Brenda Milner, centenaria pionera de la neuropsicolog¨ªa: ¡°Todo contin¨²a siendo una aventura maravillosa¡±
Un simposio reconoce a la investigadora en Montreal sus contribuciones cient¨ªficas y celebra su siglo de vida
Brenda Milner cumpli¨® cien a?os de vida el pasado 15 de julio. La ma?ana del 6 de septiembre, lleg¨® al auditorio del Instituto y Hospital Neurol¨®gico de Montreal (conocido popularmente como ¡°Neuro¡±) sin ayuda de un bast¨®n. A pocos minutos de comenzar un simposio en su honor, salud¨® a varios exalumnos y colegas, tanto de Canad¨¢ como de otros pa¨ªses. Lo hizo pronunciando sus nombres: la gran estudiosa de la memoria tiene la suya en excelente estado. ¡°Yo quer¨ªa que la psicolog¨ªa y la neurolog¨ªa se acercaran¡±, afirm¨® en su discurso momentos despu¨¦s. Lo ha cumplido con creces, ya que los expertos catalogan a Milner como la fundadora de la neuropsicolog¨ªa. En su alocuci¨®n, pas¨® del ingl¨¦s al franc¨¦s sin esfuerzo alguno. Antes de que volviera a tomar asiento en la primera fila, remat¨®: ¡°Todo contin¨²a siendo una aventura maravillosa. La sigo disfrutando cada minuto¡±.
Milner es desde hace casi siete d¨¦cadas investigadora y profesora del ¡°Neuro¡± y del departamento de neurolog¨ªa y neurocirug¨ªa de la Universidad McGill. No ha querido jubilarse. Va a su oficina dos o tres veces por semana, donde charla con investigadores postdoctorales. La base de datos PubMed arroja que su ¨²ltimo art¨ªculo data de 2016. Milner se enfoca desde entonces en dar su opini¨®n sobre los textos de los j¨®venes investigadores.
?Por qu¨¦ sigue en activo? Milner ha escuchado la pregunta desde hace dos o tres d¨¦cadas. Siempre ha dado la misma respuesta. Los comentarios de varios de los participantes en el simposio (antiguos alumnos que se formaron en sus cursos y colegas con quienes ha firmado un sinf¨ªn de art¨ªculos y libros, procedentes de centros de ense?anza como McGill, Toronto, Yale, Oxford, MIT y Columbia) coincid¨ªan con sus palabras: por una curiosidad desbordante y un cari?o incondicional a la comunidad de neurocient¨ªficos. Tambi¨¦n cabe se?alar la lealtad de Brenda Milner al ¡°Neuro¡±. Guy Rouleau, director de esta instituci¨®n, recalc¨® que Milner ha permanecido fiel a sus colores a pesar de las propuestas de otros centros desde que la brit¨¢nica era una joven investigadora. ¡°Su trabajo ha tenido un enorme impacto para comprender el cerebro y, por ende, para comprendernos mejor¡±, afirm¨® Rouleau.
Brenda Langford naci¨® el 15 julio de 1918 en Manchester. Su madre era cantante y su padre trabajaba como cr¨ªtico musical para el diario The Guardian. En 1939, obtuvo una licenciatura en psicolog¨ªa en la Universidad de Cambridge. En 1944, en plena guerra, contrajo nupcias con el ingeniero nuclear Peter Milner, de quien tom¨® el apellido. Se instalaron en Montreal ese mismo a?o y se divorciaron en 1952, pero siguieron siendo amigos cercanos hasta la muerte de Peter Milner, a los 99 a?os, el pasado mes de junio.
Supervivencia
A su llegada a Canad¨¢, Brenda Milner ense?¨® psicolog¨ªa en la Universidad de Montreal. Poco tiempo despu¨¦s, se inscribi¨® en el doctorado en psicolog¨ªa experimental en la Universidad McGill (lo concluy¨® en 1952), bajo la supervisi¨®n del profesor Donald Hebb. Fue Hebb quien la puso en contacto en 1950 con Wilder Penfield, figura del Instituto y Hospital Neurol¨®gico de Montreal. ¡°Hebb me dijo varias veces que ning¨²n psic¨®logo sobrevivir¨ªa en el Neuro¡±, dijo Milner en el auditorio del centro, casi siete d¨¦cadas despu¨¦s, provocando las risas del p¨²blico.
