Nostalgia del duelo
Las disputas no siempre se dirimieron en las redes sociales: en Uruguay, durante a?os, hablaron sables y pistolas
El ¨²ltimo duelo a muerte documentado en Espa?a data de 1906, cuando un par de periodistas se bati¨® en Zaragoza. Cansinos-Assens recordaba en sus memorias c¨®mo despu¨¦s del cierre columnistas y reporteros practicaban esgrima para poder hacer frente a los m¨²ltiples desaf¨ªos que recib¨ªan, y es sabido que Blasco Ib¨¢?ez sobrevivi¨® a un duelo gracias a que la bala de su rival se incrust¨® en la hebilla de su cintur¨®n. Todo aquello suena muy vetusto en estos tiempos en que las redes sociales soportan todo tipo de insultos, injurias y amenazas porque los l¨ªmites entre la libertad de expresi¨®n y el delito de odio no son nada claros. ?Habr¨ªa m¨¢s contenci¨®n en foros y redes si los agraviados pudieran retar a duelo a quienes ofenden gratuitamente? En Uruguay lo tienen clar¨ªsimo.
Entre 1920 y 1992 permaneci¨® vigente en Uruguay la ley 7253 o Ley de Duelos, que cre¨® el marco legal para que las diferencias se dirimieran en el campo del honor a muerte o ?a primera sangre?, con presencia de padrinos, m¨¦dicos y forenses. Por cierto que los bravos uruguayos ya se bat¨ªan a duelo antes de promulgarse la ley, porque uno de los lances m¨¢s c¨¦lebres fue el que enfrent¨® al ex-presidente colorado Jos¨¦ Batle con el joven diputado blanco Washington Beltr¨¢n, quien recibi¨® un tiro en el coraz¨®n en el estadio del Nacional de Montevideo. Precisamente, la ley 7523 se promulg¨® despu¨¦s de la muerte de Beltr¨¢n y desde entonces los duelistas tuvieron que respetar normas que adem¨¢s impidieron sendos accidentes, como el que en 1902 le cost¨® la vida al poeta Federico Ferrando, retado por otro poeta, Guzm¨¢n Papini. En realidad, Ferrando no muri¨® durante el duelo sino mientras entrenaba con el escritor Horacio Quiroga, quien lo mat¨® sin querer.
El asunto de los desaf¨ªos lo sac¨® el ex-presidente Jos¨¦ Mujica durante una entrevista televisada donde lament¨® que se hubieran abolido los duelos porque ?hablar es facil¨ªsimo en este pa¨ªs¡± y ?hay cosas que se arreglan as¨ª, de otra manera no se arreglan¡± cuando a uno ?le tocan el honor¡±. Al parecer, la idea qued¨® dando botes en el ¨¢rea y el expresidente m la remat¨® en un art¨ªculo titulado En torno al duelo, donde proclam¨® rotundo: ?Me encuentro entre quienes lamentan que se haya derogado la ley, simplemente porque operaba como un razonable freno psicol¨®gico para tantos deslenguados que florecen¡±, ya que ?la atribuci¨®n difamatoria de agravios o falsedades nunca se ha podido resolver en tiempo y forma en el plano legal y judicial¡± y encima ?el difamado queda expuesto a audiencias p¨²blicas y resonancias medi¨¢ticas, que siempre dejar¨¢n alguna mella". Cabe a?adir que Sanguinetti se bati¨® a duelo en 1970 contra su compa?ero de partido Manuel Flores Mora, empu?ando sable de doble filo y punta.
Constelados de mito y romanticismo, los duelos parecen cosa del pasado, a pesar de bellas eleg¨ªas como la de Jos¨¦ Ortega Spottorno. De hecho, quiz¨¢ en un solo duelo haya m¨¢s literatura que en cientos de tuits.
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