente celebradas.
Pronto estas fiestas congregaron a estrellas de Hollywood. Hasta finalmente desembocar en el neoyorquino Studio 54, que abri¨® en Manhattan en el momento m¨¢s ¨¢lgido del g¨¦nero, en 1977. De las parrandas vividas en esta discotheque se han escrito morbosos libros y reportajes. Por una vez, ninguno de estos escritos exagera.
Pocas celebridades se resistieron a visitar un antro que alg¨²n asistente defini¨® como una "Gomorra moderna". Mick Jagger, Jack Nicholson, Michael Jackson, Diana Ross, Yves Saint Laurent, Andy Warhol, Farrah Fawcett... La lista es extens¨ªsima. Hasta estuvo Donald Trump, cuando todav¨ªa era un pujante empresario que a¨²n no despertaba tantos odios. Alg¨²n actor que hoy echa pestes sobre ¨¦l comparti¨® copas con Trump.
No dejaban entrar a todo el mundo en Studio 54. Pero daba igual: siempre era productivo incluso ser rechazado. Como les pas¨® a los l¨ªderes de Chic. Bernard Edwards y Nile Rodgers acababan de editar su primer disco, Chic (1977). Era una banda que estaba comenzando su carrera, no lo suficientemente popular como para que les dejaran acceder al exigente Studio 54. Eso es lo que ocurri¨® en la Nochevieja de 1977. El portero les impidi¨® la entrada a pesar de sus protestas. Se fueron a casa provistos de alcohol y muy enfurru?ados y escribieron una canci¨®n con el siguiente estribillo: "Fuck of!!" (Que os follen).
Al d¨ªa siguiente, resacosos y m¨¢s calmados cambiaron este incorrecto t¨ªtulo por "Freak out!". Meses despu¨¦s, la canci¨®n, que se llam¨®?Le freak, era un ¨¦xito en todo el mundo, sonaba todas las noches en Studio 54 y ellos ten¨ªan all¨ª una zona especial y copas gratis. No consta que el portero de la discoteca fuera despedido.?
Aquel g¨¦nero que naci¨® de una necesidad, para buscar una v¨ªa de escape dentro del terror impuesto por los nazis es hoy reivindicado por m¨²sicos superventas como Daft Punk, Bruno Mars o Pharrell Williams. Aquel cabo se le qued¨® suelto a Hitler...
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