HM son las iniciales del paciente m¨¢s famoso de la neurociencia del siglo XX. Tras su fallecimiento en 2008, se hizo p¨²blico que su nombre era Henry Molaison. Vivi¨® 82 a?os; 55 de ellos sin nuevos recuerdos. En el simposio, Eric Kandel, profesor de la Universidad de Columbia, mostr¨® algunas de sus m¨¢s recientes investigaciones. Kandel gan¨® el premio Nobel de Medicina en el a?o 2000 por sus estudios sobre los v¨ªnculos de los mecanismos neuronales con el aprendizaje y la memoria. Al inicio de su ponencia, llam¨® a Milner ¡°nuestra hero¨ªna¡± y record¨® la revoluci¨®n que signific¨® el trabajo con HM por parte de la brit¨¢nica.
Epilepsia
Molaison sufr¨ªa serios ataques de epilepsia. Pas¨® por el quir¨®fano en 1953, a los 27 a?os, en Hartford (Connecticut). Se le extirp¨® la am¨ªgdala, la mayor parte del hipocampo y la corteza del parahipocampo, en ambos hemisferios cerebrales, en un tratamiento experimental por parte del neurocirujano William Scoville. Los ataques se redujeron considerablemente. Sin embargo, present¨® una amnesia anter¨®grada (no pod¨ªa formar nuevos recuerdos), aunque se acordaba de los acontecimientos antes de la operaci¨®n. Scoville contact¨® a Wilder Penfield, en esos a?os uno de los mayores especialistas en la epilepsia. Penfield no dud¨® en enviar a la persona indicada: Brenda Milner.
La investigadora debi¨® desplazarse numerosas veces de Montreal a Hartford y, en cada visita, tuvo que presentarse con Molaison, ya que no la reconoc¨ªa por las secuelas de la operaci¨®n. Milner concluy¨® que los l¨®bulos temporales del cerebro ¨Cespecialmente el hipocampo- intervienen en la formaci¨®n de los recuerdos. Anteriormente se pensaba que ning¨²n ¨¢rea cerebral espec¨ªfica era fundamental para la memoria.
Otros trabajos de Milner con HM arrojaron que existen dos sistemas cerebrales para procesar los recuerdos; uno expl¨ªcito y otro impl¨ªcito. La investigadora se apoy¨® para ello en distintas pruebas. La m¨¢s famosa fue la de pedir a Molaison que dibujara el contorno de una estrella que se reflejaba en un espejo. Milner constat¨® que el paciente era capaz de mejorar la tarea conforme la repet¨ªa. ¡°El recuerdo m¨¢s emocionante que guardo de todo esto fue cuando logr¨® dibujar la estrella tras tres d¨ªas de pruebas. Fue un aprendizaje hermoso, aunque ¨¦l no ten¨ªa conciencia de haber pasado el tiempo anterior en la tarea. Para ¨¦l, cada ensayo era el primero¡±, respondi¨® Milner a pregunta de El Pa¨ªs.
Dise?o, vino y hockey
Posteriormente, Milner sigui¨® investigando sobre c¨®mo los recuerdos y la personalidad se ven afectados por lesiones cerebrales. Tambi¨¦n se ha interesado en la manera en que los hemisferios ¡°dialogan¡± para formar nuestros pensamientos. Tanto ella como otros expertos han permitido resolver buena parte de los misterios detr¨¢s del funcionamiento del cerebro. Hace algunas semanas, el diario La Presse public¨® que Milner tiene otras pasiones fuera de la esfera cient¨ªfica. Por ejemplo, lee religiosamente la revista The New Yorker, siente predilecci¨®n por los vinos de Burdeos, apoya al Manchester City y, canadiense al cabo de varias d¨¦cadas, adora el hockey.
Brenda Milner ha sido recompensada con una larga lista de premios y doctorados honoris causa. En el marco del simposio, Isabel II, reina de Inglaterra, y Justin Trudeau, primer ministro canadiense, enviaron mensajes para celebrar su siglo de vida y reconocer su destacada trayectoria cient¨ªfica. Aunque, seg¨²n lo que se vio el 6 y 7 de septiembre, Milner estuvo particularmente emocionada ¨Cbajo sonrisas prolongadas- por las muestras de cari?o de parte de la comunidad de neurocient¨ªficos presentes, a quienes ella considera una gran familia. En su ponencia, Eric Kandel explic¨® que la prote¨ªna RbAp48 mengua con la edad, factor importante en la p¨¦rdida de la memoria e independiente del Alzheimer. Dijo que las investigaciones arrojan que la actividad f¨ªsica ayuda a liberar esta prote¨ªna del tejido ¨®seo; tambi¨¦n subray¨® los beneficios de las tareas intelectuales. Al final, el Nobel expres¨®: ¡°Hay que seguir trabajando y aprendiendo¡ ?como Brenda Milner!¡±.
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