Un c¨¢ncer para Europa
Es imprescindible situar en la agenda europea la lucha contra la desigualdad mediante el reparto del trabajo y la riqueza
Diez a?os despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers, hito central de la crisis financiera, nos encontramos con una Europa atravesada por la desigualdad. Las denominadas pol¨ªticas de austeridad y de reforma estructural y los rescates a la gran banca europea la han llevado hasta cotas hist¨®ricas, situando la fractura social en el epicentro de la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica.
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La concentraci¨®n de la renta y la riqueza, que, conviene no olvidar, estuvo en el origen de la crisis, lejos de disminuir no ha dejado de crecer. Las pol¨ªticas econ¨®micas aplicadas por las instituciones comunitarias y por los gobiernos han producido una masiva transferencia de recursos de abajo arriba. Un bot¨®n de muestra del formidable proceso concentrador (datos extra¨ªdos del Global Wealth Databook 2017, Credit Suisse). En Europa, en 2017, el 31,8% de la riqueza total pertenec¨ªa al 1% de la poblaci¨®n adulta; en Espa?a el porcentaje capturado por esa minor¨ªa de la poblaci¨®n era del 25,1%. Si ponemos el foco en los megaricos, los que atesoran un patrimonio superior a los 1.000 millones de d¨®lares, encontramos 468 personas en Europa y 17 en Espa?a.
Ante la incapacidad de generar un crecimiento econ¨®mico suficiente y sostenido en el tiempo, de la crisis emerge un capitalismo esencialmente extractivo y patrimonial. Pero no s¨®lo los costes de la crisis se han repartido de manera asim¨¦trica, en beneficio de las elites. Hemos asistido, en paralelo, a una Gran Transformaci¨®n. Las instituciones y las pol¨ªticas redistributivas han sido objeto de una sistem¨¢tica operaci¨®n de acoso y derribo, quedando muy mermada tanto su capacidad financiera como su legitimidad.
El proceso concentrador es un c¨¢ncer para la econom¨ªa que urge erradicar. No s¨®lo porque alimenta sin cesar los circuitos financiero-especulativos, detrae recursos de la inversi¨®n productiva y el consumo, promueve un sinf¨ªn de comportamientos ineficientes y depredadores y recompensa inmerecidamente a los altos ejecutivos de los oligopolios empresariales. Tambi¨¦n, y esta es una cuesti¨®n decisiva, porque el poder econ¨®mico se traduce ¡ªsiempre y ahora con especial intensidad¡ª en poder pol¨ªtico. Las grandes corporaciones y los grupos de presi¨®n que los representan, haciendo valer ese poder, est¨¢n pervirtiendo y poniendo a su servicio a las instituciones. El resultado de todo ello es que la UE como proyecto representa cada vez m¨¢s los intereses de las elites econ¨®micas y pol¨ªticas. Un aut¨¦ntico secuestro de la democracia que tiene en la desigualdad su rostro m¨¢s visible y amenazador.
La UE como proyecto representa cada vez m¨¢s los intereses de las elites econ¨®micas y pol¨ªticas; un aut¨¦ntico secuestro de la democracia
Asimismo, los consensos y los equilibrios que garantizaban esas pol¨ªticas han saltado literalmente por los aires en estos a?os de crisis, una desafecci¨®n creciente sobre el modelo de gobernanza neoliberal de la UE que se ha expresado en un creciente voto de protesta hacia opciones autoritarias o de extrema derecha. Ante el ¡°no hay suficiente para todos¡±, generalizado por las pol¨ªticas de ajuste presupuestario, la extrema derecha ha fomentado mecanismos de exclusi¨®n, que Habermas defin¨ªa como un ¡°chovinismo del bienestar¡±, manifestando la tensi¨®n latente entre el estatuto de ciudadan¨ªa y la identidad nacional. De esta forma, el malestar social y la polarizaci¨®n pol¨ªtica se canalizan por su eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil (el migrante, el extranjero o simplemente el ¡°otro¡±), eximiendo as¨ª a las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, responsables reales del expolio.
Para revertir esta situaci¨®n, es imprescindible situar en la agenda europea la reducci¨®n del poder econ¨®mico y pol¨ªtico de los de arriba mediante el reparto del trabajo y de la riqueza como eje central para atajar la desigualdad. Algunos de las actuaciones que se podr¨ªan abordar en esa direcci¨®n ser¨ªan: limitar las retribuciones de las elites empresariales, prohibir las puertas giratorias, legislar contra la concentraci¨®n de la estructura empresarial, reducir el peso de la industria financiera y acabar con las operaciones opacas, regular las transacciones intrafirma de las empresas transnacionales, perseguir el fraude fiscal, introducir mayor progresividad en la estructura tributaria europea, y prohibir los para¨ªsos fiscales.
Estamos convencidos de que avanzar en esta direcci¨®n es una de las claves para cerrar el camino a la extrema derecha y a los populismos xen¨®fobos; tambi¨¦n, por cierto, a una gran coalici¨®n que, para no perder espacios electorales, construye su discurso con los mismos o parecidos argumentos en un peligroso fen¨®meno conocido como ¡°lepenizacion de los esp¨ªritus¡±. Abordar el desaf¨ªo de la fractura social en Europa tambi¨¦n nos sit¨²a muy lejos de aquellos que claman por cerrar filas alrededor de un europe¨ªsmo vac¨ªo de contenido, olig¨¢rquico, excluyente y autoritario. Es el momento de abordar el reto de darle la vuelta a Europa, no nos quedan muchas m¨¢s oportunidades. Aprovechemos la que nos ofrece las pr¨®ximas elecciones al parlamento europeo.
Miguel Urb¨¢n y Fernando Luengo son respectivamente coordinador y miembro de la Secretar¨ªa de Europa de Podemos.
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