Fatboy Slim: ¡°A estas alturas, esperaba estar muerto¡±
El 'dj' brit¨¢nico, que lleg¨® a cobrar m¨¢s de 200.000 euros por noche, recala este verano en Pach¨¢ Ibiza
Hace diez a?os, Norman Cook, m¨¢s conocido como Fatboy Slim, hizo lo que todo discjockey estrella que se precie deb¨ªa hacer al menos una vez en la d¨¦cada de los noventa: ingresar en una cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n. Dicho y hecho.
Tras reconocer su adicci¨®n al alcohol, Cook, estrella entre los dj mucho antes de que Avicci supiera lo que es una mesa de mezclas, entraba derechito en una discreta y car¨ªsima cl¨ªnica. "Se ha internado voluntariamente para superar su problema", zanj¨® entonces su representante. Una d¨¦cada despu¨¦s, la nevera del camerino en el que nos recibe el pinchadiscos brit¨¢nico, repleta de esa bebida azucarada que promete dar alas, se parece m¨¢s a la de un ¨ªdolo de K-pop coreano que a la de la estrella de la electr¨®nica que reuni¨® a 250.000 personas en una sesi¨®n playera en Brighton (Reino Unido) en 2008.
Este verano Cook, pionero del sonido electr¨®nico Big Beat, recala en Ibiza como estrella de Tuesdays On Mars, la nueva fiesta que ha estrenado esta temporada?Pach¨¢, ambientada en la ciencia ficci¨®n, a la que a¨²n restan tres sesiones (4 de septiembre, 18 de septiembre y 2 de octubre), convertido en otro hombre. ?Diferente?, preguntamos. ¡°Sobre todo, m¨¢s sobrio¡±, responde ir¨®nico. ¡°Tengo 55 a?os y eso marca la diferencia. A estas alturas, esperaba estar muerto. He dejado varios ¡°asuntos¡± por el camino y sigo pinchando gracias, precisamente, a haber prescindido de ellos. Todos los que hemos llegado hasta aqu¨ª despu¨¦s de vivir intensamente la noche somos supervivientes¡±, cuenta el ex bajista de The Housemartins y productor de Blur.
Es la una de la madrugada y Cook se dispone a pinchar en la sala ibizenca sin tener la menor idea de qu¨¦ sonara m¨¢s all¨¢ del segundo tema. Parece confiar en su intuici¨®n con el p¨²blico, larvada desde que se pusiese al frente de los platos por primera vez con solo 18 a?os. En plena celebraci¨®n por el 20 aniversario del recientemente reeditado You've Come a Long Way Baby, su primer n¨²mero uno en solitario en Reino Unido (gracias en parte al ¨¦xito de Praise You y a su multipremiado videoclip dirigido por Spike Jonze), Fatboy Slim contin¨²a pinchando en clubes de medio mundo. ¡§Nunca pens¨¦ que seguir¨ªa escuchando las canciones de ese disco en discotecas, campos de f¨²tbol o en televisi¨®n. Claro que tampoco pensaba que seguir¨ªa teniendo una carrera a estas alturas¡§, dice.
?Le preocupa la perdurabilidad de su trabajo a alguien tan acostumbrado a quemar con facilidad las noches? ¡§Siempre he temido que la m¨²sica de baile no tuvieran la longevidad del rock o el folk. Est¨¢ concebida para ser disfrutada en una situaci¨®n muy concreta y, sin embargo, ahora es analizada con mucho respeto por la cr¨ªtica especializada. Es agradable, la verdad¡§, dice el m¨²sico, el primero en llevar el ritmo de las discotecas a una ceremonia de clausura de los Juegos Ol¨ªmpicos, los de Londres en 2012.
Despu¨¦s de la burbuja
Hace unos a?os, en pleno estallido de la burbuja econ¨®mica, EL PA?S publicaba un reportaje, titulado Ascenso y ca¨ªda del DJ estrella, que analizaba como los super-dj's, el gran fen¨®meno de la cultura pop de los noventa, hab¨ªan sido ¡§engullidos por la codicia, las drogas y los sonidos prefabricados¡§. Casi diez a?os despu¨¦s, la cultura clubber parece haber depurado algunos de sus excesos, cree Fatboy Slim. ¡§Crecimos de manera sostenida durante 30 a?os. Todos los que est¨¢bamos en el negocio am¨¢bamos la m¨²sica. Pero en la ¨²ltima d¨¦cada mucha gente entr¨® solo por el dinero. Y cuando se acab¨® la pasta, termin¨® su ¡§amor¡§ por la m¨²sica¡§, sentencia el dj, que lleg¨® a cobrar, eso s¨ª, 200.000 libras por noche (m¨¢s de 220.000 euros), por encima de las 170.000 que se embolsaba entonces Pete Tong aunque muy por debajo del mill¨®n de euros de Paul Oakenfold.
