El intelecto al desnudo
?Ten¨ªa raz¨®n Bismarck, o deber¨ªamos ver c¨®mo hacen las salchichas?
Cualquiera que viva en Madrid o haya visto El d¨ªa de la bestia recordar¨¢ las torres KIO, esos dos edificios que parecen estar cay¨¦ndose el uno sobre el otro y que aceleran el pulso de los commutersde la plaza de Castilla que se ven forzados a pasar por debajo de ellos cada ma?ana. ?lex de la Iglesia los identific¨® en la pel¨ªcula con el signo del diablo hecho carne para martirizar a los hombres, y tambi¨¦n con el infierno que supon¨ªa Madrid para los j¨®venes creadores que llegaban por entonces de provincias y extranjero, como dec¨ªan los buzones antiguos. La conmoci¨®n, o incluso el espanto, que nos produce esta obra arquitect¨®nica se debe a que oculta su estructura, su n¨²cleo l¨®gico. Si la pudi¨¦ramos atisbar, ver¨ªamos las s¨®lidas columnas verticales que hacen que el edificio se avenga a la ley de la gravedad. Pero las torres KIO eligieron esconder su l¨®gica, su estructura interna, un poco al modo del canciller Von Bismarck, que dijo o debi¨® decir que las leyes son como las salchichas, que m¨¢s vale no ver c¨®mo las hacen.
Pero hay una cuesti¨®n sobre la presentaci¨®n de las matem¨¢ticas ¡ªal p¨²blico, al alumnado o a los colegas¡ª que est¨¢ ¨ªntimamente relacionada y, seg¨²n autores como Ian Stewart, es esencial para la pedagog¨ªa y el avance del conocimiento. Stewart cita a uno de los mayores matem¨¢ticos de la historia, Carl Friedrich Gauss, que dej¨® dicho: ¡°Cuando uno construye un bello edificio, no debe verse el armaz¨®n¡±. Gauss, como casi todos los matem¨¢ticos, y yo dir¨ªa que casi todos los cient¨ªficos, presentaba sus papers (art¨ªculos en revistas profesionales revisadas por pares) como si aquellas ideas geniales se acabaran de caer del cielo, basadas en una b¨²squeda premonitoria del resultado final y expuestas con una elegancia a prueba de bombas. Los descubrimientos nunca ocurren as¨ª. Son el resultado de a?os de intuici¨®n, inteligencia creativa y golpes duros contra el duro suelo de la realidad. La preclaridad prof¨¦tica y la elegancia formal vienen despu¨¦s, como la funda de la salchicha de Bismarck.
Los descubrimientos son el resultado de a?os de intuici¨®n, inteligencia creativa y golpes duros contra el duro suelo de la realidad
?Es eso hacer trampas? No, pero dificulta el aprendizaje de la siguiente generaci¨®n de matem¨¢ticos. ¡°Gauss es como un zorro¡±, dijo su colega Carl Jacobi, ¡°que borra con la cola todas las huellas en la arena¡±. Arqu¨ªmedes y Newton tambi¨¦n destacan como zorros, en este sentido de ocultar el verdadero camino hacia la idea. Ese es el tipo de camino que tendr¨¢ que recorrer la nueva generaci¨®n para encontrar nuevas ideas que hagan avanzar el campo. Stewart piensa que esta tradici¨®n hace a la matem¨¢tica ¡°m¨¢s oscura de lo que debiera¡±. Es un argumento que va m¨¢s all¨¢ de la matem¨¢tica. Es un argumento general sobre la educaci¨®n, las t¨¦cnicas pedag¨®gicas y la divulgaci¨®n al p¨²blico.
En las artes ha habido enfoques interesantes sobre la revelaci¨®n de la estructura interna. La metanovela es un intento de confesar al lector los engranajes internos de su creaci¨®n. La segunda parte de la Rayuela de Cort¨¢zar es metanovela, una especie de visita a la propia mente del gran Julio. El ¡°distanciamiento¡± del teatro de Ch¨¦jov o Brecht buscaba recordar al p¨²blico que lo que estaba viendo era un artefacto narrativo, y por tanto es metateatro en el sentido que estamos discutiendo. Un contrapunto de Bach es transparente respecto a su construcci¨®n gradual, y ese proceso es de hecho la mayor fuente de experiencia est¨¦tica que ofrecen esas piezas.
Una columna deber¨ªa tener una moraleja pol¨ªtica, y se la voy a plantear como problema al lector. ?Ten¨ªa raz¨®n Bismarck, o ser¨ªa mejor que todos vi¨¦ramos c¨®mo hacen las salchichas? Escriban las respuestas en su mente.
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