Soy lo que visto
Un sello de identidad. Un medio para provocar. O para definir la imagen que quieren transmitir sobre s¨ª mismos. Desde el cantante de trap Yung Beef hasta el actor Daniel Grao, esta es la relaci¨®n de cinco personajes con la moda.
EL JUEGO DE la moda no permite escapatoria. Puede convertirse en aliada o enemiga. Se pueden ignorar las tendencias. O beber de ellas. Pero siempre lo inundan todo. El estilo es un sello de identidad. La herramienta para exteriorizar la imagen que uno tiene de s¨ª mismo. O para camuflarse tras la apariencia que uno desea tener. ¡°En mi barrio, los delincuentes con pasta eran los que vest¨ªan con firmas caras. Porque quer¨ªan hacerse notar. Hacer saber que ganaban suficiente como para comprar esas marcas. Los verdaderos ricos no sent¨ªan esa necesidad de alardear¡±, dice el cantante de trap Yung Beef, minutos antes de que comience la sesi¨®n de fotos. Enfundado en una camisa de plumas de Prada, unos pantalones de Fendi y unas zapatillas de Dior, sonr¨ªe frente al espejo. Cuando lo hace, queda a la vista su grillz plateado (funda para los dientes, muy de moda en la joyer¨ªa bling-bling). Como los delincuentes del barrio granadino donde creci¨®, tambi¨¦n ¨¦l siente debilidad por el lujo. ¡°Me da igual que sea bonito. Me gustan las marcas caras¡±. Las mezcla sin pudor con su ch¨¢ndal del mercadillo. Una est¨¦tica que le diferencia de otros y al mismo tiempo le etiqueta dentro del clan al que pertenece. ¡°Cada estilo musical tiene un look. Hay c¨®digos. En mi caso, siempre ha sido la ropa ancha. Solo que, cuando yo empec¨¦, en Espa?a todos vest¨ªan fatal. Ahora los chavales tienen m¨¢s estilo¡±.
El poder que la ropa ejerce sobre quien la lleva traspasa los l¨ªmites de lo racional. Una prenda puede reforzar la autoestima o bien avergonzarnos. La vestimenta atesora, seg¨²n Karen J. Pine, profesora de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido), la capacidad de alterar la percepci¨®n que uno tiene de s¨ª mismo. Lo cuenta en su libro Mind What You Wear: Psychology of Fashion (Cuida lo que vistes: psicolog¨ªa de la moda). Tras un estudio de investigaci¨®n detect¨® que, por ejemplo, una camiseta de Superman pod¨ªa hacer sentir m¨¢s fuerte al que la llevaba. Entre sus conclusiones planteaba una importante cuesti¨®n: ?somos lo que vestimos o nos convertimos en lo que llevamos puesto?
Para un actor como Daniel Grao, hay m¨¢s de lo segundo. ¡°Esos minutos antes de salir a escena, cuando te ves en el espejo ya caracterizado, te retroalimentas con el look y resulta m¨¢s sencillo meterte en la piel del personaje¡±. El ¨²nico riesgo es perder su identidad. ¡°Me paso tantas horas con su ropa y tantos meses con o sin barba seg¨²n exigencias del papel, que cuando hay un peque?o par¨¦ntesis y soy yo mismo, me pregunto: ?Cu¨¢l es mi look?¡±, r¨ªe. Se nota que el juego le gusta. Disfruta como un ni?o durante la prueba de vestuario de esta sesi¨®n. Acaricia el jersey de la foto y pregunta sorprendido por ese material ¡°tan suave¡±. ¡°Me entretiene ojear las tendencias de la temporada y plantearme hasta d¨®nde estar¨ªa dispuesto a llegar¡±.
Tambi¨¦n est¨¢n, c¨®mo no, los que ni quieren o¨ªr hablar de moda. El director Julio Medem, que el 1 de noviembre estrena?El ¨¢rbol de la sangre,?es uno de ellos. Y se le nota. Le incomoda que escojan la ropa por ¨¦l. Pero en cuanto se enchufa la chupa de cuero de la foto, se relaja. ¡°Me gusta el cuero. Me recuerda al pasado. Tuve una ¨¦poca muy de cuero¡±, rememora. Han pasado algunas d¨¦cadas, pero parece tan a gusto con el material como entonces. El estilo evoluciona con nosotros, aunque muchas variaciones vienen impuestas por las pasarelas. ¡°Son las prendas las que cambian, pero yo sigo y¨¦ndome a esa tendencia skater que ahora tambi¨¦n lleva mi hijo. A veces pienso: ¡®Estoy en la cuarentena y a¨²n visto como a los 20¡±, r¨ªe Grao. Forma parte del juego de la moda. ¡°Hay gente que se muere si no va a la ¨²ltima¡±, remata Yung Beef. ¡°A m¨ª me da igual. Puedo vestir un d¨ªa del mercadillo y otro con marcas caras. No cambia mi personalidad. Es algo de provocaci¨®n, de risa, no s¨¦¡±.
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