Reventada la de los dj?s, las miradas de los detectores de burbujas esperan ahora el estallido de la de los grandes clubes de m¨²sica. ?Est¨¢n en peligro de extinci¨®n?, le preguntamos. ¡§Puede que la f¨®rmula est¨¦ agotada en pa¨ªses como el Reino Unido, donde se imponen los clubes de menor tama?o, con una m¨²sica m¨¢s personalizada para cada clientela. Pero solo hay que fijarse en Ibiza o Brasil para ver que a alguna gente solo le excita la m¨²sica cuando le rodean 10.000 personas. Mi suerte es que me siento igualmente feliz pinchando para 200 que para 200.000 personas¡§, cuenta Cook, acostumbrado a despedir las noches con una lluvia de confeti sobre miles de clubbers. ¡§Las sesiones menos concurridas suponen un esfuerzo f¨ªsico tremendamente duro, pero permiten correr riesgos. Ves las caras de la gente y piensas, ?por qu¨¦ no pruebo este tema? Es como mantener una conversaci¨®n privada con ellos¡§. A la de esta noche, por cierto, asistir¨¢ su hijo, un postadolescente de 18 a?os, fruto de su extinta relaci¨®n con la presentadora de radio y televisi¨®n Zoe Ball. ¡§Cuando ven¨ªamos hacia la discoteca me ha dicho: ¡§?Toda la vida escuchando historias sobre lo que ocurr¨ªa en los clubes y al fin voy a poder verte pinchar!¡±, cuenta mientras el chaval curiosea por el camerino.
De su pasado m¨¢s inquieto conserva un tatuaje en el brazo en forma de smiley, el icono amarillo y risue?o de la cultura de la noche de la d¨¦cada de los 90 que, curiosamente, podr¨ªa amargar la sonrisa del artista en los tribunales. El caso del franc¨¦s que reclama los derechos de explotaci¨®n del dibujo, que Fatboy Slim utiliza en todo su merchandaising, sigue abierto. ¡§Pretende llevarme a los tribunales y, si se empe?a, tendremos que ir. Pero el 'Smiley' no le pertenece. Conservo una carta de la familia del tipo que lo dise?¨® diciendo que est¨¢n encantados con el uso que se hace en todo el mundo. Puede que la justicia le d¨¦ la raz¨®n. Pero tendr¨¢ que demostrarlo¡§.
Cook, que ya hab¨ªa aportado algunos temas a pel¨ªculas como Moulin Rougue, Perdidos en el espacio o Traffic, anda ahora enfrascado en la banda sonora de Ibiza, the silent movie, un documental coproducido por la BBC y dirigido por Julien Temple, el cineasta surgido del punk que dirigi¨® a David Bowie en Absolute Begginers y llev¨® al cine la m¨²sica de Sex Pistols, Joe Strummer o The Kinks. Un proyecto que aborda la historia de Ibiza desde la ¨¦poca fenicia y romana hasta la actualidad, mucho antes de que llegaran los ravers, los beatniks, los hippies y los clubbers que llenaron la isla de turistas, dinero y gente con ganas de pasarlo bien.
A la espera del estreno de la pel¨ªcula, Cook sigue sumando bolos por discotecas de todo el mundo, aprovechando que nada hay escrito sobre cu¨¢ndo se jubila un dj. ¡§Seguir¨¦ pinchando hasta que lo disfrute y haga disfrutar. Practico deporte y apenas trasnocho, as¨ª que supongo que estoy a¨²n a mitad del partido¡§, calcula. Claro que, en su caso, puede que su capacidad para la supervivencia est¨¦ por encima de la media. No contento con haber sobrevivido a las largas noches de los noventa (¡§despu¨¦s del after siempre hab¨ªa otro after¡§, recuerda), un lluvioso d¨ªa de a?o nuevo de 2007, mientras pinchaba en una playa de Brighton, recibi¨® quince descargas el¨¦ctricas. Solo result¨® herido.
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