La conversaci¨®n pol¨ªtica
El pacto es menos ¨¦pico que la victoria o la derrota
La conversaci¨®n pol¨ªtica en Espa?a va degrad¨¢ndose. Todos los d¨ªas hay testimonios de ello. Ha vuelto la estrategia de la crispaci¨®n. Cuando aquella se deteriora tanto, surge en la sociedad la espiral del silencio, como la denomina la soci¨®loga alemana Elisabeth Noelle-Neumann: se a¨ªsla a los ciudadanos que expresan posiciones contrarias a las asumidas como mayoritarias, de tal forma que el comportamiento de la gente est¨¢ influido por la percepci¨®n que se tiene del clima de opini¨®n dominante.
Por ello, lo m¨¢s importante del di¨¢logo p¨²blico que mantuvieron la semana pasada los expresidentes del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue la conversaci¨®n misma: el continente, no los contenidos. Con posiciones diferentes (o no tanto) sobre la reforma de la Constituci¨®n, recuperaron el mejor esp¨ªritu de los a?os de la Transici¨®n que describi¨® la directora de EL PA?S, Soledad Gallego-D¨ªaz, con una escena que para nada es una an¨¦cdota: el 13 de junio de 1977, el d¨ªa en que se constitu¨ªa el primer Congreso democr¨¢tico desde la Guerra Civil, Adolfo Su¨¢rez (presidente del Gobierno, de 43 a?os, proveniente del r¨¦gimen franquista) acudi¨® a las puertas del Parlamento para recibir a Pasionaria (de 82 a?os, totalmente vestida de negro, presidenta del Partido Comunista y el mayor s¨ªmbolo vivo de la II Rep¨²blica). Su¨¢rez ¡ªque necesariamente quiso que le fotografiaran y que todo el mundo lo viera¡ª tendi¨® la mano a Dolores Ib¨¢rruri y le dijo: ¡°Bienvenida al Congreso, se?ora Ib¨¢rruri¡±. Y Pasionaria, d¨¢ndole un fuerte apret¨®n de manos, con una sonrisa escueta, murmur¨®: ¡°Que tenga suerte, presidente¡±. Aquella sesi¨®n parlamentaria fue presidida por los dos diputados de mayor edad: Pasionaria y Rafael Alberti. Cuando la primera, apoyada en el poeta, bajaba trabajosamente la escalera para incorporarse a la presidencia, era observada por Leopoldo Calvo Sotelo, sobrino de Jos¨¦ Calvo Sotelo, el ¡°protom¨¢rtir¡± de la dictadura asesinado a tiros 41 a?os antes. La familia Calvo Sotelo hab¨ªa acusado en su momento a Ib¨¢rruri de ser la autora intelectual del asesinato, al pronunciar unas horas antes las siguientes palabras: ¡°Este es el ¨²ltimo discurso que pronuncia usted en esta C¨¢mara¡±. Pasionaria lo neg¨® siempre.
El comportamiento de la gente est¨¢ influido por la percepci¨®n que se tiene del clima de opini¨®n dominante
La Transici¨®n no tuvo mapa previo, sino que su evoluci¨®n dependi¨® de la correlaci¨®n de las fuerzas pol¨ªticas. Espa?a y Portugal, los dos pa¨ªses vecinos cuyos reg¨ªmenes fascistas ten¨ªan muchas similitudes, se transformaron m¨¢s o menos al mismo tiempo y elaboraron transiciones a la democracia muy distintas. En sus exposiciones, Gonz¨¢lez y Aznar hicieron suyo lo que hab¨ªa escrito Javier Pradera (La transici¨®n espa?ola y la democracia; Fondo de Cultura Econ¨®mica): transform¨® la cultura pol¨ªtica ¡°desde el enfrentamiento violento hacia el di¨¢logo tolerante, la voluntad de acuerdo, la negativa a transformar al adversario en enemigo, la capacidad de abstraer del presente las ofensas recibidas del pasado ¡ªen forma de a?os de c¨¢rcel, de torturas o de p¨¦rdida de seres queridos¡ª, el estudio de la historia para no repetir los errores y la orientaci¨®n hacia el futuro¡±.
La Constituci¨®n fue pactada, no impuesta, y esa fue su gran virtud, aunque el pacto tenga siempre menos ¨¦pica que la victoria de unos sobre otros. Dec¨ªa Santayana que un pa¨ªs que desconoce su historia est¨¢ condenado a repetirla. La Constituci¨®n y la Transici¨®n fueron la respuesta de la sociedad espa?ola a la muerte de Franco. En su balance, el dictador dej¨®, adem¨¢s de tres d¨¦cadas y media de cruel dictadura, las consecuencias directas de la Guerra Civil: al menos 150.000 muertos en combate, 100.000 v¨ªctimas de ejecuciones y asesinatos en la retaguardia entre los a?os 1936 y 1939, 23.000 republicanos fusilados en la posguerra, 500.000 exiliados y 270.000 reclusos pol¨ªticos en 1939.
Recuperar la mejor conversaci¨®n pol¨ªtica fue la mayor virtud del debate de los expresidentes. Aunque quiz¨¢ el principal problema de Espa?a sea la situaci¨®n de sus j¨®venes, y no Catalu?a. Y sobre ellos no hicieron ninguna reflexi¨®n.
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